Autoridades ecuatorianas y peruanas trabajaron el domingo para evaluar los daños causados ​​por el fuerte sismo del día anterior que sacudió la región, dejando al menos 15 muertos y cientos de heridos.

El sismo de magnitud 6,8 ​​sacudió la provincia costera ecuatoriana de Guayas al mediodía del sábado, y los residentes reportaron temblores en gran parte del país, así como en las ciudades fronterizas del norte de Perú.

A la medianoche del sábado, el gobierno ecuatoriano reportó 12 muertos en la provincia de El Oro y dos muertos en la provincia del Azuay, así como más de 440 heridos.

“Seguiremos trabajando todo el fin de semana”, tuiteó el presidente Guillermo Lasso en un video durante la noche. “Todos los ministerios están activos y cuentan con los recursos económicos para atender con urgencia esta emergencia”.

La Secretaría de Gestión de Riesgos dijo que envió un equipo a la Isla Puna el domingo temprano, cerca del epicentro del terremoto, para evaluar las necesidades y entregar ayuda humanitaria.

Adicionalmente, el gobierno informó que 84 viviendas fueron destruidas y otras 180 afectadas. Decenas de centros de salud y unidades educativas también registraron impactos.

La petrolera estatal Petroecuador informó que una plataforma costa afuera cerca del epicentro sufrió daños que provocaron fallas en la maquinaria, reduciendo temporalmente la producción.

Las autoridades peruanas reportaron una muerte, cuatro casas colapsadas y cinco más quedaron inhabitables, mientras que los servicios esenciales y la infraestructura de transporte no sufrieron daños.

Durante su mensaje dominical, el Papa Francisco envió sus condolencias por las pérdidas y «todos los que sufren» a causa del terremoto. Otros gobiernos, incluidos el de Chile y Cuba, también enviaron mensajes de solidaridad.

Ecuador y Perú forman parte del llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una extensa zona que rodea el Océano Pacífico donde son frecuentes los choques entre las placas continentales.

Reuters