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Ismael Pérez Vigil: toma nota, un árbitro es imparcial, por @ArmandoMartini

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El árbitro electoral debe ser discreto, prudente, reservado, juicioso, no busca el aplauso público, sino el cumplimiento de las reglas. La premisa es muy clara: por definición el árbitro debe ser neutral, o no es árbitro.

La Comisión Electoral designada para dirigir la primaria, tiene una gran responsabilidad, un compromiso enorme, se les confió una tarea inmensa, establecer, una primaria ejemplar, por su organización y limpieza de sus resultados. Es obligación la neutralidad que, se debe refrendar siempre. Ser implacables en la nitidez y pureza del evento, apegados al reglamento, ecuánimes y justos a toda prueba, y con pleno respeto a su autonomía, desempeñen, con oportunidad y calidad, sus tareas, garantizando la suma de voluntades para que los ciudadanos participen con tranquilidad, confianza y seguridad.

Independiente, de lo que en el pasado hayan dicho, pensado y/o declarado sobre los posibles aspirantes, hoy, por decoro personal y recato ciudadano, no les es permitido opiniones públicas, inclusive, privadas, que pongan en peligro su imparcialidad. Y en su escrito, adelanta sentires, que comprometen el concepto estricto de estar libre de perjuicios, abstraerse de consideraciones subjetivas y centrarse en la objetividad.

Sorprende, por insólito, que se persista en emitir opiniones que parcializan futuras acciones, violando flagrante el juramento de rectitud, moralidad e integridad, generando desconfianza y acentuando la suspicacia que permanece vigente y con razón, en la ciudadanía. Mas grave, el silencio de la Comisión, que debe reaccionar de inmediato, reprobando tan mal comportamiento y dañino precedente. De no corregir, la Comisión y la primaria, van en el camino del fracaso, nueva frustración y desengaño.

Se ha creado una expectativa por la recién nombrada Comisión Electoral, sin embargo, algunos se empeñan desde el inicio en desprestigiarla con opiniones que la compromete en su funcionamiento, transparencia y objetividad. Es triste que la irresponsabilidad y deseos de figurar, la manchen de dudas. Pero así son las cosas, en esta Venezuela amada.

Los integrantes de la Comisión, nombrada por quien sabe quién y según el criterio de cualquier ocurrencia, no los desmerita, pero si los hace merecedores del rigor y escrutinio ciudadano más severo. Asumieron un encargo con la ciudadanía, no con el G3, G4 o G10; por lo tanto, es inadmisible cualquier desviación. Deben tener conciencia de la responsabilidad adquirida, para ganarse el respeto ciudadano. Y lamentablemente, el escrito del árbitro Ismael Pérez Vigil, va en la dirección errada.
Y, lo más preocupante, genera una interrogante, ¿será la línea de la Comisión? Su mutismo parece indicar, que sí.

Sin embargo, el árbitro en cualquier proceso de arbitraje, justicia o electoral, es recusable, pudiendo solicitar su inhibición cuando hay duda razonable y potencial de su neutralidad. La recusación es un derecho, una forma de apartar un árbitro, o juez de un proceso, cuando se considera cuestionada su rectitud; en consecuencia, se impugna legítimamente, para garantizar independencia de conciencia, en la justa administración de justicia. Por cierto, derecho negado a la ciudadanía por parte de la Plataforma, al elegirlos en cúpula cerrada.

La Comisión Electoral de Primaria, debe proscribir, aquella máxima: por qué hacer las cosas bien si se pueden hacer mal.

@ArmandoMartini

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