-Presidente, finalmente libre de la injusta prisión que sufrió…le pregunto: ¿cuál fue el error que ocasionó su caída?
Con esa pregunta atajé a CAP recién salido de prisión y ahora sujeto de un agasajo especial en la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard donde yo cursaba Maestría en 1996.
-Mire Petit, siempre pensé que sólo había dos personas en LATAM capaces de implementar un plan de ajustes tan completo como el el gran viraje: Pinochet en dictadura y yo en democracia. Me equivoqué.
La sinceridad de CAP fue brutal. Solo le faltó agregar que estuvo acompañado de un gran gabinete lo cual sumado a su enorme carisma…quizás le llevó a descuidarse: dejó de hacer política acaso esperando los resultados del paquetazo. Pero lo derribaron.
Increíblemente, un equipo de gobierno preparado y competente aunque con casos graves de displicencia por la política, fue depuesto en una operación capitaneada por Alfaro Ucero…quien apenas tenía estudios de primaria. Quedaba claro que un equipo de tecnócratas no era suficiente y que un monstruo político negado a liderar políticamente el proceso…tampoco. A la par, el chavismo ha demostrado que el otro extremo, el de equipos de gobierno integrados por mayoría de políticos nada preparados y algunos técnicos más oportunistas que comprometidos, tampoco es alternativa exitosa.
Esta reflexión llevó a plantearle a nuestros estudiantes de Maestría y Doctorado una indagatoria académico-política especial: en la Venezuela postchavista…¿cómo sería un gabinete exitoso? ¿Tecnocrático o político?
A continuación reflexiones al respecto.
- Premisas de arranque, es decir, el escenario que nos planteamos:
- Se trataría de un gobierno que sucede a Maduro y, por ende, asumimos que en esa circunstancia el chavismo sería una ideología políticamente derrotada pero social y culturalmente activa. Esto implicaría un chavismo activo con apariencia mutante (como defensores de DDHH, ecologistas, catedráticos etc etc) y refugiado en sus mayores cuevas. Curiosamente, a la par, conlleva imaginar una tendencia en boga para el momento hipotético: un movimiento de péndulo de un extremo al otro (de un gabinete político de bajo nivel a uno tecnocrático de altísima experticia técnica). Esta tendencia, por cierto, es típica de la derecha no populista que siempre se cree destinada a enseñar al mundo el deber ser de lo público por encima de adaptar su estrategia a lo que hay.
- Seguimos el criterio de nuestra vieja profesora Merilee Grindle (1986) quien conectaba la composición de los equipos de trabajo para los cambios públicos audaces, en primer término, con el marco de ajustes y grado de exigencia de los mismos. En ese sentido imaginamos la necesidad del mayor ajuste macroeconómico-político-cultural en la historia del continente. Unas 20 veces superior al enfrentado con el paquetazo. Exigencia máxima.
- Usando el marco metodológico propio, indagamos sobre el clima de arranque del nuevo gobierno. Nadie pudo imaginarse un tránsito clásico o normal. Todos imaginamos un cambio impuesto por los hechos aún cobijado por el derecho que emana de las victorias electorales. Por ende, el arranque lo imaginamos en medio del optimismo por el tiempo nuevo, impaciencia por la obtención de resultados inmediatos y la espera agazapada de los depuestos irrumpiendo bajo ropajes diversos…es decir…una tensa calma…tensión…pues.
- Antecedentes de referencia.
- Para conseguirlos nos planteamos dos preguntas duras que resumían buena parte de la indagatoria:
- ¿qué tuvieron en común los equipos de Sánchez de Lossada, Mauad, CAP y Zedillo? Gabinetes altamente preparados que terminaron al final depuestos o que cerraron un ciclo por su salida impopular. El primero después de ganar una reelección, el segundo a pesar de venir de un fabuloso desempeño como alcalde de Quito, el tercero salió cuando precisamente se cosechaban resultados macroeconómicos legendarios y el último puso fin al ciclo del imbatible PRI, su partido;
- por otra parte, ¿qué tuvieron en común los equipos ministeriales de Ménem, Adolfo Suárez, Vaclav Havel y Helmut Kohl? Gabinetes equilibrados entre tecnócratas y políticos que pudieron terminar sus mandatos aún en medio de poderosas tensiones al momento del arranque y peligrosas herencias recibidas.
