Vía Derecha Diario
Los últimos datos del comercio exterior de China dan cuenta de una importante desaceleración tanto de la demanda externa como de la propia producción a nivel local. Los ingresos por exportaciones cayeron en 284.000 millones de dólares con respecto al mismo mes del año pasado.
La Oficina Nacional de Estadística de China confirmó que el volumen de las exportaciones al término del mes de mayo observó una fuerte caída del 7,5% interanual, con respecto al mismo mes de 2022. Se produjo una merma de hasta 284.000 millones de dólares en comparación con las exportaciones de mayo del año pasado.
La exportación es un componente fundamental para la economía china desde su ingreso a la OMC en el año 2000, por lo que los datos sugieren una fuerte desaceleración de la actividad económica.
La peor de las previsiones estimaba que, como mucho, las exportaciones habrían de caer no más de un 1,8% interanual en mayo. La caída efectivamente registrada fue más de cuatro veces superior de lo que estaba previsto, y el relativo optimismo observado durante el primer trimestre de 2023 parece llegar a su fin.
Se observó una fuerte contracción de la demanda sobre los principales destinos de exportación, entre ellos Estados Unidos, Japón, Francia, Italia, Alemania y las economías del sudeste asiático. Por otra parte, la producción industrial de China sufrió dos caídas consecutivas entre abril y mayo, según el Índice Gerente de Compras PMI. Tanto la producción interna como la demanda externa sufrieron un proceso de desaceleración.
También se observó una caída de las importaciones de China en torno al 4,5% interanual en mayo, hasta 218.000 millones de dólares menos en comparación con el mismo mes del año pasado. El superávit de la balanza comercial se redujo a los 66.000 millones de dólares en el mes.
El menor saldo de importaciones también constituye un fiel reflejo de la retracción del nivel de actividad, especialmente sobre el segmento de insumos y productos electrónicos provenientes de Taiwán y Corea del Sur.
Frente a la cada vez más evidente tendencia recesiva de la economía, el Banco Central del régimen chino podría verse obligado a rebajar las tasas de interés o flexibilizar la exigencia de encajes legales sobre el crédito bancario. La tasa de inflación interanual sigue apostada en niveles cercanos al 1%, con lo cual no existe mayor impedimento para seguir flexibilizando la política monetaria.
La meta de crecimiento del PBI fijada para este año es del 5% de acuerdo al último congreso de la dictadura comunista presidida por Xi Jinping a principios de año. Los mercados siguen recortando las previsiones de expansión para la economía china, aunque aún se mantienen dentro del rango establecido.
La última cifra oficial de crecimiento corresponde al primer trimestre de 2023 y marca una variación del 4,5%, por debajo del objetivo anual. Es el ritmo de expansión más bajo de los últimos 30 años, un hecho íntimamente ligado a las contra-reformas que está llevando a cabo Xi Jinping en desmedro de la apertura económica que China lleva adelante desde mediados de la década de 1970.