Cien días no son suficientes para valorar la administración del presidente de la República de Panamá, José Raúl Mulino, pero se pueden establecer los parámetros que dictarán su gestión de gobierno.
Por: Carmen Carrasco – La Vanguardia
¿Cómo surge el espacio de tiempo de los 100 días de gobierno? De acuerdo a documentos consultados, en 1933, el presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, ante la amenaza de la subsistencia de la democracia frente a la grave crisis económica, utilizó la marca de los 100 días, lapso de tiempo, en que 15 leyes aprobadas por el Congreso contuvieron el pánico bancario. Los gobiernos de América Latina se hicieron “alter egos” de esta medición, incluyendo Panamá.
¿Qué pasó en estos 100 días para José Raúl Mulino? En este tiempo se ha producido un cambio copernicano en los panameños con relación a la imagen de Mulino. Dejamos de verle como un apéndice del expresidente Ricardo Martinelli para pasar a ser un mandatario que desea ser recordado como el hombre que transformó el país y modernizó el Estado al abandonar las añejas prácticas de dirigismo gubernamental.
El presidente panameño es conocido en la jerga diaria como Stalin Mulino por su parecido físico con el líder y presidente de lo que fue el Consejo de Ministros de la Unión Soviética, Iósif Stalin (1878-1953), y no por el actuar político por el que se le compara. No le molesta, solo ríe de esto, al afirmar en tono jocoso:
– “Las ocurrencias de mis paisanos. Somos únicos”.
Aún no presenta los típicos signos de envejecimiento, clásica señal de los que ostentan el control de una nación. Conserva el dinamismo que le acompañó en la pasada campaña electoral.
Al instaurar cada jueves la conferencia de prensa le acerca a una sociedad que ha sido desplazada por los gobiernos que le precedieron post-invasión. El gran protagonista es el ciudadano de a pie y sus preguntas.
La preocupación de los panameños, mayores de 30 años, es el futuro de la Caja de Seguro Social que administra el programa de pensiones expuesto a los vaivenes de los malos manejos de pasadas administraciones. El presidente va en búsqueda de una solución permanente que se sostenga con los años.
Mientras que los corresponsales extranjeros se sienten bien servidos, Mulino ha destacado que la política exterior está dirigida a lograr que Panamá sea excluida de las listas grises y recobrar su posición como actor transcendental en el ámbito internacional. Apuesta a la posición que su país asumirá en enero de 2025 ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El pasado martes 8 de octubre, la Unión Europea informó que Panamá forma parte del grupo de jurisdicciones que no cooperan con la UE en materia fiscal.
Días antes el presidente sentenció: “El país que nos tenga en listas o participe de grupos políticos que nos mantengan en listas será excluido de cualquier posibilidad de hacer negocios en Panamá. Así de fácil. Ninguna licitación, ningún contrato, ninguna asesoría de ningún tipo”. En este tema, debemos esperar a ver qué pasa.
Es un defensor de la libertad de prensa, pero eso no le impidió atacar a un importante medio de comunicación social al calificarlo como ”periodicucho”. Evidente contradicción. Allí falló.
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