- De igual manera, sobrevino una inquietud:
- ¿Por qué el ultraliberal y ultra tecnócrata Milei incluyó en su equipo ministerial de arranque a Patricia Bullrich en Seguridad, al antiguo compañero de ticket de ésta en Defensa y repartió otras 2 carteras entre antiguos y curtidos funcionarios del gobierno de Macri? ¿Por qué? ¿Sería para poder gobernar haciendo algo de política con gobernadores que son de un color, legisladores que son de otro y que en ambos casos son de color diferente al del Presidente?
Después de estudiar caso por caso, las respuestas saltaron por sí solas:
- Partiendo de inicios inestables o de alta tensión los que lograron mantenerse en pie fueron aquellos que mezclaron tecnócratas con políticos expertos en sus equipos de gobierno y que además…nunca dejaron de hacer política desde la primera magistratura. Lo cual pareció indicarnos entonces que mientras más normalidad en el escenario de arranque…mejor un equipo altamente tecnocrático y mientras más tensión en el contexto de inicio, especialmente cuando se trata del fín de un ciclo histórico, más obligatorio parece mezclar tecnócratas con políticos y hacer política en conjunto desde el primer día.
- Y eso parece que lo entendió Milei…quien por cierto debe ser visto como patrón de referencia y laboratorío de prueba para cambios potenciales en la Venezuela postchavista ya que luce como el antecedente menos diferente a lo que nos tocará vivir.
- Estado actual del debate en nuestros países.
Williams (2006) advirtió que …¨la fuerte presencia tecnocrática observada en gobiernos latinoamericanos a partir de los años 80´s pudo constituir una amenaza para la gobernabilidad democrática¨. Eso se corresponde con las etiquetas de ¨neoliberalismo salvaje¨ y ¨gobiernos indolentes y hambreadores¨ que fueron endilgadas a los gobiernos de la época en los cuales muchos expertos intentaron suplantar del todo y hasta ridiculizar el poder político en vez de asesorarlo (Fischer, 1990). Sin embargo, el mismo Williams refiere que en estos tiempos la percepción ha mejorado producto de las ineficiencias de los gobiernos con equipos muy políticos tradicionales y por la apertura de ¨campos en donde la tecnocratización del proceso de toma de decisiones puede traer ventajas para aumentar el nivel de rendimiento de cuentas (accountability) y la transparencia de las decisiones gubernamentales¨. A eso agreguemos que en las últimas décadas los políticos más jóvenes (especialmente de centro y de derecha) han tratado de prepararse mejor para convertirse en una suerte de tecnócratas políticos o gerentes públicos o políticos-técnicos. Vale decir: tecnócratas sin desdén por el juego político o gerentes públicos y políticos con especialización de conocimientos e incluso, académicos con rodaje político y técnico (Camp, 1985 y Dominguez, 1994)
Hoy, entonces, ya no se trata de una dicotomía insalvable sino del mix de varios tipos de miembros potenciales de los equipos de gobierno:
- Tecnócratas puros o aquellos que adaptan su expertise a labores de gobierno con cierta tendencia apolítica y de quizás mayor compromiso con un proyecto de país (Fischer, 1990)1
- Políticos puros o aquellos cuya formación es fundamentalmente en el quehacer político incluso partidista2 y
- Quienes están en el in between y tienen naturaleza gerencial-técnica y política mezclada que los convierte en funcionarios híbridos3. Mario Julio Bensadón (2023) los llama gerentes públicos que creen en la profesionalización del Estado.
Actualmente, la línea divisoria es cada vez más tenue gracias a una tendencia de más de 60 años (Vernon, 1963 y Grindle, 1977). Al hacerse más difícil diferenciar, progresivamente se apuntó a un elemento enriquecedor ¨el área de necesidad¨. Veamos.
1 – En Venezuela piense en un perfil como el de Miguel Rodríguez, Imelda Cisneros, Ricardo Haussman, Gustavo García.
2 – Recuerde al Policía Izaguirre o Virgilio Ávila Vivas por ejemplo
3 – Ahora imagine a Calderón Berti, Carlos Blanco…o Pérez Alfonzo (de profesor de derecho civil a padre de la OPEP) y Calvani (de profesor de introducción al derecho a gran canciller de la democratización latinoamericana) o Rafael Alfonzo Ravard (de general e ingeniero a presidente de EDELCA y primer presidente de PDVSA)
- El éxito en los casos estudiados parecía determinado por el correcto análisis de la importancia e impacto del área a ser encomendada a un servidor público y el match de esa posición con el perfil del candidato. Tal cual la decisión que toma un empleador moderno al hacer un manual de descripción del cargo con sus correspondientes funciones y competencias y decidir con base al perfil de un candidato.
