El Perú se ha sumido en una vorágine de incertidumbre económica y anarquía desde que el comunista Pedro Castillo ocupó la presidencia el pasado 28 de julio.
Por: Rodrigo Saldarriaga – La Gaceta de la Iberosfera
Rodeándose de asesores salpicados de denuncias por corrupción e investigados por los presuntos delitos de lavado de activos y apología al terrorismo, los conflictos sociales y antimineros apuntan a incendiarlo todo.
A la crisis política provocada tras la elección de su primer Gabinete ministerial -presidido por el imputado Guido Bellido-, le ha seguido una profunda desconfianza ciudadana hacia el nuevo gobierno izquierdista, incluso de quienes le votaron en la segunda vuelta de las Elecciones Generales 2021, pues el discurso populista de Castillo espanta las inversiones privadas, lo que ralentiza la recuperación de la economía peruana, severamente golpeada por los estragos de la pandemia del covid-19.
Aunque todavía es muy pronto para un análisis a profundidad de su gobierno, en solo cien días Castillo ha trastocado el modo de vida de los peruanos, que no solo han tenido que sortear la convivencia con el coronavirus, también la subida del precio del pan, el gas y el dólar, una incertidumbre que empeora con las declaraciones de Castillo, dispuesto a prometer estatizaciones con tal de ganarse los aplausos del público; y estaría bastante desesperado por ellos, pues un 53% desaprueba su gestión, de acuerdo con una última encuesta de CIT Opinión & Mercado.
“La gente que aprobaba a Castillo está migrando a la desaprobación. La decepción es el sentimiento que está primando. La decepción ciudadana se explica por la ineficiencia de Castillo y su incapacidad para gobernar y tomar decisiones. También su incapacidad para elegir ministros idóneos para su Gabinete. La incertidumbre política, con amenazas de estatización del gas de Camisea o pretender una nueva reforma agraria sin participación de los agroexportadores, desalienta la inversión privada, generando un ambiente de caos”. explica José Manuel Saavedra, gerente general de CIT Opinión & Mercado.
“A esto se suman las recientes declaraciones del ministro de Economía, Pedro Francke, de querer imponer más impuestos a los contribuyentes que más ganan. La gente está empezando a cansarse. Es la primera vez en la historia reciente que vemos a un presidente desgastarse tan rápido”, apunta Saavedra.
El desgaste de la popularidad de Castillo, las supuestas fricciones dentro del oficialismo y la total desconfianza de la oposición, marcan el devenir del Perú en el año de su Bicentenario de la independencia.
A continuación, lea una breve reseña de este gobierno aliado del Foro de Sao Paulo, siguiendo este enlace a La Gaceta de la Iberosfera.