Vía The Epoch Times

El nuevo libro de Robert Lighthizer propone una desvinculación estratégica de China

El ex representante comercial de EE. UU., el embajador Robert Lighthizer, considera las décadas de déficit comercial de EE. UU. con China como una «transferencia de riqueza». En su reciente entrevista con el programa “American Thought Leaders” de EpochTV, describió un libro de jugadas para vencer a China en su propio juego a través del desacoplamiento estratégico, muy parecido a lo que China ha estado haciendo con Estados Unidos, dijo.

En su nuevo libro “No Trade Is Free: Changing Course, Taking on China, and Helping America’s Workers”, recordó una reunión a la que asistió en Beijing en noviembre de 2017, durante la cual le dijo a Xi Jinping, secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), que la relación comercial entre Estados Unidos y China estaba desequilibrada.

Y a partir de ahí, Lighthizer dijo que cambió el tono de las conversaciones comerciales que solían ser rondas de compromisos vagos sin seguimiento de las acciones, que se reinician con cada nueva administración estadounidense.

“Nunca me interesó una de estas cosas en las que el statu quo favorece al otro lado por definición”, dijo a The Epoch Times. “Y mientras puedan patear la lata en el futuro, mantendrán ese beneficio, esa preferencia, en muchos casos, esa transferencia de riqueza”.

‘Transferencia Neta de Riqueza’

Para el Sr. Lighthizer, no es un problema cuando un país tiene un déficit comercial con otro en períodos de corto plazo. Sin embargo, décadas de déficit de cientos de miles de millones de dólares, como es el caso del comercio de Estados Unidos con China, es esencialmente una “transferencia neta de riqueza”, dijo.

El déficit comercial de Estados Unidos con China casi se ha cuadruplicado desde diciembre de 2001, cuando China se unió a la Organización Mundial del Comercio, según la Oficina de Análisis Económico . El déficit comercial total de 2002 a 2022 asciende a más de $ 5 billones, una quinta parte del PIB de EE. UU. en 2022.

Durante el mismo período, la posición de inversión neta de EE. UU. (cuánto poseen los estadounidenses en todo el mundo frente a cuánto posee el resto del mundo en los Estados Unidos) creció casi seis veces a $ 16 billones negativos en 2022.

“Estamos abaratando estas camisetas y nuestro tercer y cuarto televisor, pero lo estamos pagando transfiriendo activos de nuestro país al extranjero”, dijo en la entrevista.

Lo llamó un “negocio de tontos”: “Ese es un mal negocio; eso no es un buen negocio. En muchos casos, es el consumo actual por una pérdida de valor a largo plazo”.

Su ensayo “ La locura del libre comercio ” resumió el mismo problema a principios de este año: “Literalmente, estamos intercambiando el control futuro de nuestro país, la riqueza de nuestros hijos y nietos, por el consumo actual: televisores y zapatillas deportivas más baratas. Esto es una locura.»

El mito del libre comercio

El Sr. Lighthizer piensa que el libre comercio es una «religión falsa».

“Nadie practica el libre comercio. Por supuesto, si miras a los grandes países que tienen grandes excedentes, no tienen libre comercio. En China, no está ni remotamente cerca. Ni siquiera es el capitalismo. Alemania no tiene libre comercio. Europa no tiene libre comercio. Todo es solo un Dios falso, y literalmente no existe”, agregó.

Según él, China tiene planes para lograr el dominio global y ha capitalizado a los extranjeros hambrientos de ganar dinero en el país.

“Es China decidiendo, ‘Voy a hacerte rico porque me va a ayudar’. Esas personas luego se convierten en defensores de China. Esa es más o menos la compensación”, dijo.

“La noción de usar a los estadounidenses para ayudar a una potencia extranjera y hacer que las personas ganen dinero ciertamente no es algo nuevo”, dijo el Sr. Lighthizer. “Ciertamente no es algo que los chinos hayan inventado”.

Libro de jugadas de desacoplamiento estratégico

Estados Unidos necesita desvincularse estratégicamente de China, “al igual que los chinos lo han hecho con nosotros”, dijo Lighthizer.

Dijo que «eliminar el riesgo», una estrategia  adoptada por los países del G7 para diversificar sus cadenas de suministro fuera de China, era «un pequeño paso en la dirección correcta», y calificó el movimiento de «desacoplamiento estratégico ligero».

“Creo que es una forma de tratar de hacer lo correcto, pero aún así hacer felices a todas las empresas estadounidenses muy ricas que importan de China. Están tratando de tener las cosas en ambos sentidos”, dijo el exfuncionario de comercio.

El libro de jugadas de desacoplamiento estratégico del Sr. Lighthizer incluye los siguientes elementos: lograr un comercio equilibrado, cortar el flujo de tecnología estadounidense a China y administrar las inversiones entrantes y salientes.

Para equilibrar el comercio entre Estados Unidos y China, Lighthizer dijo que los aranceles del presidente Donald Trump funcionaron. Desde que se aplicaron los primeros aranceles en julio de 2018, el déficit comercial de EE. UU. con China disminuyó hasta 2020. Su explicación de la recuperación del déficit comercial en 2021 fue que la combinación de la demanda estimulada por los paquetes de ayuda pandémica del gobierno de EE. UU. y el cierre de la fabricación nacional impulsaron las compras en el extranjero.

Otra herramienta que podría funcionar para reducir el déficit comercial, según Lighthizer, es la idea de Warren Buffett de los certificados de importación y exportación. En un artículo de 2003,  el Sr. Buffett ilustró una propuesta de que las empresas obtendrían certificados de importación en un valor de dólar a dólar basado en sus montos de exportación. Por lo tanto, una empresa que realiza más importaciones que exportaciones tendría que comprar certificados de importación en el mercado. Esa fue su idea de dejar que el mercado descubra cómo equilibrar el comercio.

Si bien todos los países hacen lo que más les conviene en el comercio internacional, el comercio de China tiene una «superposición siniestra» de robo de tecnología, dijo Lighthizer. Combatir esto, según él, requiere detener la transferencia de tecnología forzada del régimen y administrar la inversión desde y hacia China, y pondría fin a la facilitación de Estados Unidos de la ambición de dominio global del PCCh con tecnología o fondos.