Los casos exitosos no acudieron a handy man puestos en distintos cargos para arreglar un problema personal o satisfacer una cuota partidista en sentido latinoamericano sino que gracias al aporte de la gerencia privada atendieron más al perfil del cargo del cual se trataba, la descripción del mismo y sus funciones, la gravedad de las decisiones a tomar, la complejidad de los stakeholders implicados, el impacto político-social envuelto y la extensión de la zona de dolor relacionada. Y todo ello en correspondencia con las habilidades y competencias del candidato al cargo. Lograron que el candidato hiciera match con esos requerimientos y además se valieron de un mecanismo de reclutamiento saludable.
Por ej. en el caso de Menem, Cavallo estuvo al frente de toda el área económica e internacional (primero había sido Canciller). Esa área en medio de 3.000% de inflación fue evaluada como altamente influyente, técnicamente demandante, de profundo impacto socioeconòmico, afectando a todos los ciudadanos across the board y con una zona de dolor tan inmensa que no admitía intercambio alguno. Buena parte del resto del gabinete Menemista se dedicó a hacer política con ánimo de contención para evitar ser derrumbados y convencer a las tradicionales huestes zurdas del peronismo de la necesidad de una terapia de shock abiertamente neoliberal. Incluso, para dedicarlo a la politica creó el cargo de Jefe de Gabinete.
Adolfo Suárez fue escogido por su amigo Juan Carlos I, Rey de España, para desmontar el mismo esquema franquista del cual venía y abrir el reinado a la democracia parlamentaria. Ese gabinete estuvo lleno de políticos que hacían política para garantizar estabilidad a un gobierno que desmontaba su propio origen. Particularmente feliz fue la selección de Suárez en las carteras de Defensa en medio de un ejército franquista por 45 años y Seguridad, en medio de una atroz dictadura. Allí seleccionó militares, de los más especializados aunque formados en el esquema pretoriano del franquismo…pero también políticos. Triunfó. Y hasta hoy es considerado el mejor Presidente de Gobierno de España y su equipo, el más atinado.
En su despacho de Praga, Vaclav Havel nos dijo a Oswaldo Álvarez Paz y este servidor que
¨acceder al poder inmediatamente después de la caída del comunismo fue una apuesta altamente riesgosa pero fundamentalmente conversacional¨. Se refería a que debió convencer y persuadir a una población habituada culturalmente al esquema comunista de la necesidad del libre mercado y democracia. Confesó que ¨fue dificil conseguir titulares confiables en las áreas críticas de defensa y seguridad interna¨ pero finalmente entendió que debía apuntar a seleccionar a los más preparados dentro de los recién egresados de la academia militar y colocar como jefe del área a un politico de los más finos. Así procedió. A la par, pasó a retiro a la gran mayoría de oficiales comprometidos con el régimen comunista, ascendió a una camada de los más preparados nóveles militares y con esos hizo el nuevo ejército. Personalmente adoctrinaba todos los días a en su despacho de Praga los seleccionados.
Cuando ya languidecía el liderazgo del Helmut Kohl, tomó el riesgo de la reunificación alemana ante la debacle comunista en la RDA. Para ello pactó un nuevo gabinete lleno de figuras políticas con el criterio de eficiencia con el cual se hace política en alemania. Mientras, impulsó la marcha hacia la Comunidad Europea. Cuando eso sucedió, la locomotora alemana ya contaba como un vagón privilegiado: el de la antigua RDA. El gabinete de Kohl para impulsar la reunificación fue producto de intensas negociaciones y lleno de políticos eficientes, políticos con experticia, tecnócrata políticos…híbridos pues. Sin embargo, a partir de la reunificación, siempre reservó el área crucial de la economía y finanzas al mismo equipo altamente tecnocrático que le acompaño hasta el fin de su mandato: Gunter Rexrodt, un MBA y banquero berlinés y Theodor Weigel, abogado y ejecutivo financiero conocido como ¨el padre del euro¨. Ambos ya eran parlamentarios para el momento de su designación. Es decir: eran políticos expertos.
