Vía Ámbito

Testeamos ChatGPT de Open IA, un chat conversacional asombroso que ha levantado elogios y críticas por igual. Por qué es la inteligencia artificial conversacional más avanzada del mundo, por qué mete miedo y qué esperar a futuro.

Hace unos días, la empresa OpenIA lanzó ChatGPT, un chatbot de IA optimizado para el diálogo. En criollo, se trata de un chat basado en inteligencia artificial que permite mantener conversaciones en lenguaje natural.

OpenAI es una empresa de investigación e implementación de inteligencia artificial con una misión clara: construir y garantizar que la Inteligencia Artificial General (AGI) –sistemas altamente autónomos que superan a los humanos en el trabajo económicamente más valioso–, sea segura y beneficiosa para toda la humanidad.

El lanzamiento de ChatGPT causó un fuerte revuelo, críticas y asombro. Se trata de un chat de IA conversacional con una capacidad asombrosa e inquietante, que puede sostener una conversación extensa con un ser humano, mantener el hilo de la conversación, identificar ideas centrales, relacionar conceptos, elaborar respuestas no lineales, extensas, exhaustivas, reflexivas, con recomendaciones, con lenguaje claro y sencillo.

Algunos destacan que alcanzó un millón de usuarios en tan solo 5 días, cuando Instagram por ejemplo demoró casi tres meses en reunir esa misma cantidad. La web entera está hablando de esta IA que ha dejado a todo el mundo perplejo y preguntándose cuál es el futuro de la inteligencia artificial y de la humanidad.

Cconversando con ChatGPT

ChatGPT es realmente asombroso, aprende a medida que interactuamos con él, no repite respuestas y puede seguir perfectamente el hilo de una conversación, retomando preguntas anteriores.

Para probar las capacidades de ChatGPT, se hizo un test de tres días de duración, con un total de una hora y media aproximada de conversación. Se le consultó temas de interés general, preguntas jurídicas, que redactara contratos, cartas documentos, consultas sobre física, matemáticas, salud, literarias, filosóficas y hasta que corrigiera código de computación. Los resultados fueron sorprendentes.

Para comenzar, se le pidió a ChatGPT que escribiera un ensayo de 200 palabras sobre inteligencia artificial, que explicara qué es el Test de Turing, la entropía, la hipótesis de la resonancia mórfica, la teoría del todo, qué es la conjetura de Hodge, la hipótesis de Riemann, cuáles eran los alimentos con bajo índice glucémico y si los lentes de realidad virtual pueden ocasionar problemas de salud.

Si bien se trata de preguntas teóricas y conceptuales, la IA sorprendió con su capacidad para identificar ideas centrales, elaborar conceptos y sintetizarlos en un lenguaje claro, accesible, pero a la vez preciso, reflexivo y de manera exhaustiva. En algunos casos, hasta ofreció recomendaciones bastante acertadas.

¿Significa esto que los buscadores y enciclopedias online tienen los días contados? ¿En un futuro no tan lejano, ingresaremos todas nuestras preguntas en un chat de inteligencia artificial que se alimentará de todo el conocimiento de la humanidad disponible y tendrá la capacidad para relacionar estas ideas y elaborar respuestas complejas en un lenguaje simple y accesible?

Para elevar la apuesta, se le pidió que resumiera ideas centrales de la película Avengers: Endgame y libros tales como Así habló Zaratustra, El Ser y la Nada, El Leviatán y Demian, tanto en español moderno como en castellano antiguo. También se le pidió que describiera la inclinación filosófica de Jordan B. Peterson y que respondiera qué se considera una rentabilidad moderada en inversiones en dólares estadounidenses. El objetivo era averiguar cómo la IA relacionaba ideas y conceptos que no son de manual, para elaborar respuestas con cierto grado de complejidad. Además, este tipo de preguntas suelen ser asignaturas que se piden en los colegios o universidades para evaluar capacidades cognitivas de los alumnos.

Aunque en el castellano antiguo la IA no anduvo tan bien, las respuestas muestran la sorprendente e inquietante capacidad que tiene ChatGPT y hace que inevitablemente nos preguntemos, con este tipo de tecnología, ¿será viable en un futuro pedirles a los alumnos que redacten ensayos en sus casas o que hagan exámenes domiciliarios? De hecho, las capacidades demostradas por esta IA ya pusieron en alarma a distintas personalidades que advirtieron que el sistema educativo deberá cambiar para siempre.

Pero a la vez, también vale preguntarse, ¿cuál será el futuro de los copywriters, narradores, escritores, profesionales del storytelling y ensayistas? ¿Las respuestas de ChatGPT estarán protegidas por derechos de propiedad intelectual? ¿Cómo evitar o reconocer el plagio en estos casos?

