Por Darwin Chávez

PLATAFORMA. La decisión tomada por la Plataforma Unitaria el pasado viernes 19 de abril fue literalmente un parto. Fueron días de muchas tensiones, presiones, “muñequeos” y hasta “pescueceos”. Al final prevaleció la sensatez y la cordura al no caer en la trampa “caza bobos” que era la candidatura de Manuel Rosales. Se impuso la firmeza de María Corina Machado y las fuerzas democráticas alineadas con ella. De nada valieron las embestidas del equipo táctico de Rosales y la “operación especial electoral” que incluía a Stalin González, Luis Aquiles Moreno, Simón Calzadilla y Tomás Guanipa, entre otros. La estrategia de MR y sus trolls incluyó lanzar desde el jueves 18/04 el rumor de que ya tenían los ocho votos asegurados y que sería pan comido la decisión final. Esta tesis la mantuvieron el viernes 19/04 hasta en horas de la noche, cuando la verdad era otra y es que seguían perdiendo el juego 7 a 3, lo que obligó a MR a ceder ante el peligro de que seguir en su afán de dinamitar la unidad le generara problemas con Estados Unidos. Era tan importante la jornada de discusión del 19/04, que a los asistentes los invitaron a dejar sus teléfonos celulares fuera de la sala, a fin de impedir cualquier filtración o jugada maléfica de última hora. Con este resultado se confirma el grado de madurez política y capacidad de maniobra que en la actualidad posee María Corina, además de la firmeza de las fuerzas que la apoyan que no cayeron en las manipulaciones de quienes están aliados con el régimen. No tengo dudas de que MCM le ganó otro round a los mañosos de la vieja política. ¿Qué viene ahora? Cómo no me creo el cuento de que Rosales y su grupo tuvieron una “epifanía” y ahora apoyan la unidad, prefiero esperar a ver qué ocurre a partir de ahora. Como conclusión voy a usar una frase que me soltó un amigo ese viernes en la noche: “Esta película tiene aún escenas e historias por contar y que no sabemos cuáles son”

DUDA. Si Manuel Rosales tiene su propia rectora en el Consejo Nacional Electoral con Acmé Clarisa Nogal Méndez, porque al final fue el rector de Henry Ramos Allup o sea Juan Carlos Delpino, quien ayudó a los representantes de UNT a sustituir a MR y oficializar su respaldo a Edmundo. ¿Será que Rosales aún tenía el objetivo de mantener su nombre como una alternativa y dividir el voto opositor? Por cierto, los representantes de Un Nuevo Tiempo ante el CNE tienen futuro como actores, lo hicieron muy bien en la simulación que comenzaron desde el domingo. Hasta se les veía preocupados. ¿Cómo se llama la obra? Yo le pondría: “Salvemos a Tío Conejo”FACTOR “X”. Cuando Manuel Rosales finalmente cedió en su objetivo de ser ungido por María Corina y la Plataforma Unitaria como el candidato de unidad, de inmediato me dio la impresión de que algo lo había empujado a incumplir su acuerdo con Maduro y a realizar el máximo esfuerzo por convencer a Jorge Rodríguez de que debía entregar su candidatura. Una fuente de su entorno me cuenta que a su regreso de Bogotá de la entrevista con Francisco Palmieri, el embajador interino de EEUU para Venezuela, Manuel ya no era el mismo. Algo ocurrió en ese encuentro. Algo le dijeron. Algo le confirmaron que le hizo moderar su ímpetu y abrirse a la posibilidad de no ser candidato de MCM y la plataforma, además de “motivarlo” a no ser un aspirante alternativo. ¿Qué le dijeron? Eso sólo sabe él y Palmieri, pero todo me hace suponer que debió ser algo tan contundente, que Manuel prefirió cambiar su postura pro-Maduro para no dar pasos en falso que representaran un duro golpe a su enorme patrimonio familiar. Hagamos un ejercicio de lo que tenía que ganar y perder Manuel. En el caso de empecinarse en mantener su candidatura cumplía con lo acordado con el oficialismo, pero esto le podría generar sanciones no sólo contra él, sino también contra su núcleo familiar que, en su mayoría, disfruta de los resultados de sus casi 30 años en el poder viviendo con mucha tranquilidad y comodidad financiera en Estados Unidos. Si los gringos lo hubiesen sancionado sus propiedades, inversiones y demás negocios corrían serios riesgos no sólo en Estados Unidos, sino también en Panamá. Supongo que al colocar en una balanza entre lo que podía perder en USA y perder en Venezuela, prefirió no correr riesgos y decidió “renegociar” su pacto con el chavismo. ¿Qué podía perder en Venezuela? Si no lograba convencer, apelando a sus dotes de “Tío Conejo”, al régimen podía perder la Gobernación mediante una destitución ilegal y sustentada en cualquier truco del chavismo, que hubiera designado a Néstor Reverol o quizás a Diosdado Cabello de forma totalmente arbitraria. Dudo que lo hubieran detenido o enjuiciado por algún delito contrarrevolucionario. Lo cierto de todo, es que, al parecer, Francisco Palmieri y las advertencias de EEUU terminaron siendo el “factor X” que obligó a Manuel a repensar algunos términos de su sociedad con el chavismo. A todo esto debemos agregar que Rosales debe sentirse abrumado por tener una feroz opinión pública en su contra. Él nunca había estado colocado en una posición similar. Se acostumbró a no tener una opinión pública en contra de forma tan masiva El castigo del pueblo ha sido tan severo, que hasta en el Zulia el daño es profundo y no sólo hay muestras importantes de repudio, sino que gracias a sus propios errores continúa creciendo una fuerza alternativa opositora en su contra. De nada le ha servido abrir su chequera para comprar el apoyo de periodistas, analistas, opinadores y hasta influencers. Se perdieron esos reales. Lo peor para él es que a pesar de haber cedido, algo impensable para su gigantesco ego, el incendio de opinión pública no ha disminuido y sigue siendo junto a Maduro los dos políticos más rechazados por la mayoría de los venezolanos.

