Vía Semana
Colombia, un país mundialmente conocido por su producción de café, ha estado trabajando arduamente para combatir la roya, un hongo que afecta gravemente a los cafetales y que tiene presencia en el país desde la década de los 80. No obstante, desde el Centro de Investigación científica de la Federación Nacional de Cafeteros (Cenicafé), presentaron un informe que revela que a través de una campaña de renovación de cultivos, esta enfermedad está a punto de acabarse.
SEMANA habló con Álvaro Gaitán, director de Cenicafé, doctor en fitopatología y una de las voces más importantes en dicha materia. En la entrevista, se revelaron detalles sobre cómo Colombia ha enfrentado este problema y ha desarrollado variedades de café resistentes a la roya, mientras se contribuye con aumentar la productividad y calidad del fruto.
“La roya, llegó al continente americano, puntualmente a Brasil en 1970. Entonces, antes de que llegara a América, en la Federación Nacional de Cafeteros ya había una preocupación, precisamente por ese conocimiento de la peligrosidad de tener en el ambiente nuestro un hongo, digamos tan grave como la roya, que finalmente llegó acá a Colombia en 1983″, segura el experto.
Agrega que esa situación “dio tiempo para poder desarrollar una solución a largo plazo, que es tener variedades, o plantas, que se puedan defender por sí mismas, que es lo que llamamos nosotros variedades resistentes. Y en 1982, un año antes de que llegara la roya, liberamos la primera variedad resistente que se llamaba la variedad Colombia. Llevamos 40 años de tener a la roya entre nosotros y estamos en una fase que se llama una fase de convivencia, quiere decir, ya nos toca aceptar que la roya va a estar aquí y se va a quedar aquí”.
La roya es una enfermedad causada por un hongo que prospera en ambientes húmedos. Colombia, con sus períodos constantes de lluvia a lo largo del año, enfrenta una presión significativamente mayor, en comparación con otros países productores de café.
Es por esto que en la estrategia clave ha sido el desarrollo y la cooperación de todos los cafeteros, pero, no ha sido un proceso sencillo, ni por lo técnico, ni por las labores de aplicación.
“Los procesos de adopción por parte de los caficultores, digamos que no son muy fáciles en el sentido que la caficultura es un cultivo que es a largo plazo, tú pones una hectárea, la siembras en café y esperas que por los próximos 20 años esa hectárea siga produciendo café”.
Gaitán asegura que los pasados fenómenos de la Niña, como por ejemplo el sentido entre el 2008 y 2010, donde la roya desbordó los cafetales y le costó casi la mitad de la producción al país, hizo que los productores tuvieran que adoptar estas variedades resistentes, y que tras la extendida temporada invernal reciente, logró que no se disminuyeran la cantidad de sacos, ni que los campesinos tuvieran pérdidas significativas.
Dentro de los beneficios de esta variedad, creada en Colombia se destaca: “si yo tuviera que estar aplicando fungicidas para controlar la enfermedad, hoy Colombia se estaría gastando entre 200 y 230 millones de dólares, solamente por tener que aplicar fungicidas y evitarse el problema de la roya, pero, al tener variedades resistentes eso digamos que desaparece, y eso es un dinero que le queda a los caficultores en el bolsillo; y ambientalmente tiene un efecto muy importante porque tú dejas de aplicar más o menos un millón de litros de fungicida al medio ambiente”, detalló el director de Cenicafé en SEMANA.
Así se logró conseguir la variedad Colombia
Álvaro Gaitán explicó que la planta nace luego de un proceso de cruce de plantas, trabajo que ha tenido gran éxito, pues casi el 90 % de los cultivos de café en Colombia están libres de roya, según los cálculos que hacen desde Fedecafé, pero queda un 10 % que no se ha cambiado.
“Lo que hacemos es coger una “madre”, que es una planta muy buena agronómicamente, que está muy que está adaptada al medio ambiente, y la cruzamos con un papá, que en este caso, es una planta resistente a la enfermedad. De esa manera, los hijos van a ser plantas que son agronómicamente muy interesantes, con buena producción, con buen tamaño de grano, con buena calidad taza, pero que te van a traer una adición y es que ahora van a tener resistencia a la enfermedad, en este caso a la roya”.
En diálogo con SEMANA, el director de Cenicafé señala que ese proceso tardó casi 20 años, algo que ocurre con muchos de los trabajos e investigaciones en este tipo de plantas, pero que deja grandes resultados.
Por ejemplo: “nosotros como como Federación de Cafeteros les entregamos a los caficultores semillas, eso tiene una ventaja muy grande y es que es la forma más barata y más eficiente para hacer esa entrega de la planta. Hoy fácilmente un kilo de semilla de café, que puede tener entre 4 mil y 4.300 semillas, le está costando a un caficultor unos 45 mil pesos. Eso nos permite que la tecnología les llegue a ellos de manera fácil y económica y es una solución que se les va a que les va a representar a ellos 20 años de estar, digamos despreocupados de la enfermedad”.
Esta planta, además de tener una protección, tiene muchos otros beneficios, y que han consolidado el producto colombiano como referente mundial.
“Tienen que tener otras tres condiciones que son para nosotros los no negociables: que sean muy productivas, o sea que le den mucho café al productor, la otra es que estén adaptadas a esta condición nuestra que es de lluvias, y la última es la es que tiene que tener una calidad de tasa igual o superior a lo que veníamos sembrando antes. Los consumidores, lo que han ido notando es una mejora en la calidad”.
Si bien solo falta un 10 % para tener un control total de la roya, Cenicafé considera que este es un problema que está completamente controlado, aunque no se va a erradicar, algo que pasa con muchas enfermedades. No obstante, ya se trabaja para crear nuevas especies, que además ser inmunes con la roya, no les afecten otras patologías, tal vez la más riesgosa sea la que se conoce como el mal de las cerezas del café (CBD por sus siglas en inglés).
Esta última solamente se presenta en África. Pero, es posible que llegue al país, por lo que desde ya los cafeteros, al igual que con la roya, se preparan para evitar grandes afectaciones cuando lleguen los brotes de estas enfermedades.