Vía Derecha Diario

La cotización del dólar saltó 1300 pesos desde que la izquierda obtuvo la victoria electoral definitiva en junio. La devaluación colombiana se encuentra entre las más pronunciadas de la región, solo por detrás de Argentina y Venezuela. 

La victoria del presidente Gustavo Petro en Colombia desató el pánico inversor y el escepticismo acerca del rumbo futuro de la economía. Frente a un discurso anti-empresa y anti-exportador, la principal vía de reaseguro para los mercados fue el refugio en divisas y activos confiables. 

Desde el pasado mes de junio el peso colombiano acumuló una drástica devaluación de hasta el 25%, la cotización del dólar escaló de los 3.700 a los 5000 pesos colombianos. El ingreso promedio de los colombianos es cada vez menor en relación a la cantidad de dólares que pueden comprar, lo que implica que el país se vuelve relativamente pobre contra las economías desarrolladas y Estados Unidos en particular. 

Junto con otros países en la región, Colombia se caracterizó por haber mantenido instituciones sólidas a lo largo de las últimas décadas, un hecho que dio paso a la estabilidad monetaria. La devaluación del 25% en solo 6 meses resulta inédita para un país estable

Colombia registró uno de los saltos cambiarios más violentos del hemisferio occidental desde el pasado 19 de junio, solo por detrás de Argentina y Venezuela (estos últimos medidos a partir del cambio estrictamente oficial).

Los mercados reaccionan al pánico por dos hechos fundamentales: el ataque sistemático del nuevo Gobierno al sistema previsional de capitalización, y el deterioro de los derechos de propiedad en el país.

El sistema de capitalización colombiano constituye la fuente necesaria entre el ahorro doméstico (en moneda local) y el crédito a empresas y familias. La reforma previsional de Petro atenta contra el sistema de ahorro privado, y deteriora los incentivos para la demanda de pesos colombianos.

Por otra parte, el discurso “anti-extractivista” cuestiona los derechos de propiedad en el país y sugiere un revés para los principales productos de exportación de Colombia, principalmente commodities.

La desconfianza también puede ser observada desde el punto de vista de la sostenibilidad de la deuda pública de Colombia. El índice de Riesgo País de JP Morgan subió de los 725 puntos básicos el 18 de junio hasta los 1.141 puntos en la actualidad, llegando a registrar un máximo de hasta 1.280 puntos el 20 de octubre.

El “efecto Petro” sobre los colombianos implica que el país se ve forzado a pagar un aumento del 4% sobre el recargo debe pagar por encima de la tasa de interés internacional en concepto de servicios de deuda, llegando así a un recargo total del 11,4% actualmente.

Aunque con un orden de magnitud drásticamente menor, el efecto Petro fue similar al que provocó la victoria kirchnerista en Argentina durante el mes de agosto de 2019.