El gobernado de Texas y aliado de Donald Trump, Greg Abbott, dio su apoyo este miércoles a la propuesta de deportaciones masivas del mandatario electo y aseguró que comenzarán con los migrantes que tengan antecedentes criminales. Trump, quien obtuvo la victoria en las elecciones del martes frente a la vicepresidenta Kamala Harris, prometió durante su campaña expulsar del país a los 11 millones de personas que viven sin un estatus legal.

El republicano «hará lo que casi todos los estadounidenses están de acuerdo que haga: comenzar con los criminales que están aquí», indicó Abbott en una rueda de prensa en la ciudad de Tyler, a las afueras de Dallas. Trump, señaló Abbott, ha dejado «perfectamente claro» que las deportaciones son un proceso: «Comenzarán con los criminales y después de que termine con eso, mirará a otros lugares».

El ex presidente, que consiguió hacerse el martes con una victoria arrolladora, ha prometido invocar una ley de 1798 y que solo se ha usado en tiempos de guerra para llevar a cabo su plan de expulsión de migrantes. Un reciente cálculo del Consejo de Inmigración Estadounidense (AIC) estima que EE UU gastaría 315.000 millones de dólares para deportar a 13 millones de indocumentados en más de una década.

A la espera de saber los resultados en los estados clave de Arizona y Nevada, Trump ha conseguido 295 compromisarios –Harris solo 226– de los 270 necesarios en el Colegio Electoral para que lo declaren presidente. La carrera se prometía ajustada, pero el ex presidente, que será el primer jefe de Estado condenado por la Justicia en asumir la Presidencia de EE UU, consiguió arrebatar a los demócratas los tres estados del llamado «muro azul» (Wisconsin, Míchigan y Pensilvania) y, si la tendencia continúa, todo apunta a que va a logar con buenos márgenes los siete estados clave que estaban llamados a decidir los comicios.

Además, todo hace pensar que por primera vez para Trump también va a ganar el voto popular, que le da el 51% al republicano y 47,6% a la demócrata, con 4,7 millones de votos menos (según el recuento de la agencia Associated Press).

Los votantes latinos aumentaron en 13 puntos su apoyo al candidato hasta alcanzar el 45 % de ese electorado, por encima del récord entre candidatos presidenciales republicanos, el de George W. Bush en 2004.

Según encuestas a pie de urna de NBC, dadas a conocer este miércoles, la candidata demócrata y vicepresidenta, Kamala Harris, obtuvo un 53% del voto hispano en las elecciones de este martes, muy por debajo del 65% de Joe Biden en las elecciones de 2020, del 66% de Hillary Clinton, en 2016, o del 71% de apoyo hispano a Barack Obama. Harris tuvo una peor actuación entre los votantes hispanos que Biden en todos los estados bisagra, con la excepción de Wisconsin, donde mejoró en un solo punto porcentual.

El mayor éxodo de voto latino para Harris se produjo en Míchigan, con una caída de 24 puntos hasta el 35% de apoyo, y en Pensilvania, donde los votantes abandonaron a la demócrata en 21 puntos porcentuales con respecto a Biden 2020 hasta el 57%. También fueron destacables las caídas del voto a favor de Harris en Florida, donde el retroceso con respecto a 2020 fue de 11 puntos, o en Texas, donde la caída fue de 15 puntos en apoyos latinos.

Trump obtuvo en estas elecciones un claro mandato al imponerse en cinco de los siete estados considerados bisagra en estos comicios. Los latinos, un grupo muy diverso y disperso por todo el país, han sido esenciales en la victoria electoral de Trump, que decidió atraerlos incidiendo en propuestas económicas, de lucha contra la inflación, creación de empleo y asegurando que la política migratoria del Gobierno actual también les afectaba negativamente.

Trump también arrasó en casi todas los condados fronterizos en Texas, superando además el apoyo que obtuvo entre los votantes de esta zona hace cuatro años. El republicano, quien lideró una campaña con un mensaje antimigrante y duramente crítico con la gestión del Gobierno actual, obtuvo la victoria en 12 de los 14 condados tejanos atravesados por la frontera con México. En total, pasó de tener aproximadamente el 38,3% del voto en esta región en 2020 al 48,9% en 2024, según datos oficiales. Este triunfo incluye dos de los tres condados más poblados de la región fronteriza: Hidalgo y Cameron.

Por su parte, la vicepresidenta, Kamala Harris, mantuvo el apoyo demócrata en el condado de El Paso con la mayoría de los votos, aunque Trump también ganó terreno en la región con un 41,8% en comparación con el 31,6% de 2020. Los resultados de las elecciones representan un golpe a los demócratas tejanos, quienes esperaban que el aumento de la población latina allanara el camino a arrebatar la popularidad de los candidatos republicanos en un estado donde los aspirantes conservadores a la Presidencia han ganado en todos los comicios desde 1976.

Por primera vez en la historia, los latinos representan la mayoría de la población en Texas y la región fronteriza: un 89% de los habitantes se identifican como latinos o hispanos, según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas. Desde las elecciones de 2016, cuando Trump irrumpió en la escena política con un discurso populista que caló entre la clase trabajadora blanca, la región fronteriza en Texas ha visto una «erosión gradual» del apoyo a los demócratas en los condados fronterizos, explicó a EFE Mark Jones, politólogo de la Universidad Rice en Houston. Sin embargo, indicó el experto, los resultados del martes son «un fenómeno completamente distinto».

El atractivo de Trump entre este tipo de votantes puede explicarse por una serie de factores: la ansiedad económica en una región donde más del 30% de la personas viven bajo el umbral de la pobreza, junto con un deseo por reducir la migración al país y un rechazo a los valores socioculturales más progresistas como el apoyo a la comunidad LGTBQ, de acuerdo con expertos consultados por EFE. «Esta es un área en donde muchas personas van a trabajar (…) y al final del día se dan cuenta de que el salario no es suficiente para sus necesidades», subrayó Jorge Martínez, director para Texas de la iniciativa LIBRE, una organización que promueve ideas libertarias.

El deseo de controlar la migración está relacionado con que los hispanos de la zona fronteriza en Texas han estado en el país «por generaciones» y no se identifican tanto con «las dificultades de las personas que buscan asilo», resaltó Jones. Las urnas en esta región reflejan una tendencia nacional de un mayor atractivo por parte de los latinos hacia Trump: en estas elecciones el republicano incrementó su apoyo entre esta población por 14 puntos porcentuales con respecto a 2020, según una encuesta a pie de urna de la firma Edison Research.

EFE