Morfema Press

Es lo que es

CPI

El «caso Venezuela» y los crímenes de lesa humanidad. La posición del gobierno de Maduro en Venezuela se enfrenta a numerosos retos internos y externos en un futuro cercano. ¿Será capaz de mantenerse en el poder el presidente venezolano?

Por: Roberto Mansilla Blanco – EsGlobal

Entre el 31 de octubre y el 3 de noviembre, Karim Khan, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), visitó Venezuela en la primera toma de contacto con las autoridades venezolanas para dirimir el curso de las investigaciones que desde 2018 se llevan a cabo contra el régimen de Nicolás Maduro por presuntas violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.

Estas denuncias se enfocan en la represión oficial a las protestas llevadas a cabo entre abril y junio de 2017 y en la que murieron unas 124 personas a manos de Fuerzas de Seguridad del Estado y fueron detenidas más de 5.000.

El fiscal británico Khan fue elegido como máximo representante del CPI el pasado 12 de febrero, con el voto a favor de un total de 72 países de los 123 miembros del Tribunal Penal Internacional de La Haya, todos ellos firmantes del Estatuto de Roma, entre los que se encuentra Venezuela (firmó este estatuto en 1998 y lo ratificó en 2000). Khan sustituyó en el cargo a la fiscal Fatou Bensouda, asumiendo esa responsabilidad el pasado 16 de junio.

Este 17 de diciembre, desde su sede en La Haya (Países Bajos), la CPI ratificó su decisión de avanzar en las investigaciones que se llevan a cabo contra Maduro y altos cargos de su régimen por violaciones de derechos humanos.

¿Por qué es tan importante el fiscal Karim Khan?

En lo que respecta al caso venezolano, la elección de Khan era mirada con lupa tanto por el régimen de Maduro como por las ONG de derechos humanos que elevaron sus denuncias ante la CPI y también por los principales líderes de la oposición venezolana, siendo estos Juan Guaidó, Leopoldo López, Henrique Capriles Radonski, Julio Borges y María Corina Machado, abiertamente favorables a las investigaciones de la CPI contra Maduro.

Si bien consideró las evidencias de las denuncias contra el régimen de Maduro, la antecesora de Khan, la fiscal Bensouda, manifestó una posición mucho más prudente y distante a la hora de acelerar las investigaciones sobre crímenes de lesa humanidad en Venezuela, lo cual obviamente beneficiaba a Maduro. Un enfoque diferente al que expone Khan, más condescendiente a la hora de atender estas demandas y de llevar el «caso Venezuela» a una fase más elevada de investigación dentro de la CPI.

¿Terminará Maduro ante la CPI?

Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional, da una conferencia de prensa. (Mahmoud Hjaj/Anadolu Agency via Getty Images)

Por ello, la elección de Khan como nuevo fiscal de la CPI provocó, casi de inmediato, una inédita reacción dentro del régimen «madurista», en este caso en la persona del Fiscal General de la Nación, Tarek William Saab, uno de los altos cargos del régimen que también están siendo investigados por la CPI. En mayo pasado, Saab llegó incluso a reconocer que «se pudieron haber cometido atrocidades» por parte de los organismos de seguridad del Estado contra manifestantes y disidentes, en particular en casos específicos del capitán Acosta Arévalo, del político Fernando Albán y del estudiante Juan Pablo Pernalete.

Previo a la visita de Khan a Venezuela, el propio Maduro envió señales conciliadoras como fueron la excarcelación de algunos presos políticos así como la aplicación de determinadas reformas en el sistema judicial, en clave de mejorar su imagen ante la CPI y la comunidad internacional.

No obstante, tras publicarse el nuevo informe de la CPI sobre Venezuela, el propio Saab rechazó categóricamente esas acusaciones de presuntos crímenes de lesa humanidad. Esta declaración de Saab denotaba la enorme importancia que tiene para el régimen de Maduro la designación de Khan como fiscal de la CPI porque entiende que ahora se abre una fase decisiva en la investigación que no le beneficia en absoluto.

