La historia ya no es un debate, es una cuenta por cobrar. Leía ayer en El País de España que… «Maduro ya lo decidió, no se va a ir; ahora le toca mover ficha a Trump.» Error fatal de perspectiva de Maduro porque el juego ya no se juega en Miraflores. La ficha que desencadena el futuro la movió Maduro cuando, con audacia inaudita, convirtió a Venezuela en base de operaciones del narcoterrorismo y, peor, se atrevió a robar las elecciones del 28J y, anteriormente, la de 2020 a Donald J. Trump. Ciertamente, ahora quien juega es Trump.
La pregunta que atosiga al venezolano común es si la flota de USA en el Caribe puede devolverse sin más. La respuesta, simple y brutal, es NO. El problema dejó de ser la democracia venezolana para convertirse en la seguridad nacional de Estados Unidos. La causa eficiente del régimen (su naturaleza criminal) ha invocado la condición sine qua non de la decisión de fuerza que puede tomar Trump. Un criminal puede tener posición, pero éste parece que no tiene alternativa de negociación. Veamos.
La falla de cálculo y la óptica de Harvard
Para entender por qué la disuasión de Maduro es imposible, debemos aplicar la metodología de negociación estratégica de Roger Fisher, el modelo Harvard. Este método exige separar las personas del problema, enfocarse en los intereses, generar opciones de mutuo beneficio y usar criterios objetivos definiendo la MAAN (Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociado) para cada actor.
- La MAAN del régimen (Maduro/Cartel):
- Interés real: Supervivencia y Cero cárcel. La posición a la vista es No me voy. ¿Qué quiere realmente Maduro? Tiempo. Oxígeno. Sobrevivir. Legitimidad. Y si puede, impunidad. Su jugada es clara: atrincherarse, victimizarse, y esperar que la flota se devuelva. Su apuesta es que Trump no quiera cargar con el costo político de una intervención directa ni con su costo militar, por mínimo que sea. Que el ruido electoral en USA lo distraiga. Que el Vaticano le tire un salvavidas. Que los alacranes sigan haciendo su trabajo sucio. Algo…pues.
- MAAN: La mejor alternativa para Maduro es resistir atrincherado, lo que para el resto del mundo es una MAAN Criminal que implica prolongar el narcotráfico y la conflagración mundial. El costo de aceptar cualquier acuerdo (diálogo) es la cárcel, lo cual hace que su MAAN sea no negociable. El acuerdo es imposible porque sus intereses son delitos, deseos ilegales y loscuales solos pueden ser concedidos por vía de una decisión vergonzosa en lo mpolítico y sumemnte compleja, en lo jurídico. USA tiene instituciones y leyes de aplicación robusta.
- La MAAN de Trump:
- Interés real: Seguridad hemisférica y defensa de la soberanía democrática (la suya). ¿Qué quiere realmente Trump? Resultados. Un desenlace. Una victoria que pueda mostrarle al mundo (y al electorado) como prueba de que América volvió a liderar. Trump no quiere otra Siria ni otro Afganistán. Pero tampoco quiere parecer débil. Y menos ante un narcoestado que ha sido señalado por él mismo como amenaza hemisférica.
- MAAN: La Fase 2. La mejor alternativa de Trump no es negociar la supervivencia del cartel, sino eliminar la causa eficiente del terrorismo en su frontera. Además…tiene la fuerza y la expertise suficientes para hacerlo.Tras el éxito de su ultimátum en Medio Oriente, su MAAN es altamente creíble y superior a cualquier acuerdo.
Entonces, el diálogo es imposible porque el problema no es político; se trataría de un criminal negociando su sentencia. La única negociación válida gira en torno a términos de rendición, o huida, no una solución de tercera vía.
Alternativas de desenlace: la inevitabilidad de la consecuencia
En principio, la flota no se devolvería porque el costo de la inacción para Trump (mantener el flujo de drogas, legitimar la injerencia electoral, validar la alianza con Irán) ya es infinitamente superior al costo de la acción. Por ello, apenas existen tres escenarios posibles, de los cuales uno solo es moralmente aceptable, desde su peculiar perspectiva:
1. Alternativa A: el retroceso (la ilusión de El País de España):
- Decisión: Trump se devuelve, persuadido por el Vaticano o la presión mediática. Esta opción, a su vez, admite dos escenarios:
- Trump se retira. Maduro se queda tranquilo. El régimen canta victoria. La oposición se desmoraliza. El éxodo se acelera. Y la región paga el precio. Este escenario es posible, pero políticamente costoso para Trump. Sería una rendición sin disparar. O,
- Maduro acepta una transición pactada. Se le garantiza salida, protección a su círculo y elecciones supervisadas. Este escenario requiere presión máxima, garantías creíbles y una oposición unificada. Difícil, pero no imposible en el papel.
