Por José Luis Reyes en Diario de Cuba

Los contratos de alquiler de centrales flotantes a ese país imponen una carga que difícilmente La Habana puede sostener.

Tras el arribo a mediados de noviembre de una séptima central generadora de energía a Cuba, rentada a la empresa turca Karadeniz Holding, esos medios flotantes producen casi un cuarto de la electricidad que consume la Isla, que sufre desde hace más de medio año sus peores apagones desde la década de 1990.

El director técnico de la Unión Eléctrica (UNE) de Cuba, Lázaro Guerra, aseguró en esa fecha que con la nueva central, el país cuenta con una potencia de más de 500MW de capacidad instalada, con tres operando en la Bahía de La Habana y el resto en el puerto de Mariel.

Según los funcionarios de esa entidad, en 2023 este tipo de generación representará entre el 18 y el 20% de toda la energía producida en el país, por lo que en ello descansa buena parte del capital político empeñado por Miguel Díaz-Canel ante los cubanos, a quienes prometió que antes de fin de año habría alivio para los extensos apagones que sufren.

El tema está sin dudas en la agenda del gobernante en su visita a Turquía. No por gusto en la comitiva que lo acompaña en su viaje por varios países aliados está, además de los viceprimeros ministros Ricardo Cabrisas y Alejandro Gil, así como los responsables de Exteriores, Bruno Rodríguez; de Salud Pública, José Ángel Portal, y de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, el de Energía y Minas, Vicente de la O Levy.

En el encuentro del miércoles de los funcionarios cubanos con el presidente Recep Tayyip Erdogan, estuvieron el ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu; el de Energía, Fatih Dönmez; el de Finanzas, Nureddin Nebati; el de Cultura y Turismo, Mehmet Nuri Ersoy, y el de Comercio, Mehmet Mus.

Tras conseguir alivio a la deuda, promesas de nuevos envíos de petróleo y el ofrecimiento de una central eléctrica solar en Argelia, y realizar varios actos simbólicos en Rusia, la tercera parada del recorrido fue la menos concreta en sus propósitos.

De acuerdo con un análisis del Consejo Económico Cuba-EEUU, la visita a Turquía tiene como objetivos «obtener alivio de la deuda, asistencia financiera, oportunidades de exportación e importación (es decir, plazos de pago extendidos) y apoyo del Gobierno y los sectores privados» locales a La Habana.

Pero, como recuerda la consultora, «el sector público y privado en Turquía tienen limitaciones financieras que impedirán brindar todo lo que busca Díaz-Canel. También será un desafío el historial de acuerdos de reestructuración de deuda (soberana y comercial) del Gobierno de la República de Cuba con los sectores público y privado en muchos países que han resultado en una reestructuración adicional, ya que no se han cumplido las obligaciones».

«La gira por cuatro países del presidente Díaz-Canel no tiene una base de fortaleza, refleja debilidad», asegura el análisis, que advierte que los contratos de varios años con Karadeniz Holding, con sede en Estambul, imponen una carga a pagar por el alquiler de las plantas generadoras que difícilmente La Habana puede sostener.

De acuerdo con la web de la propia empresa, en octubre de 2018, Karadeniz Holding y Energo Import de Cuba firmaron un acuerdo de servicio para generación de 120MW de electricidad, que constituyó el primer proyecto de la empresa turca en América y que se extendería durante cuatro años.

Posteriormente, la capacidad del contrato se incrementó a 144MW y en noviembre de 2021 se firmó un nuevo acuerdo para aumentar la capacidad a 300MW y extender el plazo del contrato a 18 años, lo que convirtió a la Isla en el principal cliente de la firma en el Hemisferio Occidental.

Si bien no está claro cuánto cuesta a La Habana el alquiler de las plantas flotantes, el experto Jorge Piñón, investigador del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, dijo tiempo atrás a Reuters que le preocupa la financiación de esta capacidad adicional, dadas las condiciones económicas de Cuba.

De acuerdo con un análisis de 2021 del centro de periodismo investigativo Ama Bhungane, el negocio de Karadeniz Holding reporta a esa empresa más de 1.000 millones de dólares en ingresos anuales, por lo que su perfil político creciente ha hecho que el propio Erdogan negocie con diversos gobiernos para abrirle mercados.

El esquema de negocio de Karadeniz Holding, según la investigación, se basa en brindar energía rápida y eficiente a países desesperados. Hoy sus plantas suponen el 60% de la generación en Gambia; el 26% en Ghana; el 100% de Guinea Bissau, y toda la energía del sur de Irak, entre más de 30 negocios en casi todo el mundo.

Los precios han aumentado, pero en 2012 se supo que en Paquistán la firma turca cobraba a casi un dólar el kilowatt/hora (kW/h), al igual que en Irak, sumando aparte los costos operativos.

La propia investigación reveló que las críticas han llovido sobre Karadeniz Holding por imponer tratos «explotadores e irracionales» a los países clientes, mientras que ha habido conflicto en varios enclaves de sus plantas flotantes debido a la presunta violación de regulaciones ambientales.  

Pero, agarrada La Habana a ese clavo caliente (la mayoría de las termoeléctricas cubanas a base de petróleo crudo y fuel oil son, en comparación, ineficientes, con un promedio de 35 años de explotación, lo que las hace obsoletas, según las propias autoridades), los ministros y el gobernante cubanos, ¿qué ofrecieron a Erdogan para otorgar solidez al trato?