Editorial El Nacional

Vestido como si fuera un militar en activo y con una estatua en miniatura del “comandante supremo” sobre el escritorio, el diputado Pedro Carreño, de la asamblea oficialista, difundió un audio la semana pasada en el que es evidente que se clona la voz de María Corina Machado y que él usó para denunciar a los enemigos de la “revolución libertaria y socialista”. Carreño reclama así sus 15 minutos de fama con una maniobra burda que es marca del régimen que defiende.

Los enemigos de la «revolución» son todos aquellos que niegan que es mayoría entre la gente. Y vaya que son muchos si se le presta atención a los estudios de opinión. ¿Podría ser de otra forma en un país donde sus señas actuales son la pobreza, el abandono escolar y de las escuelas, hospitales sin remedios y cada vez menos médicos, junto con la represión, el exilio, la censura? Carreño pudiera decir, sin que le clonen la voz,  que las mediciones oficiales no indican nada de eso. Quien ausculta y registra lo que ocurre son esas «molestas» organizaciones cívicas y organizaciones internacionales porque el Estado dejó  hace tiempo de cuantificar los daños y las carencias.

En este país donde el interruptor de la luz es una lotería y por las tuberías sale más aire que agua, el diputado Carreño se entretiene difundiendo -o fabricando- un audio echando mano de la inteligencia artificial, en línea con el jefe del régimen que la emplea en la creación de una figura -Sira, no Cilia- que presenta su programa televisivo inaugurado en abril pasado. Los recursos sobran para ciertas cosas.

La voz que el diputado muestra como un hallazgo se ocupa en «revelar» que nadie asiste a los actos de la campaña electoral de la candidata de Vente Venezuela, a pesar de la evidencia de las encuestas y de los propios actos difundidos por las redes. El diputado pasa por alto que su propio compañero de partido, el gobernador de Trujillo, en video y audio, dijo que «el día que por aquí por Pampanito (municipio trujillano) venga una Marina Corina o lo que sea tenemos que sacarla a coñazos». ¿Por qué tanto temor?

Lo que queda claro es que el régimen usará todos los recursos a su mano, además de las inhabilitaciones, las amenazas y el control del órgano electoral, y ahora hasta la inteligencia artificial, para intervenir en la campaña electoral de la primaria opositora. Se alternarán los métodos brutales e ilegales con este del empleo de la tecnología para el engaño y el falseamiento.

Como muestran datos, la mayoría de los venezolanos que se identifican con la oposición obtienen su información a través de plataformas digitales, ante el control abusivo de los medios públicos y el cerco a los privados. Por eso el régimen lanza ataques de desinformación (como lo comenta nuestro columnista Antonio de la Cruz en su artículo de esta semana) diseñados para esos canales, con el propósito de crear confusión y darle un tiro más a la realidad.

A juzgar por la imagen de Carreño uniformado parece otro tipo de inteligencia. Cuartelaria, quizás

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