OPERACIÓN. No hay que ser un erudito para poder llegar a una conclusión importante y es que se observa un ligero cambio en la “operación especial electoral” de Maduro en alianza con Manuel Rosales. No se trata de un cambio profundo, pero sí importante ya que es el resultado de un conjunto de acciones, concertadas o no, que los han llevado a “moderarse” con el fin de comportarse de acuerdo con las circunstancias y buscar alcanzar sus objetivos. ¿Cuáles objetivos? El más claro y evidente es mantenerse en el poder al costo que sea, pero quizás no estemos pecando de ilusos si llegamos a pensar que están buscando una transición que reduzca su “costo de salida” del poder, mediante la propuesta que hizo el presidente de Colombia de un plebiscito para someter a consideración un acuerdo democrático, cuyo punto central es que se “respete la vida de quien pierda las elecciones”. Revisemos el conjunto de acciones que marcan ese ligero cambio. En primer lugar, cedieron en la necesidad de mantener la candidatura “conveniente” de Manuel Rosales, aunque este tema tiene otros condicionantes que ya revisamos, mientras que luego de mucha presión y tensión aceptaron el apoyo de la tarjeta de UNT a Edmundo González, no sin antes lanzar cualquier cantidad de rumores que, incluso, hablaban de que el PSUV analizaba la posibilidad de sustituir a Maduro. ¿Por qué cedieron en este punto tan importante? Hay varias razones, pero quizás la más emblemática es que no lograron doblegar la firmeza de María Corina Machado y de las fuerzas democráticas que la respaldan en la Plataforma Unitaria, no sólo con el tema Rosales, sino también con la decisión de mantenerse en la ruta electoral. En segundo lugar, terminaron, por ahora, ratificando la aceptación de la candidatura de Edmundo González Urrutia quien ya supera holgadamente a Maduro en las encuestas, no sin antes jugar con la incertidumbre y la desesperación de los venezolanos en la prórroga que por 72 horas aprobó el CNE. Como conclusión en este punto, no lograron que la oposición democrática cayera en la trampa de Maduro y “Tío Conejo”. Por otro lado, Maduro extendió la invitación a la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los DDHH para regresar a Venezuela, cuando en febrero los expulsó alegando los clásicos argumentos de cualquier dictadura que viola los derechos humanos. Y cuarto, ese plebiscito propuesto por Gustavo Petro abre la posibilidad de que se esté gestando una transición en paz. ¿Por qué estos ligeros cambios? En este punto no solo hay una acción, ni un solo actor; sino un conjunto de participantes y acciones que elevaron la presión contra el régimen a su máximo nivel. Comienzo con el regreso de las sanciones. La anulación de la licencia 44 de la OFAC fue una demostración de fuerza de la gestión de Joe Biden que desoyó todas las recomendaciones que recibieron, sobre todo desde el intenso y costoso lobby de las empresas petroleras, especialmente de Chevron, que buscaba impedir el retorno de las sanciones que los obligarían a cesar en sus operaciones en Venezuela. Quizás Maduro y su banda confiaron mucho en la influencia de estas compañías para evitar el regreso de las sanciones, por lo que decidieron jugar duro y patear el “Acuerdo de Barbados”, pero al final la apuesta la perdieron. En relación con este tema, hay demasiada preocupación por la posible anulación de la licencia 41 que se vence el 1ro de junio porque esta obligaría no sólo a Chevron, sino a muchas empresas petroleras globales a abandonar y/o posponer sus planes en Venezuela. Esto significaría un muy duro golpe al plan oficialista de recuperar la producción petrolera. Asimismo es importante tomar en cuenta el papel de la Corte Penal Internacional (CPI) que al instalar su oficina técnica en Caracas, los obliga a moderar su persecución contra la oposición para no agravar su ya difícil situación en esta instancia que los podría condenar por violaciones de los derechos humanos. Esta delegación de la CPI, aunque no tendría incidencia directa en el caso, los estaría vigilando para medir su comportamiento y tolerancia. Y hay otro detalle a tomar en cuenta, que ha pasado un tanto desapercibido, es toda la información que contra Maduro y sus secuaces entregó el condenado Clíver Alcalá Cordones a la justicia de Estados Unidos, sobre las operaciones de narcotráfico y tráfico de armas, entre otras peripecias del chavismo. Y por último no hay que desestimar la participación de Petro y Lula quienes han utilizado su amistad con el régimen venezolano, al parecer a instancias de EEUU, para insistir en la necesidad de elecciones libres y confiables en Venezuela. En síntesis, hay un conjunto de acciones, presiones y exigencias que han obligado al régimen a aplicar cambios en su “operación especial electoral”. ¿Son sostenibles estos cambios? Esto es imposible de saber en una situación tan cambiante como la venezolana, pero sobre todo tomando en cuenta que estos tipos “son de rosca al revés”.