O sea, en áreas de alta influencia, alto impacto, que ameritan experticia técnica moderada, los stakeholders tienen alto poder de cohesión y la zona de dolor es tan grande que no admite intercambios que lo mitiguen…no cabe ni un tecnócrata puro ni un político puro. Mientras que si el área es de alta influencia, profundo impacto, amerita altísima experticia técnica, los stakeholders tienen alto poder de cohesión y la zona de dolor es inmensa…es lógico acudir a un tecnócrata que sin desdén por la política acepte ser cobijado y complementado por un equipo que entienda su quehacer técnico pero tenga también sentido político. Ejemplo de esto último: Cordiplan, Finanzas, Economía. Además, eso transmitiría una señal muy clara de estabilidad y confianza en la orientación económica. Ahora dentro de los sectores altísimamente relevantes, que generan alta influencia, de alto impacto, que ameritan experticia técnica moderada, los stakeholders tienen alto poder de cohesión y la zona de dolor es tan grande que no admite intercambios que lo mitiguen, identificamos los siguientes:
- Defensa. Desde esta cartera tocará enfrentar el mayor pretorianismo de nuestra historia, lidiar con cambios desde la academia militar pasando por los términos de retiro, baja y ascensos y comenzar la transición hacia el profesionalismo. Será un cargo crucial por las ramificaciones de su influencia, por los stakeholders y por el poder de fuego involucrado. Un cargo de constante peligro. Decía De Gaulle que el soldado más leal es el que llega extenuado a las barracas y no parece el caso. Las diferencias internas son tales que se precisa de un gerente público experimentado, comunicativo, no militar, de carácter y con gran autoridad informal.
- Petróleo: Se trata del sector que más empleo genera en una Venezuela donde cunde el desempleo. Una industria en el piso que debe ser minimamente reiniciada para poder tomar una decisión adecuada sobre la forma de su privatización. Una de las poquísimas fuentes de ingreso que podría reactivar el país. Un cargo que afecta a toda Venezuela y para el cual se reclama un gerente con conocimiento general de la industria, dotes de político negociador, a la vez de carácter y tremenda autoridad moral.
- Relaciones exteriores: Es un cargo estratégico ya que en el arranque puede servir de trigger para road shows y atracción de inversiones pero en el cual hay que enfrentar más de 100 delegaciones integradas por funcionarios sin real carrera diplomática. Se necesita un experimentado gerente con algunas nociones de diplomacia para orientar el arreglo del asunto estrictamente diplomático, con formación económica para atraer inversiones, oportunidades comerciales y afianzar las relaciones económicas con USA y CEE así como con sagacidad política suficiente para reconocer los engaños. En circunstancias parecidas Menem nombró a Cavallo (PhD en economía) en las primeras de cambio. Creemos que hace falta un Cavallo acompañado de un equipo más concentrado en la diplomacia strictu sensu. La influencia de este sector se puede medir en términos del profundo daño inmediato que puede ocasionar su acción defectuosa así como el gran provecho financiero en el cual se puede traducir su correcto proceder.
- Seguridad. Policías cooptadas por el crimen, desorden generalizado y armamento en manos políticas pueden determinar la caída de un gobierno. Sin embargo, es la cartera donde más negociación con los estados se necesita y mayor experticia se requiere para reestructurarlo todo. Es menester un gerente público experto en seguridad pero no policía ni siquiera jubilado y con grandes dotes políticas.
- Justicia. La capacidad de perturbación de esta área para el nuevo gobierno es gigantesca ya que incluso puede paralizarlo con una decisión. Miles de funcionarios con cargos asignados a dedo y bajo criterios politicos tienen que ser sustituidos mediante criterios transparentes. Amerita un gerente público, abogado originalmente con conocimiento de política judicial, registros y notarías y grandes dotes de implementador de proyectos ya que sobre la marcha debe reclutar gente ideal, planificar la nueva justicia, sustituir lo peor del sistema, trabajar conjuntamente con la nueva DEM, vigilar los concursos y además presentar proyectos para conseguir financiamiento multilateral para modernizar una administración de justicia vergonzosa.
- Relaciones con la asamblea nacional. La última experiencia de un gran programa de ajustes se tradujo en una desconexión total con la asamblea nacional y casi que desprecio hacia el quehacer político. Esta vez se necesitaría un nexo constante con el poder político bajo un esquema institucional de respeto e intercambio permanente. Se vislumbra un gerente político no partidista con grandes competencias en negociación (es el área de mayor potencial de sanos intercambios) y persuasión. Lo otro sería reeditar el peligro de terminar como CAP II a manos de un Alfaro Ucero II.
