Día a día en Venezuela cientos de mujeres, desde su área de conocimiento, brindan importantes contribuciones al país y cada vez más se abren camino en campos laborales que, históricamente, han estado dominados por hombres.
A propósito del Día Internacional de la Mujer, la Voz de América conversó con dos ingenieras que con su ejemplo que marcan la diferencia en medio del complejo contexto que atraviesa Venezuela.
Ambas brindan aportes invaluables que contribuyen al desarrollo de otras mujeres, de quienes asumirán el relevo en un futuro y, en general, de la sociedad venezolana.
Proveer de energía al mundo
Zeudy Galbán es ingeniera de petróleo egresada de la Universidad del Zulia, donde es profesora, con especialización en Gerencia de Proyectos. Es consultora en el desarrollo de aplicaciones computacionales para nuevas tecnologías de levantamiento artificial y cofundadora de Woman in Energy Venezuela, una iniciativa de la Sociedad de Ingenieros de Petróleo Internacional.
Ha trabajado en campos petroleros en Venezuela y Kuwait, entre otros países. Decidió estudiar la carrera, no solo por vivir en un país petrolero, sino por “la razón de ser de la industria” y las oportunidades que ofrece.
VOA: ¿Cómo ha sido tú experiencia en este campo dominado por hombres?
Galbán: En todas las estadísticas que puedas encontrar no se alcanza un más de 25 % de la representación femenina dentro de la industria petrolera. En términos de diversidad somos una minoría. Tienes que tener una fuerte valoración de ti misma para poder avanzar; no hay forma en que si tú misma no le das valor al aporte que das profesionalmente, otros lo vayan a dar. Nosotras tenemos que tener confianza en lo que hacemos.
Hay labores en las que te dicen “ella no va porque es mujer”. Me pasó en el Medio Oriente donde se le suma el tema religioso. Hay algunos motivos, en los cuales, para poder enviar a una joven profesional a un campo necesitan el consentimiento de su padre o esposo.
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Yo disfruté mi etapa como joven profesional, fui a las actividades en campo. Es retador pasar días en taladros. Me tocó en el Lago de Maracaibo quedarme que una gabarra de perforación donde el ambiente es masculino.
Siempre ha sido el auto empoderamiento lo que ha permitido que nosotras, hablo de mi generación, nos permitió avanzar. Es saber que es un trabajo que tiene muchas gratificaciones, puedes tener la oportunidad de contribuir incluso hasta en la economía de un país.
VOA: ¿Cuál es el trabajo que hacen en Women in Energy Venezuela?
Galbán: El propósito es crear una red donde te sientas identificada con otra profesional en la misma industria, visualizando lo mismo que probablemente tú ves desde el punto de vista de cómo avanzar en la escalera corporativa, cómo tomar posiciones técnicas de mucha exigencia y permite tener modelos a seguir.
Hemos desarrollado programas interesantes, el de mentorías apunta a preparar a jóvenes profesionales en lo que sería el posible futuro de desarrollo de carrera. Tenemos también una colaboración con un cuaderno de actividades que se llama “Mene va a la escuela” y visitamos algunos institutos educativos indicándole a los niños cuál es la importancia del petróleo y combinándolo con valores.
VOA: ¿Cómo crees que se puede impulsar que cada vez más mujeres en Venezuela y en la región opten por estudiar ingeniería y puntualmente ingeniería de petróleo?
Galbán: Ir hacia la desprofesionalización es un error, la educación es importante para el crecimiento y el desarrollo de los países y en el caso de Venezuela no nos vamos a quedar atrás. Los jóvenes siguen estudiando, siguen teniendo interés y además tienen ejemplos. Venezuela tiene una gran cantidad de ingenieros de petróleo distribuidos en todo el mundo.
Todo va a depender de cada uno de nosotros, a donde tú puedas llegar el único que puede condicionarlo eres tú mismo.
VOA: ¿Cuáles son las mayores oportunidades que consideras existen en el campo energético en la región, especialmente para recién graduados?
Tienen un reto muy importante, primero la industria petrolera está mirando hacia lo que es la transformación digital, es crear procesos mucho más automatizados, procesos que son repetitivos, hacer uso del machine learning, de la inteligencia artificial. La industria petrolera está necesitando de innovación, de soluciones innovadoras para poder ser una industria más limpia. Tenemos que ir hacia la descarbonización.
