Morfema Press

Es lo que es

¿Qué se logró el 10 de Enero? María Corina y su derecho a la legítima estrategia

Comparte en

Por Eduardo Antonio Rodríguez Armando

La historia de Venezuela en los últimos 25 años se ha escrito con tinta y con sangre; y actualmente con represión, con gritos que se pierden en las penumbras del Helicoide, con desapariciones, secuestros, y torturas que silencian las gargantas de los valientes y los inocentes; pero también con estrategias.

Hoy, Venezuela se encuentra ante una encrucijada tan insondable como los laberintos de la mente humana, donde la desesperación baila con la esperanza y la lógica se tambalea sobre la fe.

El 10 de enero, María Corina Machado, en un acto que muchos considerarán controvertido, pero que me atrevo a llamar una jugada maestra, declaró que le comunicó a Edmundo González que no viniera todavía al país, aún cuando todas las expectativas de los venezolanos estaban puestas sobre este día a titulo de «Hora Cero».

Entonces, ¿Cómo podemos entender esto?; se trata de ¿Una improvisación? ¿Una muestra de debilidad? En absoluto. Esto es ajedrez político. Machado tomó una decisión polémica e inesperada, pero definitivamente necesaria para evitar un desastre de proporciones irreparables.

El regreso que nunca fue

Durante los últimos días, vimos cómo el régimen de Nicolás Maduro se preparaba para ejecutar una emboscada siniestra. Estaba advertido que Edmundo González, presidente electo por más de 7 millones de venezolanos, sería arrestado al pisar suelo venezolano. No sería un arresto cualquiera, sino una trampa cuidadosamente elaborada para desmoralizar a la ciudadania, exhibiendo entre rejas al Presidente legítimo, como símbolo de la derrota de todo el esfuerzo democrático de un pueblo unido.

Hoy, leo en redes sociales decenas de mensajes llenos de frustración y desesperanza, y me pregunto: ¿Es que acaso no lo ven?

Maduro, como un Napoleón delirante que se aferra a un imperio en ruinas, necesita desesperadamente una victoria simbólica. Está claro que ya no puede gobernar con legitimidad, pero puede hacerlo con represión y miedo.

El Presidente legítimo de los venezolanos, secuestrado, esposado y humillado sería su trofeo más preciado. Mostrarlo privado de libertad y derrotado era el objetivo. No necesitaban arrestar a María Corina Machado, políticamente ella era una jugada muy costosa.

Pero María Corina, como el príncipe Míchkin en El idiota de Dostoievski, ha demostrado que la verdadera sabiduría radica en ver más allá de lo evidente, anticipándose a los movimientos del adversario antes de que este siquiera los haya concebido.

El teatro del absurdo

Imaginen la escena, un teatro del absurdo y macabro. Maduro, sentado en el palco principal, aguardando el momento en que Edmundo aparezca para ser detenido, encerrado, amenazado y humillado. ¡Qué trofeo!

Pero la función no resulta como esperaba. Al saber que Edmundo no vendrá, la trama pierde sentido. El actor principal está ausente, el telón cae antes de tiempo y la sala queda en penumbras. La emboscada fracasa. La jugada del régimen se desmorona, dejando a sus protagonistas expuestos, ridiculizados y reducidos al circo mediático que organizaron como «Toma de Posesión», donde ningún presidente democrático asistió, y Maduro sólo estuvo acompañado por sus colegas, los dictadores de Cuba y Nicaragua.

Desde hace meses, el régimen ha trazado una red de conspiraciones para sofocar cualquier chispa de esperanza. Ha perfeccionado el arte de la represión y el engaño, construyendo escenarios donde cada pieza parece estar bajo control. Pero lo que no anticiparon es que María Corina Machado también tiene su propia partida; y esta vez no se juega sobre un tablero de mármol, sino sobre el terreno fértil de la legitimidad y la estrategia.

La jugada maestra: Proteger la esperanza

Solo una persona como María Corina Machado, quien se ha enfrentado frontalmente al régimen durante décadas, y ha vivido el hostigamiento, censura, represión y violencia política de género puede comprender el peso de cada decisión tomada en este contexto.

¿Es cobardía evitar que el Presidente legítimo de Venezuela sea devorado por las fauces de un régimen que lo quiere humillado, destruido y silenciado para desacreditar la lucha democrática de los venezolanos? ¿O es, por el contrario, una muestra de estrategia y sabiduría, de una visión que trasciende lo inmediato?

Esta es la jugada maestra que el régimen no anticipó. Al negarle a Maduro su trofeo, María Corina Machado le arrebató el arma con la que pretendía desgastar al movimiento democrático. Le quitó su espectáculo, su estocada final.

Ahora el régimen tambalea. Sin Edmundo González como prisionero, Maduro pierde su narrativa, basada en el control generado mediante el miedo y la represión.

Y es en ese vacío, donde crece algo que Maduro teme más que a las armas: La esperanza de cambio, representada en un Presidente electo legítimamente, de un pueblo que quiere cobrar su victoria democrática, respaldada por más de 7,3 millones de actas electorales.

¿Qué viene ahora?

Desde el momento en que Maduro se juramentó el 10 de Enero, materializó un Golpe de Estado y usurpa las funciones del Presidente electo de Venezuela, Edmundo González. Por su parte Edmundo González, ya activó los mecanismos de apoyo internacional y cuenta con el reconocimiento y respaldo del mundo democrático.

Maduro está por primera vez acorralado en todos los ámbitos, y lo más probable es que por presión y desgaste cometa muchos errores; apelará probablemente a más represión y hostigamiento. Pero quien pretende gobernar con la desesperación y el miedo de su pueblo olvida que la justicia es ineludible. Las cadenas que hoy sostienen al régimen serán las mismas que un día muy cercano lo asfixiarán y hundirán.

En este momento de incertidumbre, cuando la luz parece más tenue, debemos aferrarnos a una verdad fundamental: El pueblo venezolano no está solo. Esta lucha, aunque larga y dolorosa, traza el camino hacia la libertad.

Por primera vez en 25 años, tenemos un presidente electo legítima y democráticamente, y contamos con las pruebas para demostrarlo.

María Corina Machado tomó una decisión difícil, lo sabe, y el tiempo le dará la razón. Cuando las piezas caigan y el tablero se despeje, veremos que cada movimiento fue calculado con precisión quirúrgica. El jaque mate no llegará de golpe, sino como un desenlace paciente, donde cada pieza jugará su papel.

La libertad está cerca, más de lo que muchos piensan. Pero para alcanzarla, debemos apoyar a quienes, como María Corina Machado, están dispuestos a sacrificar lo inmediato por lo sustentable.

Ánimo, y Gloria al Bravo Pueblo.

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com
Scroll to Top
Scroll to Top