El «caso Venezuela» y el Memorándum de Entendimiento

El pasado 12 de agosto, la CPI publicó su informe sobre Venezuela en el que «abrió la puerta de manera formal», en palabras del abogado Alí Daniels, director de la ONG venezolana «Acceso a la Justicia», para llevar a cabo «una investigación en contra de Nicolás Maduro y varios altos cargos de su régimen, con la finalidad de que el fiscal de la CPI decida sobre su presunta responsabilidad en crímenes de lesa humanidad».

En este sentido, el «caso Venezuela» refleja un hecho histórico para la CPI, ya que será la primera vez que este organismo global investigue denuncias de presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos en el ámbito hemisférico americano, en este caso también contra un presidente en funciones como es el caso de Maduro.

La visita de Khan levantó expectativas en las ONG de derechos humanos y familiares de las víctimas de la represión del régimen «chavista-madurista» sobre la posibilidad de que la CPI aumentara la presión sobre Maduro. Esta presión está contenida en la inclusión del «caso Venezuela» en la Fase 3 de este proceso de investigación, en la que la Corte atenderá con mayor celeridad las demandas de estas organizaciones no gubernamentales y exigirá al Estado venezolano una colaboración total en las investigaciones. Ello permitirá certificar con mayor exactitud si realmente el régimen incurrió en crímenes de lesa humanidad y emitir, por tanto, una sentencia definitiva.

El encuentro de Khan con Maduro en el Palacio de Miraflores definió esa perspectiva de toma de contacto inicial, pero también de inicio de esa fase decisiva en el proceso de investigación. En este sentido, la CPI firmó un Memorándum de Entendimiento con el Estado venezolano que le obliga a facilitar la colaboración e información requerida para las investigaciones. Toda vez, Khan anunció en presencia de Maduro que el «caso Venezuela» entraba en la anteriormente mencionada Fase 3, un anuncio que denota el nivel de presión de la Corte sobre el mandatario.

En esencia, este Memorándum obliga al régimen de Maduro a comprometerse en la adopción de medidas necesarias para garantizar la justicia para las víctimas con el apoyo, seguimiento y supervisión de la fiscalía de CPI.

Tras su reunión con Khan y la firma del Memorándum de Entendimiento, Maduro declaró que respetaba la decisión de la CPI de investigar las denuncias pero «que no las compartía».

Esta declaración implicaría observar que el modus operandi del régimen de Maduro seguirá manteniéndose inalterable: buscar dilatar la investigación, tal y como hizo durante la etapa de Bensouda al frente de la CPI, con la intención de ocultar preventivamente el acceso a la información y los testimonios, denunciando incluso la posibilidad de «injerencia exterior» tras la nueva fase de investigación. Pero con Khan al frente de la CPI, el escenario ahora se torna más complejo para Maduro.

Lea la nota completa siguiendo este enlace a EsGlobal

El dictador venezolano Nicolás Maduro cortó toda comunicación con la oposición y crece la incertidumbre por las próximas elecciones. CITGO, Alex Saab, su esposa y el peso de 40 años tras las rejas.

Por: Laureano Pérez IzquierdoInfobae

Era la mañana del 11 de marzo de 2006 cuando Slobodan Milošević fue encontrado muerto en su celda de Scheveningen, La Haya. El serbio estaba confinado allí porque estaba siendo juzgado por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia acusado de cometer crímenes contra la humanidad. Más de diez años como amo y señor de Serbia y Yugoslavia, Milošević había sido procesado por haber ordenado una implacable limpieza étnica en Croacia. Esperaba su juicio en el ocaso. El hombre que se creyó Josip Broz Tito -y que reunió el mismo poder que el veterano dictador- había tenido que rendirse y entregarse en abril de 2001.

Nicolás Maduro -heredero de Hugo Chávez- tragó saliva al conocer el pasado 3 de noviembre los próximos pasos de la Corte Penal Internacional, un tribunal también en La Haya similar al que apresó al serbio. Fue el propio fiscal Karim Khan quien le comunicó que la investigación por haber violado los derechos humanos de los venezolanos durante años avanzaba al siguiente nivel.

