Chelsea Follett reseña el libro de Michael Magoon, De la pobreza al progreso, donde el autor explica las que considera que son las cinco claves del progreso.
¿Por qué no está todo el mundo en la miseria, hambriento, enfermo, analfabeto, sin dientes, subsistiendo a duras penas en el desierto y arreglándoselas con la tecnología de la Edad de Piedra? Al fin y al cabo, así es como empezamos. La penuria es el estado por defecto de la humanidad, al igual que la falta de tecnología. De hecho, la tecnología avanzada y la prosperidad generalizada son innovaciones relativamente recientes.
¿Qué ha permitido todo el progreso que hemos experimentado hasta la fecha? ¿Y qué impide que sigamos avanzando? En su valioso libro From Poverty to Progress: Understanding Humanity’s Greatest Achievement (De la pobreza al progreso: Entendiendo el mayor logro de la humanidad), Michael Magoon trata de explicar los orígenes y los enemigos del progreso.
En primer lugar, Magoon ofrece una visión general de cómo el mundo ha cambiado hasta convertirse en un lugar en el que cada vez más personas disfrutan de prosperidad, paz, medicina avanzada y otras maravillas de la vida moderna. Con gráficos y datos, Magoon demuestra la transformación histórica y continua de la experiencia humana «de la pobreza al progreso». Magoon presta un valioso servicio al registrar minuciosamente las muchas formas en que nuestros antepasados envidiarían la vida moderna.
A continuación, Magoon explica los orígenes de la metamorfosis. Destierra ideas populares pero erróneas sobre las raíces del progreso, como la falacia de que el progreso procede del gobierno –escribe: «A lo largo de la historia, los gobiernos han hecho mucho más por obstaculizar el progreso que por promoverlo»– o de los políticos o de políticas descendentes de planificadores brillantes. «En lugar de fluir desde la política y el gobierno, el progreso surge de la sociedad», señala.
Magoon muestra cómo se produce. Sus cinco claves teóricas del progreso son la alimentación, el comercio, la descentralización, la industria y la energía.
Un sistema de «producción y distribución de alimentos altamente eficiente» es un requisito previo para el progreso, afirma. Las dos claves siguientes son la capacidad de comerciar, el intercambio mutuamente beneficioso y la descentralización del poder, liberando a la humanidad de las restricciones que conlleva una autoridad central controladora y fomentando la competencia no violenta.
Otra clave para el avance de la sociedad es desarrollar al menos una industria de alto valor añadido que exporte, afirma. Como señala, una energía abundante fomenta el progreso. Históricamente, la obtención de dicha energía ha implicado el uso de combustibles fósiles.
Con estas cinco claves en la mano, los humanos desbloquean nuevas soluciones y copian soluciones que otros han logrado.
Para seguir avanzando, yo añadiría una clave de libertad económica que garantice que todos los habitantes de una sociedad puedan participar en los procesos de innovación e intercambio del mercado. También podría añadir una clave de tecnología de la comunicación que incluya el lenguaje escrito, sin el cual es difícil transmitir ideas a lo largo del tiempo o a través de las distancias. Aun así, la lista de Magoon tiene un poder explicativo considerable.
Las condiciones previas para el progreso que menciona son relativamente recientes y poco frecuentes a lo largo de la historia. Además, las transiciones hacia la consecución de las claves del progreso no se han producido en todas partes a la vez y sólo se han logrado de forma desigual. Magoon reconoce, por tanto, que las sociedades a lo largo de la historia y del planeta a menudo difieren drásticamente en su tendencia a sofocar o fomentar la innovación. Analiza muchos tipos de sociedades, como las cazadoras-recolectoras, las agrarias, las ganaderas, las industriales y las comerciales. Considera que cada tipo de sociedad es una adaptación lógica a un entorno concreto.
El libro concluye con un examen de las actuales limitaciones al progreso, como la geografía, las instituciones extractivas, la distancia geográfica y cultural que separa a los países pobres de los ricos y disuade a los primeros de copiar a los segundos, los monopolios que ahogan la competencia, los legados históricos que inhiben el cambio y las razones identitarias del estancamiento («Tenemos nuestras propias maneras de hacer las cosas»). Pero la mayor amenaza para el progreso, que podría deshacer las condiciones para la innovación en los países ricos, son las ideologías divisorias.
Dado que la sociedad surge principalmente de la autoorganización, la experimentación de soluciones y la posterior copia de las soluciones que funcionan, un gobierno centralizado impulsado por la ideología ataca intrínsecamente los mismos fundamentos del progreso.
Las ideologías divisorias dividen a la gente en grupos del bien y del mal, a menudo según divisiones de clase, raciales, religiosas o urbanas/rurales. Magoon señala que la ideología llamada «teoría crítica» (también conocida a menudo como «wokeness») puede ser una amenaza particular para el progreso debido a su actual difusión en Estados Unidos, uno de los principales centros de innovación.
From Poverty to Progress, un libro que invita a la reflexión y de extraordinario alcance, es una lectura obligada para cualquiera que esté interesado en la historia y el futuro del progreso.
Chelsea Follett es editora de HumanProgress.org, un proyecto del Instituto Cato que busca educar el público acerca del progreso humano a nivel mundial.
Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgress.org (Estados Unidos) el 18 de agosto de 2023.