El primer astrofísico venezolano, el «olvidado» zuliano Héctor Rojas, determinó el lugar idóneo para el aterrizaje del Apolo XI. Con ello, logró reducir a un mínimo el riesgo para la vida de los astronautas de ese histórico primer alunizaje tripulado.
La Venezuela de Ayer / La Gran Aldea
El Eagle alunizó en la superficie lunar, en el Mar de la Tranquilidad, el 20 de julio de 1969, pero Rojas fue vetado de la historia tras visitar la extinta URSS en tiempos de la Guerra Fría.
Con 22 años, en septiembre de 1950 empaca «tres trapos» y se marcha a Francia para perseguir sus sueños, postulándose como becario en el curso de estudios superiores de Física y Matemáticas en La Sorbona, graduándose el 7 de junio de 1956, con la máxima distinción otorgada en ese país, mención très honorable (summa cum laude). Primero obtiene el doctorado en Física y Matemáticas, posteriormente doctorándose en Astrofísica, al tiempo que obtiene el rango de coronel de la Fuerza Aérea Francesa, logrando más tarde, convertirse en asesor científico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN.
El investigador y biógrafo Pierre Monteagudo @pierremonteagudo, desvela que el Dr. Rojas realizó importantes investigaciones en el Observatorio de París – Meudon; en la Instituto Carnegie de Washington D.C.; y el Instituto Tecnológico de Monterrey, en el Estado de Nuevo León, México, desempeñándose como profesor-investigador en asociación con el Pan American College, en Edinburg, Texas. De allí, se incorporará como científico del Programa Lunar Apolo de la NASA.
El talento del Dr. Rojas lo condujo a convertirse en el más destacado de los expertos en el suelo lunar, asesorando a los astronautas de la misión Apolo 11. La NASA lo considera como un candidato a viajar a la Luna, en calidad de astronauta científico con la misión de efectuar observaciones, estudios y experimentos en el campo de la astrofísica, anota Monteagudo.
El Dr. Rojas desarrolló el Método de las Transformaciones Sucesivas o Método Rojas de coeficientes espaciales, mediante el cual hizo los cálculos necesarios para el alunizaje del Apolo 11, en 1969.
Sus aportes y estudios
En el meticuloso ensayo del biógrafo, Monteagudo, desvela que el Dr. Rojas realizó importantes investigaciones en el Observatorio de París – Meudon; en el Instituto Carnegie de Washington D.C.; y en el Instituto Tecnológico de Monterrey, en México, desempeñándose como profesor-investigador en asociación con el Pan American College, en Edinburg, Texas.
De allí, se incorpora como científico del Programa Lunar Apolo, de la National Aeronautics Space Administration (NASA). Es considerado un autor por la Agencia Espacial Estadounidense, merecedor de la publicación de todos sus informes científicos, sobre características de la Luna, los cuáles fueron editados (1966-1967), por la Editorial del Centro Espacial de Vuelos Tripulados de la NASA, en Houston, Texas, hasta el año 1973, desde entonces llamado Johnson Space Center.
Un inciso: el Dr. Rojas dominaba “perfectamente” cinco idiomas: francés, inglés, alemán, italiano y japonés.
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