Marzo de 2024 ha pasado a la historia de Venezuela como el mes más caluroso jamás registrado, con una temperatura media nacional de 28,4°C. Esta cifra supera por 1°C el récord anterior, establecido en marzo de 2017.
Los expertos advierten que este nuevo récord no es una casualidad, sino una señal más del avance del cambio climático en el país. Las temperaturas extremas, las sequías y las inundaciones se están volviendo cada vez más frecuentes e intensas en Venezuela, con graves consecuencias para el medio ambiente, la economía y la salud pública.
Las cifras del Copernicus Climate Change, recopiladas por Our World in Data, parten del 15 de diciembre de 1941 a la fecha, (83 años) presentado los los valores mensuales y también promedio anuales
Las regiones más afectadas
Las zonas más afectadas por el calor durante marzo fueron los estados occidentales de Zulia, Falcón y Lara, donde se registraron temperaturas superiores a los 35°C. En la ciudad de Maracaibo, la capital del Zulia, la temperatura alcanzó los 39°C el 28 de marzo,
Las consecuencias del calentamiento
El calor extremo tiene una serie de consecuencias negativas para la salud humana, incluyendo deshidratación, golpes de calor e incluso la muerte. Además, las altas temperaturas afectan negativamente la agricultura, la ganadería y los recursos hídricos del país.
¿Qué se puede hacer?
Es fundamental que se tomen medidas urgentes para combatir el cambio climático en Venezuela. Esto incluye reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, invertir en energías renovables y proteger los bosques. También es importante que las comunidades se adapten a los impactos del cambio climático, como la construcción de infraestructura resistente al calor y la implementación de sistemas de alerta temprana para eventos climáticos extremos.
El futuro de Venezuela
El futuro de Venezuela dependerá en gran medida de cómo el país aborde el cambio climático. Si no se toman medidas urgentes, las consecuencias para el medio ambiente, la economía y la salud pública serán cada vez más graves. Sin embargo, si Venezuela se compromete a una transición hacia una economía baja en carbono y resiliente al clima, existe la esperanza de un futuro más sostenible y próspero para todos.
En este contexto, cabe destacar que el gobierno de Venezuela ha tomado algunas medidas para combatir el cambio climático. En 2020, el país se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% para 2030. Además, el gobierno ha lanzado un plan para desarrollar energía solar y eólica. Sin embargo, estas medidas aún son insuficientes para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y evitar los peores impactos del cambio climático.
Es necesario que todos los sectores de la sociedad venezolana se unan para enfrentar este desafío. El gobierno, las empresas, las organizaciones civiles y la ciudadanía en general deben trabajar juntos para reducir las emisiones de carbono, proteger el medio ambiente y construir un futuro más sostenible para Venezuela.