A continuación se le pidió a la IA que redactara un Acuerdo de Confidencialidad, una carta documento y que respondiera distintas preguntas jurídicas de varias jurisdicciones. Si bien los documentos que se le pidieron son estándar y las preguntas pueden considerarse de manual, las respuestas fueron más que aceptables.

¿ChatGPT podría reemplazar a los abogados? Quizá no para hacer una demanda o un contrato complejo, pero con esta tecnología, ¿seguiremos necesitando a los abogados para consultas básicas iniciales o para redactar documentos estándar?

Para finalizar, y con el objetivo de testear a fondo ChatGPT, se escribió un código de programación en lenguaje Python con errores y se le pidió que lo corrigiera. El objetivo era testear la capacidad de la IA para detectar errores, evaluarlos y hacer correcciones. La respuesta de la IA fue contundente y acertada, identificó correctamente los dos errores y brindó las posibles soluciones.

¿Significa esto que ya no necesitaremos docentes en un futuro o que su función se reducirá o se transformará en otro rol? ¿En el futuro las inteligencias artificiales serán asistentes de los docentes para corregir o los reemplazarán?

La IA y el futuro de los empleos

Mucho se especula sobre si la inteligencia artificial acabará con gran parte de los trabajos que conocemos hoy en día o si se convertirá en una especie de Skynet. La respuesta es impredecible. Si bien las teorías más optimistas consideran que la IA va a potenciar las capacidades de los seres humanos y va a crear nuevas fuentes de trabajo que hoy ni siquiera conocemos, las últimas noticias de sistemas de inteligencia artificial que generan imágenes, videos, pinturas y texto hacen que nos recorra cierto escozor al advertir que varias de las tareas que requieren estudios superiores, conocimiento formal y creatividad podrían ser automatizadas con una IA.

Esta es una de las reflexiones centrales de Paul Krugman, economista y premio Nobel, en una columna para el New York Times, quien afirma que antes “las máquinas sustituían a los músculos”, pero ahora están sustituyendo al conocimiento humano y si bien a largo plazo, quizá el empleo agregado no disminuya, los avances tecnológicos actuales podrían afectar a los trabajadores del conocimiento, tales como programadores, abogados, contadores, ensayistas, escritores, analistas, investigadores y la lista puede seguir. De hecho, un usuario en Twitter afirmó hace unos días que ChatGPT pasó un examen (de prueba) de abogacía y uno de medicina.

La clave de este interrogante pasa por la reconversión profesional y laboral de los trabajadores. Esta reconversión, como menciona Krugman, suele ser dolorosa. Este es el verdadero desafío que debemos repensar como sociedad. La reconversión profesional y laboral debe ser una política de Estado y de los sindicatos para garantizar que la transición sea lo más exitosa y menos dolorosa posible.

¿La IA puede convertirse en una amenaza para la hiumanidad?

La IA puede ser muy útil en muchas áreas, como la medicina, la industria y el transporte. Sin embargo, también hay preocupaciones sobre la IA. Algunos temen que los sistemas de IA puedan reemplazar a los trabajadores humanos en ciertas tareas, lo que podría llevar a un aumento del desempleo. También hay preocupaciones de que la IA pueda ser utilizada de manera malintencionada. La IA puede ser una herramienta muy útil si se utiliza de manera responsable y ética, pero como cualquier tecnología poderosa, también puede ser utilizada de manera peligrosa si no se maneja adecuadamente. Por lo tanto, es importante asegurarse de que se desarrollen y utilicen sistemas de IA de manera ética y responsable.

El párrafo anterior lo escribió el propio ChatGPT, a partir de dos preguntas que se le hicieron. Me parece adecuado como final para esta opinión.

Se puede afirmar que el límite de la IA es el conocimiento disponible de la humanidad, que todavía no crea conocimiento nuevo. Se puede argumentar, como menciona Krugman, que la IA no es propiamente inteligencia. Y también, como advierten varios usuarios, se puede sostener que ChatGPT tiene errores y no es infalible. Pero las capacidades y las consecuencias posibles para la humanidad de este tipo de IA avanzadas son incalculables.

El propio Sam Altman, CEO de OpenIA –la empresa que creó ChatGPT–, se ha referido en el pasado sobre “los peligros de no pensar en las «consecuencias sociales» cuando «estás construyendo algo en una curva exponencial»”.

El futuro ya está aquí. Ahora toca adaptarnos, regular, exigir acountability y desarrollar sistemas que sean éticos y responsables. Al fin y al cabo, es lo que recomienda la propia IA y el futuro de la humanidad está en juego.