Vía 14ymedio
El crédito, pedido por Fidel Castro en 1974, está próximo a cumplir 50 años de impago.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, no ha querido revelar si durante la reunión que tiene prevista el próximo miércoles con Miguel Díaz-Canel tocará el tema de la deuda millonaria del Gobierno cubano con su país. La Habana debe a ese país una cantidad estimada de 15.000 millones de dólares, una suma que incluye un préstamo a Fidel Castro en 1974 , los intereses acumulados y las penalidades por no pagar dentro de los plazos.
La reunión se producirá un día después de concluida la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a la que se supone que asistirá Díaz-Canel, aunque su presencia no ha sido confirmada oficialmente. La presencia de Díaz-Canel en Argentina ha sido criticada por la oposición de Fernández, que ha impulsado varias iniciativas legales para declarar persona no grata al cubano, junto a sus homólogos Daniel Ortega y Nicolás Maduro, de quienes tampoco se ha confirmado su asistencia a la Celac.
La deuda, ya histórica, está a punto de cumplir cincuenta años de impago y fue el mayor crédito que hasta el momento otorgaba Argentina. En 1974, Fidel Castro acordó con José Ber Gelbard, ministro de Economía de dos Gobiernos –el de Héctor Cámpora y el de Juan Domingo Perón–, que se encontraba de gira por los países del bloque socialista, la obtención de un préstamo de 1.278,8 millones de dólares para que La Habana comprara vehículos y máquinas para el desarrollo agrícola.
Entre los insumos que Castro proyectaba comprar, estaban 6.000 automóviles Fiat 125, varios miles de Renault 12, Ford Falcon, Citröen Ami 8, Peugeot 404 y 9.000 carros Dodge, además de 1.000 tractores, 5.515 camiones Fiat y otras maquinarias que llegaron a Cuba desde Argentina, con el permiso de Washington, según detalla el diario digital argentino Infobae.
En 2020, casi al comienzo de su mandato, Alberto Fernández solicitó a su canciller, Felipe Solá, que recordara a La Habana el dinero que debía a Argentina desde los años 70. Díaz-Canel, que también estrenaba el cargo, no satisfizo la demanda entonces y es poco probable que lo haga ahora, cuando sus finanzas están en peor estado que hace tres años.
El acercamiento entre ambos países se ha hecho más sólido desde entonces y tampoco parece que los millones negociados por Castro entren en la mesa de debate. Cuba ha esquivado con habilidad e indiferencia su compromiso con la nación suramericana.
El predecesor de Fernández, Mauricio Macri, no tuvo más suerte pese a sus sostenidos esfuerzos y reclamos. Los intereses acumulados durante décadas han llegado a desbordar las capacidades financieras de Cuba.
La última vez que se tocó el asunto con el canciller cubano, Bruno Rodríguez –en México, 2020–, el diplomático se limitó a informar a su homólogo argentino que «el tema será tratado más adelante».
Según trascendió ese año, Argentina propuso a Cuba un paquete de reestructuración de la deuda, que podría ser pagada en inversiones y exportaciones, pero nada más se supo sobre las negociaciones. Por último, durante la pandemia de coronavirus en 2021, la ministra de Salud de Argentina, Carla Vizzotti, planteó a la Isla la posibilidad de un canje de «vacunas por deuda», pero el acuerdo no fructificó.
En 2016, el último año que la Isla reportó oficialmente su deuda externa, esta ascendía a 18.200 millones de dólares, una cifra que se ha incrementado sustancialmente según varios especialistas, entre ellos Luis R. Luis –antiguo Economista Jefe de la OEA–, que analizó para 14ymedio lo alarmante de la situación cubana.
«La estrechez de las reservas cubanas se deriva de la inhabilidad de generar suficientes divisas a través de exportaciones y además refleja elementos institucionales dados por políticas internas y externas. Entre esas políticas están las sanciones externas y también la voluntad del Gobierno de alejarse de las instituciones internacionales como el FMI que proveen liquidez internacional en caso de crisis de pagos como la que sufre el país desde hace años», señaló.