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«En busca del orgasmo», el nuevo libro de Natalia Bravo (Entrevista)

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Si es de sacudir, sacudirá. Lo que se esparce sobre el ámbito de la literatura es infinito, y allí no hay imposiciones de verdades absolutas. El lector aprueba o desaprueba de acuerdo con su conocimiento, porque el entendimiento es otro estado.

Por: Ramón Navarro – El Venezolano News

Por eso Natalia Bravo (Caracas, 1986) admite que cumplió sus expectativas con su reciente libro En busca del orgasmo, un proyecto “lleno de erotismo, (…) es una experiencia, un desahogo, una permanente discusión filosófica: un enriquecimiento para el lector”, remarca su padre, el periodista Napoleón Bravo, quien se encargó del prologar la obra.

En los últimos 16 años, Natalia ha oscilado entre Florida y Nueva York. Partió antes que sus padres, Napoleón y Ángela Zago. Estos se quedaron en la isla de Margarita hasta que el chavismo los acorraló con su conocida estrategia, y adiós, Venezuela. Estudió en el colegio Emil Friedman, y luego se formó en Diseño Gráfico y Comunicación Visual en el Instituto Creativo Digital (ICD), en ese entonces dirigido por Carlos Márquez.

En Estados Unidos continuó su aprendizaje. Estudió actuación en The New School, fotografía en el International Center of Photography (ICP), y ahora está explorando con extrema seriedad el cine y la televisión en la NYU Tisch Art. “Quisiera indagar más en el cine. Esa es mi verdadera pasión”, confiesa.

Se ha orientado igualmente con lecturas, experiencia propia y el contacto con otros. Está repleta de inquietudes. “Hay un modelo de conducta humano que se origina en nuestras tendencias biológicas. Hay que desarrollar el lóbulo frontal, y eso lo conseguimos a través de la autocrítica”.

-¿Cómo fue la infancia de Natalia?

Mi infancia, entendida después de adulta, fue bastante especial, por varias razones. Una de ellas es que tuve la fortuna de crecer en el mundo cultural. Las personas que conocí en mi niñez lograron sus objetivos y vivían de “ser artistas”, cosa que no se ve muy a menudo. Ahora entiendo que el mundo en su mayoría no es así. Luego, crecer con dos padres reconocidos como periodistas, que, además, me permiten el acceso a cierta información distinta a la que tiene el común denominador, que hacen las preguntas respectivas de un periodista: “cuándo, cómo, dónde” y tienen la capacidad de hablar libremente de todos los temas. Me daban una libertad distinta a la que vi en la familia de mis amigos más cercanos.

-Esa Natalia que creció oyendo los cuentos en casa, cuentos familiares de acosos y persecución ¿Qué preguntas te hacía en esos momentos?

La estrategia de mis padres fue que notara lo menos posible esos conflictos. A pesar de que hubo allanamientos, persecución política antes y después de Chávez, no crecí en una casa inestable o conflictiva. Hacían que la situación se sintiera fácil de llevar. Luego, ya siendo adulta, tuve que revivir experiencias que algunos considerarían traumáticas; sobre todo, porque en algún momento traté de pedir asilo político. Ahí entendí realmente cuál era la situación y qué tan diferentemente era a la del común denominador, especialmente para los estadounidenses. Creo que todos los venezolanos tenemos una historia muy peculiar.

-¿Qué es lo que más te llamaba la atención de tus padres? ¿Con quién te identificabas más?

Tengo una relación sumamente cercana con mi madre. Nos llevamos muy bien. Pero en temas de admiración y respeto –la solidez que tiene en sus ideas, el liderazgo que asume sin ser prepotente ni autoritario– mi papá, definitivamente. Además, es un hombre sumamente sensible

-Cuando trabajabas con tu papá, desde jovencita, en sus programas de radio, ¿cuáles eran los principios periodísticos que él te enseñaba, y que hoy día, aplicas?

Él no los enseñaba como tal, sino que los practicaba. Recuerdo perfectamente que hubo una portada, creo que fue en la revista Estampa, que un Día del Padre titularon “La educación está en el ejemplo”, a la que siempre hago referencia porque definitivamente es cierto. Él educó a través del ejemplo. Varios de esos valores son la honestidad –sus opiniones eran tal cual lo que escuchabas por televisión–, el respeto hacia opiniones distintas a las de él, y entrevistar a gente que tuviera material que respaldara sus opiniones, y no simplemente entrevistarlos por ser “noticia”. Esos son valores fundamentales que me inspiraron a ser lo que soy a nivel laboral.

-Estás vinculada al diseño gráfico, comunicación visual, fotografía, a la escritura, a la edición de libros. ¿Qué no has hecho que quieras hacer, que lo veas como un objetivo determinante en tu vida?

Quisiera indagar más en el cine. Esa es mi verdadera pasión. Me gustaría asentar mi carrera en la escritura y por eso saco este proyecto (En busca del orgasmo) con la expectativa de que pueda transformarse en una serie de televisión. Además, considero que el mensaje que quiero transmitir es importante, porque debate temas que están en auge y que, a mí parecer, todavía no se desarrollan en el mercado hispano con la amplitud que me gustaría ver como una persona bilingüe. Temas relacionados al sexo, las relaciones interpersonales y la conducta humana.

-¿Cuáles son los estilos y directores que te llaman más la atención en el cine?

-Me gusta mucho David Fincher, Tarantino, Guillermo del Toro. Me voy más hacia el suspenso, y me gusta escribir suspenso. Son muchos los directores que respeto.

Lea la entrevista completa siguiendo este enlace a El Venezolano News

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