Vía El Mundo
El informe semestral que publica el Banco Mundial pronostica un crecimiento del PIB chino de únicamente el 2,8% este año
La inmutable política nacional del Covid cero implica severos bloqueos en respuesta a cada brote del virus. Y en el país más poblado del mundo sigue habiendo esporádicos brotes que saltan cada semana. Eso paraliza urbes enteras y frena los movimientos internos, arrasando con una de las piedras angulares del último plan quinquenal: la «doble circulación», el término que repetían el año pasado una y otra vez los formuladores de políticas económicas para dar un impulso al consumo interno.
A China se le ha juntado la sacudida de esta medida con el derrumbe del mercado inmobiliario, con muchos desarrolladores quebrando después de que los bancos estatales les cortaran el grifo de créditos fáciles. No hay que olvidarse de los niveles récord que está alcanzando el desempleo juvenil. Ni del debilitamiento del yuan. Ni de las crisis energéticas por las sequías del verano y las inundaciones que vinieron después.
Se ralentiza el crecimiento
Todas estas turbulencias parece que han echado por tierra los objetivos de crecimiento del 5,5% que Pekín, durante su cónclave político anual, estableció en marzo. Pero los economistas internacionales cada vez son más agoreros y predicen que la segunda potencia mundial va camino de su expansión económica más lenta en 40 años.
Los análisis con previsiones pesimistas aparecen cada semana alrededor de un país que vive en su propia burbuja analítica si uno echa un vistazo por lo que cuentan los medios locales. Para los diarios estatales, las turbulencias económicas son «desafíos serios», normalmente provocados por convulsiones que vienen del exterior. Eso decían esta semana en dos de los diarios chinos más importantes editados en inglés, el China Daily y el Global Times, que pronostican un «futuro brillante» para la economía patria pese a reconocer que algo no marcha tan bien como el Partido Comunista quisiera.
Desde fuera, en cambio, se apunta a que los problemas económicos de China se dirigen hacia una desaceleración crónica. El informe semestral publicado este martes por el Banco Mundial pronostica un crecimiento del PIB chino de sólo el 2,8% este año. Pero el apunte más destacado del reporte de la institución es que este crecimiento va por detrás del resto de la región de Asia-Pacífico, a la que coloca en un 5,3% en promedio, más del doble del aumento de 2,6% de 2021. Si esto se cumpliera, sería la primera vez desde 1990 que el crecimiento de China es menor que el de sus vecinos.
«A pesar de que el dólar estadounidense repuntó, las monedas de los países emergentes de Asia en su mayoría están obteniendo mejores resultados que los refugios tradicionales como el yen y el euro. Los bonos de la región se destacan como un raro punto brillante en un año que envió la deuda global a su primer mercado bajista en una generación», rezaba un informe reciente de Bloomberg, cuyo índice de bonos de Asia registró pérdidas mucho menores que las del Tesoro de Estados Unidos.
Como explica el Financial Times en un artículo, hay casos como el de Indonesia, Tailandia y Malasia, donde los subsidios gubernamentales a los combustibles han ayudado a mantener la inflación baja según los estándares mundiales. El consumo interno ha aumentado a medida que la región abandonó los bloqueos y se abrió al turismo, así como los precios más altos de las materias primas provocados por la crisis energética mundial han impulsado las economías de la región que dependen de las exportaciones.
Tampoco hay que olvidarse del giro que han dado grandes inversiones globales hacia Asia, sobre todo después de ver que Pekín no tiene pensado relajar su política de Covid cero, al menos a corto plazo. Hace unos días salió la noticia de que Apple fabricará los iPhone 14 en India para intentar diversificar su producción y disminuir su dependencia de China, donde las ganancias de las empresas industriales, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas publicados el martes, se contrajeron a un ritmo más rápido entre enero y agosto.
Las ganancias industriales cayeron un 2,1% en los primeros ocho meses. De enero a agosto, 25 de los 41 principales sectores industriales vieron disminuir sus beneficios. Por ejemplo, el sector manufacturero reportó caídas de un 13,4%.
El mercado inmobiliario
El informe del Banco Mundial centra su atención especialmente en la crisis del mercado inmobiliario del gigante asiático, que representa un tercio de la economía del país, en caída libre desde que Evergrande, que fue el segundo promotor inmobiliario más grande, sucumbió a su montaña de deuda de más de 300.000 millones de dólares.
Según datos de 2021, el 87% de las nuevas casas se vendieron mientras aún estaban en construcción. Ahora, hasta el 5% de los nuevos desarrollos residenciales en las principales ciudades está en el limbo, dejando a cientos de miles de personas pagando hipotecas sobre propiedades que no existen. Las endeudadas promotoras se han quedado sin el efectivo necesario para completar las viviendas.
Las autoridades provinciales están ofreciendo depósitos iniciales reducidos para la compra de casas, rebajas fiscales y subvenciones en efectivo a los compradores de viviendas, además de fondos de ayuda a los constructores para tratar de salvar la crisis. A fines de agosto, Pekín ofreció estímulos para reactivar la economía, incluido el aumento de la cuota de herramientas de financiación de políticas en 300.000 millones de yuanes, que al cambio son alrededor de 44.000 millones de euros.