El Cojo Ilustrado, nacida el primero de enero de 1892, salió por última vez a la venta luego de 559 ediciones tal día como hoy hace 108 años un primero de abril de 1915. La revista, dirigida por Manuel Ravenga, es considerada una de las publicaciones más importantes de difusión del modernismo hispanoamericano.

Por: Sedici / Correo de Lara / Museo del Libro Venezolano

En circulación desde el Gobierno de Raimundo Andueza Palacios, pasando por la presidencia de Guillermo Tell Villegas, Joaquín Crespo, Ignacio Andrade, Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, 23 años de publicación ininterrumpida. La revista fue una de las primeras que se instalaron en Venezuela con taller de fotograbado mecánico, lo que representaba los recursos más modernos para la época.

La revista se imprimía a tres columnas en formato de 1/4 recortado, (32 x 23 cm) en papel satinado, tipo glasé, en ella se incluían fotograbados y cromofotograbados.

Destinado a los hogares de los sectores medios, la revista se ocupa de algunos hechos sociales, pero se centra en artículos sobre arte y literatura, sin descuidar la labor del positivismo venezolano en ciencias naturales y sociales.

Profusamente ilustrado, concede abundante espacio a la fotografía y a la reproducción de obras de Arturo Michelena. Se intenta diseñar las posiciones de El Cojo Ilustrado atendiendo a la presencia no solo de textos de los modernistas y de la joven literatura venezolana, las polémicas y las recepciones críticas, realmente notables por su frecuencia, sino también de la producción hispanoamericana en general.

La revista no nació como tal, sino de la fábrica de cigarros “El Cojo”, fundada en 1873, su nombre se tomó de uno de los socios de la cigarrería: Manuel E. Echezuría que era conocido con ese apodo, el otro socio era Agustín Valarino.

Los cigarros “El Cojo” pronto se transformaron en una empresa pujante con sucursales en todo el país, es allí donde aparece Jesús María Herrera Irigoyen, que es nombrado gerente de la sucursal de Caracas.

En 1881 Herrera Irigoyen comienza a publicar un pequeño folleto, como propaganda para la fábrica de cigarros, pero un año después la empresa compra una tipografía, con la intención de imprimir lo necesario para los cigarros, además de diversificar sus productos.

Tres años más tarde con la muerte de Echezuría, Herrera Irigoyen compra la empresa y pasa a ser el único propietario de “Tipografía a vapor El Cojo”. Es en ese momento cuando se funda la Revista artístico-literaria «El Cojo Ilustrado».

La revista, llegó a tener unos 3000 suscriptores y era distribuida no solo en Venezuela, sino también en América Latina, Norteamérica, y Europa. Su precio en el país era de cuatro bolívares por dos ejemplares al mes.

107 años después de su última publicación, El Cojo Ilustrado vive en las redes sociales con sus usuarios no oficiales, encargados de difundir la memoria histórica de nuestro país y eso, definitivamente, es Ser Venezuela.

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