- Probabilidad real de ocurrencia: IMPOSIBLE por los intereses involucrados. Sería un acto de debilidad inaudito, una traición a la seguridad de USA y al orden hemisférico. Sería un triunfo para Irán y Rusia, y un premio a la causa eficiente de todos los problemas de narcotráfico que el chavismo representa. Además el costo de oportunidad de la inacción la hace nugatoria, tal cual lo dijimos antes. Es decir: La inacción se vuelve inútil porque lo que se pierde por no actuar es tan valioso que anula cualquier justificación para quedarse quieto. Esta alternativa no tiene cabida en la realidad geopolítica ya que representaría una pérdida de reputación, dinero y tiempo por parte de quien es un negociante nato no acostumbrado a perder.
2. Alternativa B: La implosión por presión (El deseo):
- Decisión: La presión de la flota y el miedo (la MAAN de Trump) provocan una implosión militar interna. Los militares, entendiendo que defender al Cartel de los soles es su sentencia de muerte, ejecutan un autosalvamento o huida hacia adelante y entregan la cúpula.
- El colapso interno: La presión externa acelera fracturas dentro del régimen. Militares, empresarios o alacranes cambian de bando. Maduro cae por implosión. Este es el escenario ideal: sin intervención, sin pacto con el diablo. Pero requiere tiempo y bolas… y es lo que al parecer no hay por allí.
- Probabilidad real de ocurrencia: BAJA. El escenario más limpio y deseable y el cual debe intentarse hasta el final. La condición sine qua non externa (la fuerza) facilita la corrección interna. Sin embargo se ha intentado todo para lograrlo pero hay una maraña inextricable adentro del cartel que funciona con el mismo poder de disuasión que mantiene homogéneamente otros cárteles. Lo más que se puede aspirar es que al haber un punto de inflexión bastante claro, las fuerzas militares opten por la inacción y hasta ahí.
3. Alternativa C: la ejecución de la Fase 2:
- Decisión: Trump inicia la Fase 2, enfocándose en la infraestructura del narcoterrorismo (bases de Irán, centros de comando del Cartel de los soles, activos financieros). Es una operación quirúrgica de salvamento de Venezuela.
- La intervención quirúrgica: Un ataque limitado, selectivo, que desarticule el aparato represivo sin ocupar el país. Riesgoso, pero eficaz si se ejecuta con precisión. Este escenario no es el favorito de Harvard, pero sí el que más teme Maduro.
- Probabilidad real de ocurrencia: ESCENARIO MÁS PROBABLE. Aparece como única manera de garantizar la MAAN de Trump (seguridad) y la única forma en que la causa eficiente de todos los problemas puede ser desmantelada.
Conclusión
El 28J fue la última oportunidad cívica para el régimen. Al robarla, eligieron arriesgarnos todos a la guerra. Exactamente el mismo poder desencadenante de aquello que hizo Galtieri cuando decidió invadir las Malvinas. La carta de Maduro al Papa clamando por ayuda para nuevamente negociar, así como la separación de Grenell de cualquier gestión entre USA y Maduro, son la confirmación de que la MAAN del Chavismo es nula.
La Fase 2 no es una opción. Pareciera una consecuencia inevitable como en su momento lo fue el envío de la flota británica a Las Malvinas. La ficha ya se movió, y no solo la movió Maduro. La movió la historia. El veredicto es categórico: QUIEN A HIERRO MATA, NO PUEDE MORIR A SOMBRERAZOS. La hora de pago pareciera haber llegado.
La flota no está ahí para pasear. Está para recordarle a Maduro que el mundo cambió. Que la paciencia se agotó, la justicia no se negocia y los giros se vencieron.
Trump tiene la ficha por jugar. Maduro ya movió la suya.
Venezuela… espera.


