En el Jardín Botánico de la capital venezolana comienza a florecer una palma de Ceilán, una planta cuyos frutos pueden verse una sola vez en su vida. Luego se marchita y muere.
Por: Adriana Núñez Rabascall – La Voz de América
Originaria del sudeste asiático, la palma de Ceilán, de unos 22 metros de altura, que hoy florece en la nación sudamericana fue sembrada hace unos 50 años.
«Esta palma tiene una característica: es una palma que tarda muchísimo en florear, mínimo 30 años. Entre 30, 40, 50 años y hasta 80 años», explicó a la Voz de América Mauricio Krivoy, director del jardín.
«Hace una floración masiva, de más de tres millones de flores, pero es una palma [de las] que se conocen como monocárpicas, que significa que florean y fallecen”, agregó.
Las espiguillas amarillas que apenas nacen se podrán observar mejor en febrero, cuando ocurra el total florecimiento.
Ubicado al margen de la autopista que conecta este y oeste de Caracas, el Jardín Botánico es uno de los puntos más verdes de la ciudad, con 70 hectáreas de extensión.
“Lograr ver esta floración en momento de franca recuperación del Jardín Botánico es muy alentador en la ciudad”, asegura Krivoy.
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