El mundo es cada vez más digital, no lo podemos negar, y el metaverso es un paso más allá. Ya no navegaremos por Internet, ahora viviremos dentro de él.
Por: Morfema Press / Cointelegraph
Todos usamos las redes sociales. Facebook, Instagram, y WhatsApp son el pan nuestro de todos los días. Mucho se ha dicho de sus efectos nocivos. Sin embargo, su uso ya no es opcional. Claro que es posible desconectarse. Pero si nos desconectamos, tenemos que pensar en lo que ocurría con nuestras vidas. Nos guste o no, sufriríamos de aislamiento tecnológico. Seríamos los “excéntricos”. Sería como mudarse a una isla desierta. El mundo es cada vez más digital. No lo podemos negar. Y el metaverso es un paso más allá. Ya no navegaremos por Internet. Ahora viviremos dentro. Emergidos en el meta-universo. Ahí lo digital es el todo.
El metaverso es lo que en mis tiempos se solía llamar la realidad virtual. Es básicamente Internet en 3 dimensiones. En la práctica, significa que ya no estamos hablando de varias pantallas frente a nosotros, sino unos lentes que nos cortan del resto del mundo. O sea, tendremos una mayor interactividad, una mayor corporeidad y una mayor existencia digital. En otras palabras, tendremos una experiencia digital mucho más total. Ahora bien, esa es la promesa. Se nos cuenta que ese es el futuro.
Mark Zuckerberg, el creador de Facebook (ahora Meta), ha estado en el ojo del huracán recientemente. Digamos que su reputación ha recibido muchos golpes últimamente, pero la idea es dar un paso al frente con un cambio de nombre y la promoción del metaverso. El joven genio, sin lugar a dudas, es un empresario exitoso. Pero, para muchos, es un déspota frío y codicioso que representa una verdadera amenaza a nuestra privacidad y a nuestras libertades. Ante los ojos del público, los gigantes de Silicon Valley siempre han tenido una mejor imagen que los banqueros. Al parecer, son “revolucionarios” que quieren cambiar al mundo para mejor con la implementación de nuevas tecnologías. Su objetivo no es el dinero per se. Lo que los mueve es una visión.
Hay dos elementos que suavizan la imagen de los chicos tech. En primer lugar, su juventud y su cercanía con la contracultura. Me refiero a ese aire liberal casi de izquierda. En segundo lugar, la frugalidad de sus hábitos. Mark siempre se viste igual. Casual, sencillo, y plano. De hecho, por el atuendo, aún parece estar en la universidad. Ese es el estilo de los millonarios de Silicon Valley. Cierto que dista mucho del estilo que podemos ver en Wall Street. Con el tiempo, sin embargo, estos héroes han vivido lo suficiente como para convertirse en los villanos de la película. Steve Jobs se salva, porque murió. Y, en el caso de Elon Musk, su carisma ha funcionado (por ahora) como un escudo protector. No obstante, los nuevos villanos en la actualidad son las grandes tecnológicas.
Todo avance en el proceso de digitalización tendrá un impacto en el precio de Bitcoin. El crecimiento de la economía digital se relaciona directamente al auge fintech y al florecimiento de las criptomonedas. ¿Qué es el metaverso? Ese idílico mundo virtual donde se podrá comprar, socializar, trabajar y jugar. No solo debemos estar muy atentos de la evolución de las criptomonedas en todo esto. Del mismo modo, debemos estudiar en detalle todo lo relacionado con las plataformas inteligentes y los NFT.
En este mundo tridimensional, los objetivos digitales seguramente jugarán un rol importante. El arte, por ejemplo. Pienso que el metaverso puede convertirse en una oportunidad para muchos creadores. Por supuesto, todo esto es muy nuevo. Y ahora nos podría parecer extraño. Seguramente no nos vemos todavía con esas gafas. Actualmente, parece una ridiculez. Pero hay que darle tiempo al tiempo. Nos adaptamos al Internet, a las redes sociales y a los teléfonos inteligentes en muy poco tiempo. Es perfectamente posible que el metaverso se gane su espacio gradualmente.
El metaverso no es Facebook (ahora Meta). El metaverso es un proyecto mucho más amplio que involucra a otras empresas. Pero, por encima de todo, el metaverso hay que construirlo. Ahí está el dinero.
En la construcción de ese mundo nuevo. Los pioneros de ese nuevo mundo serán los primeros en beneficiarse. He ahí la importancia de llegar temprano. En el mundo de las criptomonedas, el lamento por llegar tarde es habitual. ¿Por qué no compramos en el 2013? ¿Por qué no compramos al principio?
En realidad, no es un asunto de suerte. Es un asunto de visión. Eso quiere decir que debemos estar atentos para no perder las oportunidades que se nos presentan. Así de sencillo. Los juegos NFTs están de moda. Pero la proliferación de juegos nuevos ya está saturando el mercado. En consecuencia, la rentabilidad se ha reducido. No obstante, los primeros en llegar la botaron de jonrón. Lo mismo ha ocurrido con muchas de las altcoins que hoy están en boga.
Perdemos oportunidades por varias razones. En primer lugar, somos víctimas del escepticismo. Y, como no hay fe, no estamos dispuestos a asumir el riesgo. Luego, el tiempo pasa, y descubrimos demasiado tarde que hemos perdido una oportunidad de oro (otra vez). En segundo lugar, no contamos con el enfoque necesario. O sea, estamos muy distraídos. Desafortunadamente, perdemos mucho tiempo en tonterías.
¿Dónde están las oportunidades? ¿En el metaverso? Es posible. Entonces, hay que ponerse a estudiar el asunto. Investigar a fondo. ¿De qué se trata? ¿Cuáles son las oportunidades financieras que ofrece o podría ofrecer? Yo diría que un buen punto de partida podría ser la integración de los NFT en el metaverso.
En lo personal, pienso que la presentación de Mark sobre el metaverso fue sumamente aburrida. No me motivó para nada. ¿Saben que me motivó? Ready Player One (2018) de Steven Spielberg. Esas sí son palabras mayores. En esa película de ciencia ficción, se puede apreciar el potencial de un mundo virtual en 3 dimensiones. A mi parecer, es la mejor representación del metaverso que puede existir.