Aunque el 75% de los volcanes se encuentran en el Cinturón de Fuego (un cinturón tectónico que se extiende 40.000 kilómetros desde Asia hasta Alaska y Sudamérica), todos los continentes del planeta albergan volcanes, ya sea que se hayan creado a través de grietas continentales (como en el Cinturón de Fuego) o puntos calientes de magma (como los volcanes de Hawái).

Sin embargo, actualmente no se pueden encontrar volcanes activos en el continente de Australia, la Tierra de Abajo, aunque es el hogar de algunos especímenes volcánicos extintos .

Esto se debe a que el continente carece de límites de placas tectónicas . Es en estos límites (donde se encuentran dos placas tectónicas) donde se forman la mayoría de los volcanes. En cambio, Australia descansa directamente sobre la placa australiana.

Aunque los australianos puedan sentir que se están perdiendo algo,  técnicamente el país tiene dos volcanes activos en sus territorios externos, en  la isla Heard y la isla McDonald , ubicadas a unos 4.000 kilómetros al suroeste de Perth. Pero como ambas islas están deshabitadas (y un viaje en barco de dos semanas es la única forma de llegar a ellas), pocos australianos (o cualquier otra persona, en realidad) verán alguna vez las remotas excepciones volcánicas del país. 

El origen de la palabra volcán

La palabra volcán tiene su origen en la mitología romana. Proviene del nombre del dios Vulcano, el dios del fuego y los metales.

¿Por qué se relaciona con los volcanes?

  • Vulcano y el fuego: En la mitología romana, Vulcano era considerado el herrero de los dioses, trabajando incansablemente en su fragua. Las erupciones volcánicas, con su fuego y lava, eran asociadas a la actividad de Vulcano en las profundidades de la Tierra.
  • Isla Vulcano: Existe una isla en el mar Mediterráneo, cerca de Sicilia, llamada Vulcano. Los antiguos romanos creían que esta isla era la chimenea de la forja de Vulcano.

En resumen:

La palabra volcán se originó a partir de la asociación entre el fuego y la actividad volcánica, y la figura mitológica de Vulcano, quien era visto como el creador de estos fenómenos naturales.