Vía Clarin

«Hay países acá que no respetan la democracia, ni las instituciones, ni los derechos humanos», dijo el uruguayo Luis Lacalle Pou

La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de Buenos Aires terminó este martes como se esperaba.

Alberto Fernández debió pasar la presidencia pro tempore de este foro que esperaba seguir conduciendo al primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.

Y los líderes de los distintos países no pudieron consensuar sus profundas diferencias sobre cómo conciben la democracia. Y en la llamada Declaración Final la interpretación quedó abierta. «La democracia es una conquista de la región que no admite interrupciones ni retrocesos».

El documento llamá a «elecciones libres, periódicas, transparentes» pero las consideró una «expresión de la soberanía del pueblo», algo que pese a lo que dice el documento no es posible ni en Venezuela, ni en Cuba ni en Nicaragua.  

Para el caso tanto Alberto Fernández como Lula da Silva, en todo caso los protagonistas en esta última cumbre evitaron condenar a las dictaduras de la región y por el contrario concentraron sus críticas en lo que consideraban solamente una deriva de la ultra derecha.  

Al abrir la que fue la VII Cumbre, que se caracterizó por el faltazo a último momento de Nicolás Maduro ante el temor de las denuncias judiciales a nivel nacional y en los Estados Unidos, Fernández dijo: «Creemos en la democracia y la democracia está definitivamente en riesgo. Después de la pandemia hemos visto sectores de ultra derecha de pie y amenazando a cada uno de nuestros pueblos. No podemos permitir que esa derecha recalcitrante y fascista ponga en riesgo la seguridad de nuestros pueblos», afirmó.

El error presidencial

Lo dijo en el marco de un discurso en el que dio la nota al confundir cumbre de la CELAC con la de las Américas, lo que provocó risas porque se trató de un lapsus. 

Luego de las críticas por las invitaciones a Maduro, el cubano Miguel Díaz-Canel -el único de los tres presente- y Ortega, cuyos regímenes son duramente cuestionados por las violaciones a los derechos humanos y las detenciones de presos políticos, Fernández destacó la legitimidad de los integrantes del organismo.

Maduro mandó este martes un mensaje grabado, en el que siguió culpando a la derecha «neofascista» de preparar un ataque en su contra. Además del jerarca venezolano, no llegaron a Buenos Aires, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el nicaragüense Ortega, el ecuatoriano Guillermo Lasso, la peruana Dina Boluarte y otros.  

Pero además, para hablar de la «democracia en riesgo», el jefe de Estado enumeró «el golpe de Bolivia», «la locura en las calles de Brasilia a una semana de haber asumido Lula» y en la Argentina, el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Por su parte, Lula dijo luego en clave de política interior de Brasil, y en referencia al ex presidente Jair Bolsonaro, su enemigo, que las «tentaciones autoritarias» siguen «desafiando» la democracia en América Latina.

Llamó la atención que al final de este martes, Lula, que el miércoles temprano viaja a Uruguay para reunirse con Luis Lacalle Pou, al final no se reunió con Cristina Kirchner.

Fuentes en Brasilia se hicieron eco de que el líder había avisado que no se movilizaría hasta el Senado, así que con el enfrentamiento protagonizan Alberto y la vicepresidenta, no se la vio por la cumbre.

Si bien los discursos de los presidentes fueron cerrados a la prensa tras oírselos a Fernández y al canciller Santiago Cafiero en la inauguración, detalles de los mismos se fueron conociendo con el correr de las horas y los únicos que rompieron la tendencia contemplativa hacia las dictaduras fueron el uruguayo Luis Lacalle Pou y Gabriel Boric, de Chile.

El más contundente fue Luis Lacalle Pou que advirtió este martes que organizaciones como la CELAC no pueden “tener un carácter de club de amigos ideológicos”.

Fue una crítica directa a la presencia de representantes de Venezuela, Nicaragua y Cuba en el foro que se lleva a cabo en Buenos Aires. Dijo, a su vez, que en la «alternancia» estará la fortaleza del foro. «Mal le hacemos en ponerle un tinte ideológico a la CELAC», insistió.

Sin hacer referencia explícita a algún país, el mandatario apuntó que algunas de las naciones que forman parte de la CELAC no respetan los derechos humanos. “Se habla del respeto a la democracia, a las instituciones y los derechos humanos (en el documento conjunto que suscribirán los miembros del bloque). Pero hay países acá que no respetan la democracia, ni las instituciones, ni los derechos humanos”, profundizó Lacalle Pou, que en la pasada cumbre de la CELAC, de México, en 2021, sí hizo una fuerte crítica directa a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Mario Abdo Benitez, el presidente de Paraguay siguió la línea del oriental. “No podemos mirar a otro lado cuando siete millones de venezolanos han abandonado sus hogares” y habló de la necesidad de que haya elecciones libres no importa dónde. 

Lacalle Pou después dio una conferencia de prensa en la que defendió los acuerdos de libre comercio que junto al Mercosur o por fuera del mismo quiere firmar, como con China, con la alianza Transpacífico, y propuso una zona de libre comercio con la región.

No se mostró partidario de incorporar a Uruguay a la moneda común para el comercio bilateral que debaten Argentina y Brasil e ironizó con una frase del ministro de Economía Sergio Massa en que consideró a Uruguay como el “hermano menor” de Argentina y Brasil. “Eso parece Disneylandia”, señaló.

El chileno Gabriel Boric dijo que era «deber» del gobierno nicaragüense de Daniel Ortega -uno de los ausentes en la cumbre- de avanzar hacia la libertad de los presos políticos porque, en sus palabras, solo con la libertad y la dignidad se fortalece la democracia y el bienestar de los pueblos.

Al mismo tiempo destacó su discurso en condenar la deriva peruana.  «No podemos ser indiferentes cuando hoy día en nuestra hermana República del Perú, con el gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar lo que consideran justo, terminan baleadas por quien debiera defenderlas», sostuvo y con él coincidieron López Obrador desde la capital mexicana -mandó un mensaje- y el colombiano Gustavo Petro en Buenos Aires. Ambos igual son acusados de injerencia por el gobierno de Dina Boluarte. .

En tanto también el enviado de Joe Biden, el ex senador Cristopher Dodd, dijo en su discurso que «si algo que une al presidente de los Estados Unidos y las naciones democráticas de este hemisferio, es la firme creencia de que el poder de cualquier estado surge directamente de su pueblo. Los Estados Unidos respetarán y buscarán asociarse con cualquier gobierno de todo el espectro político (izquierda, centro, derecha) que sea elegido y gobierne democráticamente, incluso si esos tienen grandes desacuerdos con los Estados Unidos»