Por Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr
La batalla mental
El 10 de diciembre de 2025 quedará sellado como otra huella sombría en el firmamento de nuestra historia, otro artero golpe de la lepra chavista a la patria de Simón Bolívar. Edmundo González, presidente legítimo y electo, no pudo ser juramentado. La nación se estremeció en un coro de frustración y dolor. No obtener un objetivo político es un fracaso en términos reales, ¿pero lo fue realmente para la causa de la libertad en Venezuela? No, fue quizá una batalla política perdida, pero aún hay mucha guerra por delante.
Karl von Clausewitz escribió en De la Guerra: “La fuerza moral es el verdadero centro de gravedad en una guerra.” El 9 ganamos la más importante batalla: la mental.
Una guerra no se libra en un día, sino en el curso inexorable del tiempo y la resistencia.
“¡Me vas a tener que pegar un tiro!”
María Corina Machado fue secuestrada, su vida pendió de un hilo, le dispararon, la maltrataron, la hirieron, pero la brutalidad del régimen no pudo con ella. Le temieron, ellos saben por qué lo digo, conocieron su talante y fuerza espiritual: “¡Me vas a tener que pegar un tiro!” También conoce su determinación Maduro y Cabello, ahora saben que está dispuesta a dar la vida por la libertad. Saben que no es sólo una líder, saben que es la llama viva de la fe, una flor que se yergue inquebrantable en la grieta más profunda de la adversidad.
Su ejemplo nos recuerda que el espíritu humano es más poderoso que cualquier régimen, y que, en el momento más terrible, la voluntad de un individuo puede transformar la desesperación en esperanza.
Ni estamos rotos ni nos rompen, la “fuerza es la unión”.
¿65 millones de dólares?
El chavismo nos quiso quebrar, pero solo logró vigorizar nuestra determinación. Cada golpe recibido es un recordatorio de que el camino hacia la libertad está lleno de obstáculos, pero también de valentía. La dictadura de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino es ahora, más que nunca, ilegítima, ilegal y criminal. Capturarlos no es sólo un deber moral, es un mandato de la justicia. La resistencia civil ha alcanzado un punto donde la fuerza no es solo una opción, sino una obligación. Atraparlos es un acto de justicia.
Cuando el Estado se convierte en una herramienta del crimen, el pueblo tiene el derecho, la necesidad y la legitimidad de alzarse contra él. Es tiempo de acción. Los EE.UU. nos pagan si lo hacemos.
¿65 millones de dólares? Además de héroes, millonarios.
Una sinfonía de esfuerzos perfectos
La victoria no será un accidente, será el resultado de una rebelión popular organizada, una sinfonía de esfuerzos perfectos reunidos con un propósito común: vivir en familia y en libertad en Venezuela. Fuerzas populares y sociales, articuladas a las militares y policiales, deben actuar como un puño que golpee en la jeta al chavismo. Para Thoreau: “La desobediencia es la verdadera base de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos.” La inacción ya no es posible; cada venezolano debe convertirse en un actor activo de la resistencia.
Unámonos, venezolanos, unámonos contra el chavismo, es decir contra Cuba, Irán y Rusia, liberemos a Venezuela del socialismo corrupto y del eje de la crueldad.
Pongamos a un lado diferencias, luchemos unidos hasta el final.
La eternidad desvanecida del mal
Tzun Tzu lo expresó mejor: “En la guerra, la victoria no se logra solo con fuerza, sino con estrategia.” Venezuela necesita más que coraje; necesita organización, coordinación y un liderazgo que canalice la energía popular hacia objetivos concretos. María Corina y Edmundo González representan esa guía. La victoria requerirá estrategia, coordinación y sacrificio. Será histórica no solo por lo que lograremos, sino por lo que representará: la caída de una tiranía que parecía eterna. Esta no será una rebelión más; será la rebelión, la que nos devolverá nuestra dignidad, nuestra nación, nuestro futuro.
Ya no se trata solo de protestar, se trata de enfrentar al régimen con toda la fuerza que se tiene, en cada rincón del país. No hay balas que detengan a un pueblo decidido a ser libre,
¡Unión, venezolanos, unión! ¡Hasta el final, hasta la libertad!