Reconectar a quienes estuvieron conectados
Alejandra Stolk es ingeniera de sistemas con especialización en seguridad de sistemas en la Universidad de York en Inglaterra. Actualmente es jefe de Redes y Conectividad de la Universidad de Los Andes y presidenta de Internet Society (ISOC) capítulo Venezuela, una organización dedicada a “asegurar el desarrollo, evolución y uso de internet para el beneficio de todos”.
VOA: ¿Cómo crees que se puede impulsar que más mujeres en Venezuela se orienten hacia la ingeniería, matemática y en general las ciencias?
Stolk: Hoy en día, no solamente las mujeres, también los hombres les huyen a las carreras científicas y duras. Creo que hay muy poca orientación, creo que en los bachilleratos nos falta mucha orientación. También hay que transmitir que no todos tienen que ir a la universidad para ser exitosos, pero sí que empiecen a orientar que existen ciertas carreras y habilidades.
VOA: Según la CEPAL, se estima que cuatro de cada diez mujeres en la región no pueden costear una conectividad efectiva. ¿Cómo ves la situación en Venezuela?
Stolk: Un poquito menos de la mitad del mundo no está conectada a internet y ese es un trabajo grande que tenemos que hacer. Venezuela tiene un fenómeno muy particular que, por esta crisis política y económica que hemos vivido tenemos un retroceso. Tenemos, no gente que nunca se conectó, sino gente se conectó y ahora está desconectada.
Es un fenómeno muy raro, no es nuevo, pero sí extraño en el mundo. En la mayoría del mundo la gente que no está conectada o es muy pobre o vive muy alejada de las ciudades.
En Venezuela tenemos gente desconectada dentro de las ciudades. CANTV, que es nuestro principal proveedor de internet, ha venido viniéndose a menos por una desinversión muy grande y por ser una empresa demasiado grande, difícil de mantener y de costear con unos precios muy bajos. Contratar un servicio nuevo muchas veces es muy costoso.
Tenemos mucho trabajo por hacer en Venezuela para reconectar a quienes estaban conectados y conectar a quienes nunca llegaron a conectarse y ahí las mujeres, en los casos que hemos visto en ISOC, cuando se conectan, la conexión suele ser muy pobre. No aprovechan todo lo que internet les puede brindar sobre todo para desarrollarse profesionalmente.
VOA: ¿Cómo crees que podrían abrirse posibilidades, tomando en cuenta la coyuntura de Venezuela, para que más mujeres puedan tener habilidades básicas para usar internet y de esa manera aprovechar las oportunidades de estudio y trabajo, partiendo de que no hay apoyo del Estado?
Stolk: En África y otros países de Latinoamérica hay muchos ejemplos de redes comunitarias. Aquí se han hecho algunos esfuerzos, se hizo un proyecto con ISOC y, la idea es, no solamente llevarles la conexión, llegar más allá. Si solamente les das conexión no hay desarrollo de la comunidad y lo que se quiere es brindarles herramientas para que desarrollen sus vidas.
Se comenzó a trabajar un poco la pata social y aparte de tener la parte técnica, tecnológica, de darles la experticia de cómo mantener la antena, de cómo llevar el día a día para que puedan independizarse lo más posible, también estaba la patica de hablar de emprendimiento y alfabetización digital. Muchas veces en esos pueblos hay servicios que pueden vender desde internet, las actividades que realizan en esos poblados para promover el turismo.
VOA: ¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?
Stolk: Conectarme con gente que puede estar simplemente esperando una conexión y resulta que descubre un montón de cosas, eso es muy bonito. Es ese brillo de una esperanza de que puedo hacer otras cosas y de que hay un futuro diferente a lo que estoy viviendo sobre todo cuando trabajamos con comunidades económicamente deprimidas.
En el área de educación, poderle brindar a los muchachos en universidades públicas la posibilidad de graduarse. Yo doy clases de una materia obligatoria en octavo semestre y cuando no hay profesor de redes se convierte en una especie de represa de estudiantes. Es satisfactorio que, además, los muchachos siguen teniendo ganas de profesionalizarse, de graduarse. Hacen lo que sean por conectarse para poder culminar sus estudios.
