Vía Derecha Diario
Las consultoras privadas están evaluando una serie de escenarios con las primeras medidas que tomarían los equipos económicos de Milei, Bullrich y Massa. La Libertad Avanza prepara una gran liberalización, Melconian podría repetir el plan Bunge & Born y Massa seguiría apostando por la represión financiera.
La incertidumbre en la antesala de las elecciones es total. Las primarias dejaron un escenario de tres tercios con un Javier Milei fortalecido, pero la segunda vuelta es el escenario más probable y allí puede pasar cualquier cosa. Ante esta situación, resulta imposible conocer con certeza el programa económico que empezará a partir del próximo 10 de diciembre.
Aún así, algunas consultoras privadas ya incorporan algunos escenarios de “medidas iniciales” que podrían tomarse de acuerdo al programa de cada candidato, teniendo en cuenta las declaraciones públicas de sus respectivos equipos económicos.
Todas las consultoras coinciden en que el escenario de partida será extremadamente caótico, se descuenta una devaluación oficial de entre el 70% y el 100%, y la tasa de inflación podría fácilmente superar el 200% interanual en el primer trimestre del año 2024.
Las medidas iniciales que podría tomar el equipo de Milei (La Libertad Avanza)
Según un reciente informe de la Consultora 1816, el equipo de Milei podría comenzar con una rápida liberalización cambiaria y regulatoria, buscando acelerar el proceso de dolarización todo lo que sea posible. En base a este escenario, la consultora anticipó una serie de “posibles” medidas (no son medidas confirmadas, sino las que espera la consultora).
- Rápida liberalización del tipo de cambio oficial.
- Congelamiento del dólar en una paridad fija, a través de la cual se emprenderá la conversión de los pesos.
- Legalización del dólar como moneda de curso legal, en libre convivencia con el peso.
- Progresiva dolarización de la deuda pública en pesos y desagio de las tasas de interés.
- Las deudas CER mantendrían las tasas originales pero en dólares.
- Lanzamiento del Fondo de Estabilización Monetaria (FEM), que obtendría financiamiento con garantía de activos como los títulos del Banco Central y el FGS.
- Las necesidades más inmediatas para comenzar el proceso de dolarización rondarían los US$ 26.000 millones al tipo de cambio CCL actual.
Se trata de un programa de estabilización de shock como no se veía desde el lanzamiento de la Convertibilidad en el ’92, basándose en toda la experiencia aprendida en esos años. El objetivo del programa es dar una solución concreta para la reestructuración de los pasivos remunerados del Banco Central, y requerirá de un fuerte ajuste fiscal inicial.
Las medidas de Melconian y Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio): ¿Un nuevo plan Bunge & Born?
Los lineamientos básicos del programa de la Fundación Mediterránea son similares a los que fueron lanzados entre julio y diciembre de 1989, en lo que se denominó como “plan Bunge & Born”.
Este programa, instrumentado por Néstor Rapanelli y Miguel Roig en su momento, combinaba medidas ortodoxas y heterodoxas y se adoptó en un contexto muy parecido al que se espera para el 10 de diciembre.
En línea con estos lineamientos, las consultoras estiman que podrían tomarse las siguientes medidas en caso que Bullrich ganara las elecciones.
- Fuerte devaluación inicial para equiparar los tipos de cambios.
- Implementación de un desdoblamiento del tipo de cambio, habilitando un segmento libre y otro controlado para ciertas transacciones.
- Controles de precios “amigables” (según la definición que dio el propio Melconian).
- Promesa de no reestructurar los pasivos del Banco Central.
- La principal ancla será el ajuste al déficit fiscal, descartando cualquier reducción impositiva para el corto plazo.
- Aumento de las tarifas de los servicios públicos.
El plan de Melconian podría ser incluso más “permisivo” que el plan Bunge & Born original desde el punto de vista fiscal, ya que en 1989 se lanzó un ambicioso programa de privatizaciones, y Juntos por el Cambio anunció que todas las empresas estatales serán mantenidas (incluso las que creó Alberto Fernández desde 2019).
El programa Bunge & Born colapsó en diciembre de 1989 y derivó en una segunda hiperinflación. El ancla cambiaria y fiscal no logró ser lo suficientemente creíble como para producir un “cambio de régimen”, y postergó la necesaria estabilización.
Sería lastimoso que se adopte este plan, ignorando toda la experiencia aprendida del equipo de Menem entre 1989 y 1992, y retrasando 4 años más la implementación de un verdadero plan que estabilice la economía.
No hay plan si gana Massa (Unión por la Patria)
La incertidumbre más grande gira alrededor de las posibles medidas que podría llegar a tomar Sergio Massa si resultara el vencedor. El ministro de Economía se pronunció abiertamente en contra de liberalizar el mercado cambiario y en contra de la devaluación, pero las circunstancias de la macroeconomía son cada vez más adversas y el margen para “elegir” se acota.
Se apuesta por un ajuste fiscal gradualista, con la esperanza de alcanzar el equilibrio primario para el año 2024. El viceministro Gabriel Rubinstein se pronunció a favor la mayor corrección fiscal y el “avance” hacia la liberalización y unificación del sistema cambiario, pero lo cierto es que no existe ninguna garantía de que ocupe un rol significativo en una eventual administración massista.
El escenario base para una eventual presidencia de Massa será la continuidad de la represión financiera, las “devaluaciones administradas” para ciertos sectores de manera temporal, y la administración del comercio exterior a través de licencias no automáticas, aranceles y retenciones. No se anticipa un plan de estabilización propiamente dicho.