Vía DDC

‘La crisis económica y social de Cuba se profundiza, pero no parece que los decisores rebasen las descripciones carentes de autocríticas, las exhortaciones y el apego a las listas de medidas’, lamentan economistas.

ara el economista cubano Mauricio De Miranda, el régimen de Cuba «está a las puertas de un derrumbe en condiciones peores a las que tuvo la (Unión Soviética) URSS», mientras que para Pedro Monreal las «discusiones» en las comisiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular «recuerdan una comedia de enredos». Ambos expertos han reflexionado sobre el desastre de la economía cubana y los datos «funestos» expuestos de manera «balbuceante» por los diputados cubanos durante estos días.

«No hay salida a la vista de la crisis económica y social de Cuba, ni indicaciones de que exista un programa coherente de política económica para resolverla. La crisis es multifactorial, pero hay graves errores de política económica que se supone que deba ‘discutir’ la Asamblea Nacional. Sin embargo, existe el mal precedente de la pasividad parlamentaria de octubre de 2021 cuando se les comunicó el fracaso del ‘ordenamiento'», señaló Monreal en su página en Facebook El Estado como tal.

«El ‘ordenamiento’ ha agravado la crisis y es ‘un toro’ que oficialmente todavía no acaba de ‘agarrarse por los cuernos’ en dos de sus más importantes efectos negativos: un ajuste macroeconómico apoyado en la compresión de salarios y el empobrecimiento masivo de los cubanos», alertó.

«El tema de la pobreza ha cambiado porque su naturaleza es distinta desde el fracaso del ‘ordenamiento’: es masiva porque salario medio y pensiones son inferiores al valor de la canasta de bienes y servicios, y eso exige un enfoque de política económica diferente al tradicional. La gravedad de la crisis se expresa también en el hecho de que en términos ‘reales’ —ajustada a la inflación— las ventas de alimentos se desplomaron un 77,5% en 2022″, añadió.

En opinión del analista, «el desastre de las ventas del comercio minorista de alimentos en pesos cubanos (sin contar el mercado informal) es principalmente responsabilidad del sector estatal que concentra un 89% de las ventas de alimentos, es decir 8,1 veces mayor que las ventas no estatales».

«Continuar con las lamentaciones no resuelve la crisis alimentaria, ni tampoco la solución pudiera salir de ensueños burocráticos como las ’63 medidas’. La solución radica en desarrollar una agricultura privada moderna en Cuba, pero eso no parece estar en los planes«, señaló.

«El centro del combate contra la pobreza corresponde al mercado laboral para poder revertir los precios relativos actuales (inflación mayor que el crecimiento de salarios y pensiones), pero eso requeriría transformaciones que ni siquiera se han esbozado oficialmente», lamentó Monreal.

La solución a la crisis «está en la tierra, en los campos cubanos; en el mercado»

«A estas alturas, el país sigue debatiendo resoluciones, lineamientos, comisiones. Una de las quejas (…) es que los municipios no tienen claridad sobre las magnitudes de la demanda y de las necesidades, así como de los recursos con el que se cuenta», cuestionó por su parte Mauricio De Miranda Parrondo sobre algunos de los «debates» en las comisiones de la Asamblea Nacional. 

«¿Cuándo se va a entender que no son las entidades de poder las que están en capacidad de estimar la demanda? Eso es responsabilidad de las empresas, de los diversos actores económicos. Es el Mercado el que hace esto. Allí donde las demandas son insatisfechas, el ajuste suele producirse por medio de los precios y los precios estimulan a los productores a producir más. Y con mayor producción y un ambiente de competencia, bajan los precios», señaló en una publicación en Facebook.

«Luego, (Esteban) Lazo dice que ‘el país no tiene dinero para importar’. El país no es el que debe importar. Son los empresarios. Pero al margen de esto es inadmisible que Cuba deba importar la mayor parte de los alimentos que necesita. Lazo tiene razón cuando dice que ‘estamos cansados de diagnósticos y resoluciones sin que se solucionen los problemas’. Y luego dice que encontrar la causa de los problemas es el primer paso para solucionar los problemas. Muy bien, ¿de verdad quieren conocer las causas?», se preguntó. 

«Las causas están en un sistema que no funciona y que nunca ha funcionado. La solución está en la creación de condiciones para el funcionamiento de un mercado transparente; en la eliminación de las estructuras burocráticas; en la eliminación de los métodos administrativos para dirigir la economía; en la creación de un mercado mayorista de fertilizantes, maquinarias e insumos para la elevación de la productividad del trabajo y la modernización de la actividad agrícola que aún usa bueyes para arar la tierra; en la eliminación de los monopolios estatales como es el caso de acopio. Esto solo para empezar», dijo.

«Una ley de soberanía alimentaria no resuelve la inmensa escasez de alimentos que sufre la sociedad cubana. No es en la Asamblea Nacional donde esto se soluciona. No es con visitas de dirigentes. No es con reuniones. Es en la tierra, en los campos cubanos; en el mercado. Es imprescindible dejar que los campesinos tengan las condiciones para producir», afirmó.

En una respuesta a un comentario sobre el «inmovilismo» del régimen, De Miranda Parrondo escribió: «no sé por qué no es claro para tantas personas que el país está a las puertas de ese derrumbe en condiciones peores a las que tuvo la URSS«.

Cantinflas en la Asamblea Nacional del Poder Popular

En otra publicación en su blog en Facebook, Monreal consideró: «Pudiera ser la manera en que está siendo reportada por la prensa, pero lo que se lee hoy sobre las ‘discusiones’ en las comisiones de la Asamblea Nacional recuerda una comedia de enredos. No queda claro si es un problema de incapacidad técnica o de ‘directivas’ que se han impartido».

Entre los ejemplos que citó: «Una ‘perla’ clásica: afirmar que ‘las 93 medidas para salvar la zafra’ están teniendo un impacto positivo a la vez que se reconoce una involución del sector que consiste principalmente en que sencillamente no se trabaja. Otra ocurrencia de ‘campeonato’: la idea de que con menos de la quinta parte de los recursos necesarios pueden ‘planificarse’ resultados superiores de un sector a la deriva como el azucarero».

Monreal colocó «la medalla de oro de los dislates reportados» a «la ineptitud estatal para controlar, cuando se reconoce la amplitud de los delitos económicos, incluso ‘legalizados’ en contratos, y simultáneamente se informa sobre la decreciente capacidad para auditar».

«La crisis económica y social de Cuba se profundiza, pero no parece que los ‘decisores’ rebasen las descripciones carentes de autocríticas, las exhortaciones y el apego a las ‘listas de medidas'», concluyó.