Al igual que en otros municipios costeros del estado Zulia, en el municipio San Francisco las orillas del lago Coquivacoa están atestadas de petróleo.
Desde el sector La Playa de la parroquia El Bajo se ven los buques que llegan diariamente para cargar y descargar en la refinería de Bajo Grande.
Además, también se ve cómo el petróleo ha cambiado el color y el ecosistema a lo largo de varios kilómetros de costa. Pescadores de la zona aseguraron a Radio Fe y Alegría Noticias que los derrames han sido constantes desde hace año y medio, sin embargo, la situación ha empeorado de forma dramática en los últimos seis meses.
“Esto lo que da es ganas de llorar”
Yaidelin Bastidas, hija, esposa y madre de pescadores zulianos, dijo que tienen seis meses sin poder pescar en las aguas del Lago de Maracaibo.
Desde hace 14 años, Yaidelin es miembro del Consejo de Pescadores de San Luis y aseguró que nunca antes había visto un daño por derrames petroleros como el que están padeciendo actualmente.
Manifestó sentir una tristeza profunda por ver el lago como está en la actualidad, “esto lo que da es ganas de llorar. Nos da una tristeza profunda porque nosotros de lo que vivimos es de esto.”
Indicó que, además de no poder pescar, tienen que lidiar con el olor del hidrocarburo que impregna los sectores aledaños más allá de las orillas. Esto también está afectando la salud de los habitantes, provocando asma, dolores de cabeza, diarrea, vómito, entre otras enfermedades.
Eso sin contar que adicionalmente “hay muchos pescadores que también se han enfermado, les salen erupciones y llagas en la piel por el uso del combustible para quitarse el petróleo”.
Explicó que, en una faena normal de trabajo, los pescadores podían recoger cien kilos de cangreja, sin embargo, en las últimas pescas, de esos cien kilos las camaroneras solo les reconocían diez porque el resto venía contaminado con el petróleo.
Más de 1.000 pescadores afectados
Yaidelin precisó que sólo del sector San Luis en el municipio San Francisco son 400 familias de pescadores asociados que se están viendo directamente afectadas por los derrames petroleros.
Se suman a otros 600 pescadores del Consejo de Pescadores del Bajo, San Benito y el Paraíso y unos 4 mil más en el Consejo de Pescadores del Sur, según Over Luzardo, vocero de esa organización
Bastidas hizo un llamado a las diferentes instancias para que atiendan la situación: “le pido por favor al presidente de la república, al ministro Loyo, a Pdvsa Ambiente y al ICLAM, por favor atiéndanos con urgencia, estamos desasistidos totalmente. Necesitamos que nos atiendan porque nosotros los pescadores nos estamos muriendo de hambre.”
“Necesitamos ayuda, nosotros solos no podemos”
Yordy Vicuña, pescador de la zona, reiteró el llamado a las autoridades para que atiendan la emergencia, “le pido de corazón al presidente que nos preste atención, así como de corazón nosotros lo apoyamos a él. Como dijo nuestro comandante Chávez: de corazón, de corazón lo aceptamos, de corazón quiero que él me escuche, de corazón quiero que se concientice, porque esto es de conciencia, de humanismo.”
Añadió, “definitivamente necesitamos ayuda, nosotros solos no podemos. Ya yo estoy aburrido de sacar petróleo; saco y al otro día hay más.”
Relató que están trabajando con las uñas porque han perdido decenas de redes que terminan llenas de petróleo y cuando intentan limpiarlas con gasoil o gasolina, se tuestan y se rompen.
Dijo que cada paca de red tiene un costo cercano a los 700 dólares, por lo que serían incalculables las pérdidas que han tenido pues donde quiera que intentan pescar hay petróleo.
Exigió no solo que se limpien las orillas, sino que además se reparen las tuberías de Pdvsa en Bajo Grande, pues el problema de contaminación está presente en la toda la superficie del lago.
Explicó “ya en la orilla no se puede pescar, pero cuando salimos allá afuera tampoco podemos pescar porque está el gran manchón de petróleo. Hay puntos estratégicos donde el pescado se mete, ahí es donde echamos las redes para agarrar una buena cantidad de peces, pero esos puntos están dañados por el petróleo.”
Insistió “tenemos hambre y nosotros somos trabajadores. No necesitamos que nos den dinero, lo que necesitamos es que nos ayuden, el dinero lo buscamos nosotros con el trabajo.”