- Educación superior. La existencia de nucleos concentrados con capacidad de cohesión e influencia en los cuales estudian, al menos en el papel, centenares de miles de venezolanos, hacen de este sector un peligro emergente para la estabilidad del nuevo gobierno. En especial porque hay poco espacio de intercambio ya que el impacto agudo en cambios impuestos lo sufrirían numerosísimos dolientes con capacidad de tejer alianzas con sus pares del resto del país. Además, es el sector donde más cuevas chavistas subyacen y no precisamente dentro del movimiento estudiantil. Por ejemplo: eliminar la Bolivariana y el IUPFAN y migrar sus estudiantes hacia programas pagados en universidades privadas que garnticen la calidad de sus conocimientos, innegablemente se traduciría en graduarse más tarde, estudiar más y completar estándares que no tienen esas ¨universidades¨, por el lado de los estudiantes y buscar trabajo los profesores y autoridades ideologizantes de esas cuestionadas universidades. Y esto hay que hacerlo liderando desde el propio terreno de juego. Luego, hay que contar con un gerente público que conozca el sector, tenga dotes políticas y de negociación y cuente con el carácter suficiente como para no ceder al chantaje y a la par comenzar la reevaluación de todas las instituciones de educación superior desde un renovado y especializado CNU.
- Salud. La capacidad de impacto de esta cartera en la vida familiar venezolana y las carencias actuales obligan a considerarlo de alta relevancia para la estabilidad de un gobierno postchavista. Aquí sería ideal contar con un gerente que viniendo del sector privado, conozca el sector y las competencias del sector privado para lograr sinergias sanas y apalancarse en el mismo. Debe ser experto negociador y administrador exitoso con capacidad de ponerse en los zapatos de los empresarios privados de la salud, de las multilaterales con funding suficiente para ayudar y organizaciones del tercer sector capaces de arriesgar en la prestación de servicios que hoy están destinados a una estructura pública que no da para más.
8 áreas estratégicas para las cuales un tecnócrata no es suficiente y un político puro no sirve.
- Conclusión:
Entonces: ¿cómo sería un gabinete ideal para la Venezuela postchavista?
Aquel integrado por Zidanes y Pavones, tal cual la estrategia pregonada por el Real Madrid después de no ganar los títulos esperados con los Galácticos y que llevaba a combinar especialistas con canteranos. Es decir algo así como una mezcla de: tecnócratas solo para los cargos de alto requerimiento técnico, a saber, Cordiplan, Economía y Finanzas y gerentes híbridos para al menos Defensa, Petróleo, Relaciones exteriores, Seguridad, Justicia, Relaciones con la asamblea nacional, Educación superior y Salud. Para todo lo demás…Master card.
Lo importante además es partir de la descripción de los cargos y las funciones que se quieren desempeñar desde allí para buscar perfiles que hagan match con ello, lo cual rompe paradigmas de arranque y genera mayores probabilidades de éxito.
Por último…tres advertencias:
- Un error en la composición de este gabinete para el postchavismo…puede ser trágico. Tanto como un error en el diseño del mismo programa de ajustes. Pretender gobernar la Venezuela posterior al terrible huracán chavista con un equipo mayoritariamente tecnócrata sería una invitación a los zurdos agazapados para que salgan transmutados de sus refugios y arranquen la subversión. Y los programas de estabilización hasta ahora implementados en LATAM nos dan una terrible lección: más vale hacer política antes para evitar explosiones sociales porque una vez la gente en las calles…todo se va al carajo. Y para empeorarlo, ya iniciado el plan de ajustes es más doloroso parar que seguir.
- Nunca ha ganado elecciones en Venezuela quien previamente ha anunciado su gabinete o equipo de trabajo. Nunca. Quizás aquello que Herrera Luque (1985) enfatizaba al relatar que en nuestro país cada vez que ¨se palmea a alguien¨ como futuro ministro o secretario, centenares de egos escondidos sienten bofetadas en sus caras y latigazos en sus espaldas.
- Normalmente, las circunstancias que rodean la elaboración del programa de gobierno no son las mismas típicas de entrada en funciones del nuevo gobierno. Por ello, normalmente quien participa en uno no sale en la otra foto.
¿Complejo no?
Muy complejo todo…porque se trata de una Venezuela atosigada por una pesada herencia chavista y desesperada por deshacerse de su ineficiencia.
La maravilla es que bastante gente buena hay. Bastante profesional venezolano competente hay.
Bastante gerente político que cree en la profesionalización del Estado hay. Bastente tecnócrata con respeto por la política hay.
Y bastantes esféricas hay para salvar a Venezuela de la destrucción chavista.