Desde su fundación, Maracaibo se alumbró en los interiores de las habitaciones con candiles que contenían fibras vegetales impregnadas de grasa, velas de sebo o aceite de coco, mientras las calles permanecían oscuras o alumbradas con antorchas, sobre todo en la época de fiestas. Más tarde, llegó el kerosene y se usó para la iluminación.
Por: Zulia Live
Debemos recordar que el alumbrado público de Maracaibo se inició en 1837, cuando Frederic Harris, por sugerencia del gobernador Juan J. Romero, donó 12 faroles de hierro que encargó a Nueva York y que se instalaron, sobre postes de madera, en la calle Ancha o del Comercio; más tarde (1842), la Diputación Provincial colocó otros 14 faroles.
El resto de la ciudad permaneció en penumbras y en las noches sin luna los vecinos estaban obligados a encender antorchas, en los frentes de las casas, desde las 6.30 hasta las 10.00 de la noche.
En 1842, en las calles Derecha y de la Cárcel, aparecieron los primeros serenos, que velaron por la ciudadanía, pagados por los gremios de pulperos y de artesanos, como informan El Constitucional de Maracaibo (1837) y La Mariposa (1842).
En los próximos años se fueron creando nuevos faroles para contribuir al ornato público, fundamentalmente a partir de 1870.
El alumbrado eléctrico de Maracaibo, pionero en el país, tiene una larga historia; se inauguró el 24 de octubre de 1888, con motivo del Centenario del Natalicio del General Rafael Urdaneta, por un contrato realizado entre Jaime Felipe Carrillo y la administración seccional, bajo la razón social de The Maracaibo Electric Company, que funcionaba en una planta ubicada a orillas del Lago.
Las lámparas de arco que alumbraron las plazas y calles de Maracaibo, así como las extraordinarias en la Casa de Gobierno y en el teatro, se empezaron a encender desde la noche del 23 de octubre, para dar toda la solemnidad y pompa al Centenario del Héroe del Zulia.
Esta empresa eléctrica fue la primera en el país y segunda en Latinoamérica en ponerse al servicio público. Recordemos que Thomas Alva Edison había inventado la lámpara incandescente en 1879 y que las primeras máquinas traídas a Maracaibo son de la marca Thompson Houston, de la fábrica conjunta con Edison, y en 1890 fue cuando se instalaron las lámparas incandescentes fabricadas por Edison.
El 24 de octubre de 1889 se instaló en la ciudad el alumbrado privado incandescente con lámparas que tenían la fuerza de luz de 16 velas de esperma, al valor de 13 reales la suscripción mensual, por seis horas, y el mismo día se inauguró el moderno local de la empresa en la calle La Marina.
Posteriormente, en 1890, el alumbrado público se amplió en 46 focos, que se sumaron a los 155 que ya existían.
En 1916 la empresa empezó a prestar su servicio las veinticuatro horas del día, bajo la dinámica gerencia del industrial J.A. Parra Chacín. Para 1924 la empresa vendió sus instalaciones a un consorcio canadiense Canadian Internacional Power y la empresa pasó a llamarse Venezuela Power Company; ésta estableció una nueva central en el sector La Arreaga, que inició sus labores en 1926 y la cual sumó otra unidad en 1936. El 16 de mayo de 1940, se cambió la razón social a C.A. Energía Eléctrica de Venezuela (ENELVEN).
Al crecer la población debió ampliar su producción de kilovatio hora y en 1956 se inauguró la llamada planta 2, expandiéndose hacia el área rural, adquirió las plantas de Perijá y Colón, para cubrir la Costa Occidental y el Sur del Lago de Maracaibo.
En los setenta, ENELVEN inició la construcción de la Central Termoeléctrica Rafael Urdaneta, inaugurada el 24 de octubre de 1973, que generaba más de 90.000 kilovatios; en 1976 se le dio el nombre de Central Termoeléctrica Ramón Laguna a su central de La Arreaga, en homenaje a un destacado trabajador con cuarenta años de servicio.
Ese mismo año, el Fondo de Inversiones de Venezuela adquirió la mayor parte de las acciones del consorcio canadiense, convirtiéndola en empresa del Estado Venezolano.
Desde entonces ENELVEN ha seguido creciendo, hoy como parte del Sistema Interconectado Nacional (1981 y 1985), posee las centrales Concepción, Santa Bárbara y Casigua, además de las dos de Maracaibo, Ramón Laguna y Rafael Urdaneta, para dar servicio a 356.010 suscriptores con una capacidad de 1.175,3 megavatios y dando empleo a 1.788 trabajadores, pero la crisis económica que ha vivido el país recomienda su privatización.
En marzo de 1990 se instaló en la Costa Oriental del Lago la Energía Eléctrica de la Costa Oriental (ENELCO), después de un proceso de transferencia de los activos de CADAFE-región zuliana y bajo la administración de ENELVEN.
Esta nueva empresa del Estado venezolano, con 670 trabajadores, sirve de electricidad a los municipios Miranda, Santa Rita, Cabimas, Simón Bolívar, Lagunillas, Valmore Rodríguez y Baralt, con 101.161 suscriptores, teniendo la central San Lorenzo y las interconexiones de las líneas Yaracuy-Tablazo y Yaracuy-Morochas II.