Fauna y flora afectada por la contaminación
El pescador aseguró que es notable cómo el resto de la fauna ha ido desapareciendo por la contaminación, “el lago hay que sanearlo… los animales se han ido, no ves buchones, no ves garzas, no ves patos cuchara, no ves nada; se han ido a otras costas por culpa del petróleo.”
Yordy vive a orillas del lago y aseguró que él mismo ha rescatado perros, garzas y gallos que han quedado impregnados con el hidrocarburo.
En los árboles que hay en las orillas también son visibles los rastros de petróleo, aún a alturas de metro y medio, pues según relatan los pescadores, cuando hay lluvias acompañadas de fuertes vientos y chubascos, el hidrocarburo alcanza otros espacios fuera del agua.
Asimismo, a varios metros de la orilla, se observan montones de petróleo y que otras veces se esconden bajo la arena, pero se adhieren a los pies de cualquiera que camine alrededor.
Ante la pregunta a Yordy Vicuña de qué pasaría si se muere el lago, este sentenció, “Ay Dios mío, me muero yo.”
No solo Pdvsa tiene vela en este entierro
Antes de llegar a la arena, el petróleo cubre múltiples desechos que han llegado al lago, entre los que son visibles cauchos, envases plásticos de todo tipo, botellas, zapatos, latas, trapos, tubos, tablas, entre otros.
Desechos que llegan al lago por diversas vías, la principal: las cañadas (quebradas) a las que la ciudadanía arroja indiscriminadamente su basura.
Lenín Parra, coordinador del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad Bolivariana de Venezuela, dijo en entrevista a Radio Fe y Alegría Noticias que algunas empresas dedicadas a promover el turismo en las aguas del lago tuvieron que paralizar sus actividades desde principios de junio por la contaminación petrolera.
El también coordinador de la Fundación x El Lago de Maracaibo aseguró que en los 35 metros de playa en los que opera con un emprendimiento en el Hotel Tibisay, recogen diariamente de 4 a 8 carretillas de plástico y otros desechos que terminan arrastrados a esa zona, cantidad que se multiplica de forma exponencial cuando llueve.
El verdín tiñe las aguas del Coquivacoa
Además de los derrames petroleros y la acumulación de plástico y otros desechos, el Lago de Maracaibo enfrenta un proceso de eutroficación que ha potenciado la floración de microalgas.
Esto ha provocado que se desarrolle una espesa capa en la superficie del lago de color verde, comúnmente conocida como verdín, cuya densidad puede ser de varios milímetros y que además desprende un fétido olor que arropa varios kilómetros al rededor de las costas marabinas.
Lenín Parra explicó a Radio Fe y Alegría que esta floración incontrolada es consecuencia del exceso de nutrientes en el lago producto de las aguas residuales, de las provenientes de la actividad agrícola y de las camaroneras que funcionan como abono para estas microalgas.
En el caso de las costas de San Francisco, esta floración se ha inhibido por el petróleo, sin embargo, sigue siendo notable su presencia.
Esto hace más evidente en las costas donde no coincide con las manchas de petróleo.
Manos a las obras
Frente al drama que vive el Lago de Maracaibo, para Lenín Parra es urgente la reactivación de las plantas de tratamiento de aguas residuales.
Al igual que exigir a los conjuntos residenciales costeros y a las industrias que inviertan en estos procesos.
Para el ambientalista, la educación y el fortalecimiento de las instituciones son un paso primordial en el camino para rescatar el Lago de Maracaibo.
Para el activista ambiental otra prioridad es mejorar la recolección de basura de los municipios para disminuir el plástico que llega al lago.
Y de parte de la ciudadanía toca asumir de manera más responsable la gestión de residuos y desechos que generamos, aprendiendo a segregarlos.
Recordó que más allá del grave problema de contaminación que sufre el estuario zuliano, también alberga una diversa fauna silvestre.
Igualmente es hogar de la Laguna de las Peonías, hábitat natural del flamenco rosado. También es hábitad de delfines y manatíes.
Y también es cuna de un bosque de manglar de 100 hectáreas en Capitán Chico, entre otras maravillas. “No cualquier ciudad de Venezuela o del mundo pueden jactarse de tener un bosque como este”, reforzó.
A la espera de respuestas
Entre tanto, los pescadores dijeron a Radio Fe y Alegría Noticias que esperan reunirse en los próximos días con Pdvsa Ambiente para evaluar las acciones para atender los derrames.
Por lo pronto, la estatal petrolera aseguró que mantenía algunas cuadrillas de trabajadores recolectando desechos de petróleos en algunas zonas de la costa marabina.