Nervios en Maduro y secuaces, cada vez más evidentes

Esos nervios son diametralmente opuestos a la esperanza que guarda gran parte del pueblo sometido. Ver a Maduro -y a varios de sus jerarcas, Milošević no cayó solo- desfilar por La Haya sería considerado un acto de justicia y consuelo para millones.

La novedad sobre el avance del caso se avisó en semanas poco amigables para el Palacio de Miraflores: es que por un lado, un anaranjado Alex Saab cavila cuánto abrir el grifo de su memoria antes de purgar 40 años en la sombra; por otro, el diálogo cortado con la oposición y unas elecciones en las que nadie confía; y por último seis (¿o siete?) rehenes que queman, y cuya situación procesal no adornan las notas que toma Khan.

Los seis rehenes son los ejecutivos de CITGO que el régimen de Maduro volvió a encerrar en los rincones del Helicoide del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Están allí recluidos como respuesta a la extradición del próspero empresario colombiano a los Estados Unidos el pasado 16 de octubre. Lo hizo de manera implacable, sin que mediara un documento de notificación a sus abogados y apenas horas después de que Saab llegara a la Florida. Ellos son: José Pereira, los hermanos Alirio y José Zambrano, Tomeu Vadell Recalde, Jorge Luis Toledo Kohury y Gustavo Adolfo Cárdenas Cardona.

Habría una séptima rehén: para algunos, Camilla Fabri -esposa del colombiano- es moneda de cambio y parte de la negociación para que el testaferro no confiese la amazónica corrupción chavista.

La situación de los “6 de CITGO” -como se lo conoce a los ejecutivos de la petrolera de capitales norteamericanos- es delicada. Con problemas de salud y escaso contacto con sus abogados defensores, permanecen en uno de los centros de detención más nefastos del régimen, donde el COVID-19 genera estragos entre la población carcelaria. “Recién este miércoles los pude ver 15 minutos desde que los detuvieron hace casi tres semanas, el pasado 16 de octubre, sin orden judicial”, cuenta María Alejandra Poleo, representante legal de los hermanos Zambrano y de Pereira.

“Están presos como retaliación política, son usados como moneda de cambio por el gobierno de Nicolás Maduro por Alex Saab. Su detención no está sustentada bajo bases legales. Los delitos que se les imputan se cometieron antes de que ellos llegaran a ocupar sus direcciones. No formaban parte de la Junta Directiva” de CITGO, explicó Poleo a Infobae. “Esto es un chantaje”, dice convencida.

Todos ellos tienen ciudadanía norteamericana y sus familias viven en los Estados Unidos. Washington ya exigió a Miraflores su liberación sin suerte.

“No tenemos respuesta a nuestros recursos. Hace un año que la justicia no responde ningún tipo de solicitud de la defensa. La fiscalía es parte de esta farsa. Aquí no hay división de poderes. Son presos políticos. Están detenidos simplemente por ser ciudadanos norteamericanos”, dice. Poleo es consultada respecto a si sus clientes sufrieron tormentos, teniendo en cuenta la fama del Helicoide: “No fueron torturados físicamente, pero que te lleven y traigan cuando quieran constituye otro tipo de tortura”. “Están solos aquí, no tienen nada, solo unos pocos parientes que les traen, cuando pueden, algo de comida y ropa”, narra la letrada.

Poleo cree que luego de la visita del fiscal de la Corte Penal Internacional sería “un acto de buena voluntad mostrar que quieren enmendar errores”. Podría ser una oportunidad para exhibirse ante el mundo como dispuestos a colaborar. Sólo Maduro y su círculo más próximo sabe hasta cuánto los retendrán como rehenes.

