Vía El Economista
El precio por fletar un barco está por debajo de su media histórica por la débil demanda global. Según el índice de Bloomberg que recoge la evolución de los fletes, los precios se encuentran por debajo de su media histórica (desde 2016 que es cuando se inicia el seguimiento) y cae un 42% en lo que va de 2023. Pero esta situación puede cambiar drásticamente si vuelven los cuellos de botella, como ocurrió durante la recuperación tras la pandemia. Y el foco está puesto ahora en el Canal de Panamá y la obstrucción del comercio por la sequía.
Existen puntos en el planeta donde no se puede elegir la ruta marítima por la que pasar, como es el caso del Estrecho de Ormuz. Este desfiladero naval es el único punto por el que pueden pasar barcos petroleros y de gas natural licuado de países como Emiratos Árabes Unidos. Por este estrecho, que siempre ha sido un punto caliente por la tensión geopolítica de la zona, pasa uno de cada cinco barriles de crudo que se consume en el mundo.
Existen otros pasos como el Canal de Panamá que están diseñados para ahorrar tiempo y dinero a los fletes y al transporte de mercancías. Sin embargo, la sequía que azota al país se ha convertido en un problema en las últimas semanas que causa retrasos, presiones de precios y aumento de costes. Y todo ello tiende a pagarlo el cliente final.
El Canal de Panamá está congestionado por el número de buques que tienen que pasar por él y que no pueden hacerlo al ritmo habitual por la falta de agua. De ahí que haya buques que estén dando la vuelta por el cabo de Buena Esperanza, aunque eso suponga retrasar el viaje en más de tres semanas (el Canal de Panamá ahorra la mitad del tiempo de un viaje entre la costa este de Estados Unidos y Japón al esquivar Sudamérica). Entra en juego renunciar a la opción que ahorra tiempo, el canal, en favor de un viaje más largo pero sin cuellos de botella. «Nos enfrentamos a menos capacidad, más viajes, costos altos y una cadena de suministro ineficiente. Todos tendrán que ser creativos y decidir por dónde van a ir», explicó el director ejecutivo de British American Shipping, cuya compañía mueve más de 20.000 contenedores al año.
El precio de saltarse la cola
Se pagan millones por adelantarse en la cola a los barcos que tienen reserva, en particular los buques que llevan combustible entre Estados Unidos (este) y Asia. Según datos de Waypoint Port Services, compañía naviera, hace un año se subastaba por 173.000 dólares el pase de una reserva de tránsito cancelada. Ahora, se han llegado a ver pujas finales en los cuatro millones de dólares por colarse en la lista de espera. «Está astronómicamente fuera de control», estimó el responsable del grupo en Panamá, Francisco Torné.
El calado máximo también se ha reducido, por lo que los barcos tienen que pesar menos (llevar menos mercancía) si quieren pasar por el Canal de Panamá, otro handicap de costes. Las autoridades del canal tienen planteadas estas medidas de restricción de paso hasta febrero del año que viene. Hay proveedores que están reservando rutas alternativas en 2024 para evitar una situación potencialmente peor.
El tiempo de espera medio roza los 8 días
Según las autoridades del Canal de Panamá, el tiempo de espera para un buque sin reserva de paso por este estrecho artificial es de 7,9 días con datos a 15 de diciembre en el lado sur (un lado para cada sentido, como norma general). Este lapso temporal se sitúa un 40% por encima de los niveles de agosto, cuando la crisis por la sequía no era tan pronunciada como en las últimas semanas. No obstante, el promedio de días en cola de buques listos para el tránsito ha sido más alto en los últimos 28 días al alcanzar los 15 en el lado norte el 6 de diciembre.