Las «elecciones»

En este contexto de rehenes y posibles arrepentidos, se esperan elecciones en Venezuela. “Elecciones”. El régimen ha intervenido en los partidos para imponer sus delegados y candidatos y así mostrar al mundo que técnicamente no habrá fraude, es decir, nadie cambiará urnas o papeletas. Es difícil saber hasta qué profundidad se embarrará por Maduro el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, quien decidió enviar observadores a mirar el desarrollo de los comicios. De nuevo: no podrán descubrir ese día las trampas que se cometieron mucho antes.

“La voluntad del pueblo no se expresará en estas elecciones. La población opositora entiende que es un proceso complementario, no es el centro”, señala Freddy Guevara. El coordinador nacional de Voluntad Popular supone que la esperanza del pueblo venezolano está en las noticias más recientes: el avance de la CPI. “Lo de la Corte Penal Internacional es esperanza de justicia entre la gente”, asegura. Por fin, creen muchos, el mundo será inapelable y sabrá qué ocurrió en los últimos años en Venezuela.

El factor Borrell y su papel previo a los comicios aparece en la conversación del dirigente con Infobae: “Si la Unión Europea dice que ya hay un fraude por el secuestro que el régimen hace de los partidos, habrá servido mucho para la democracia. Pero si esa misión ignora esto y se concentra en aspectos técnicos…”, concluye Guevara.

Ya lejos de la especulación opositora, personal del área castrense piensa que en lugar de representar una pesada piedra, la decisión de Karim Khan podría configurar una oportunidad. “Una salida, un puente”, dice brevemente un coronel en actividad en completo anonimato. “Esto coloca a Maduro en una situación de necesaria negociación. Tiene la necesidad de buscar un acuerdo”, agrega.

Son muchos los que quieren hacer entrar a Maduro en razones. Por el momento parecen no tener la suerte de su lado. Mostrarse abiertamente colaborativo con la Corte Penal Internacional (y soportar las consecuencias), liberar y enviar a los Estados Unidos a los seis rehenes de CITGO y retomar el diálogo (absolutamente cortado) con la oposición mejoraría su debilitada situación al menos un poco.

El dictador, en cambio, se refugia en una penosa lógica latinoamericana: creer que la división de poderes no existe y que la presión política y la extorsión permitirán modificar el parecer de un juez de Florida. A todo esto, ¿Saab confiará en esta última estrategia?

La Corte Penal Internacional (CPI) abrirá una investigación formal a Venezuela «para establecer la verdad de conformidad con el Estatuto de Roma», tras la visita del fiscal del alto tribunal, Karim Khan.

Por: Morfema Press / EFE / Infobae

En rueda de prensa y ante la presencia de Maduro y la cúpula del régimen, el Fiscal de la CPI exigió la apertura de un espacio para que la oficina del organismo internacional trabaje en la nación.

Kham reconoció las fallas que hay en Venezuela y las divisiones geopolíticas, tras firmar junto a Nicolás Maduro un memorándum de entendimiento, el cual establece que las investigaciones referentes a crímenes de lesa humanidad en el país, se llevarán a cabo.

Con esto, el caso Venezuela en la CPI, avanza a fase de investigación.

Khan firmó en el Palacio Miraflores un memorándum de entendimiento con el dictador Maduro, quien se manifestó en contra de la decisión del fiscal de avanzar la investigación hacia una nueva fase. “El Fiscal ha decidido pasar a la siguiente fase, no estamos de acuerdo con esa decisión. Sin embargo, la respetamos”, indicó el mandatario chavista.

“Me siento complacido que a través de las cartas que acabamos de firmar, estamos comprometidos a trabajar de manera colaborativa e independiente”, comentó Khan, quien indicó que “cualquier persona justa debería aplaudir y trabajar, con todos aquellos que desean enarbolar la bandera de la justicia”.

“A aquellos que están mirando, mi despacho siempre trabajará de conformidad con el Estatuto de Roma, soy consciente de las fallas en Venezuela, y las divisiones geopolíticas, pero nosotros no somos políticos”, afirmó.

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com
Scroll to Top
Scroll to Top