Por Ramón Cardozo en DW

El 2 de octubre de 2022 se llevarán a cabo las elecciones generales de la República de Brasilpara renovar sus poderes públicos. En esta oportunidad, se elegirán al presidente, vicepresidente, Senado (1/3), Cámara de Diputados, gobernadores, vicegobernadores estatales, Asambleas Legislativas Estatales y Cámara Legislativa del Distrito Federal.

La grave crisis venezolana ha sido un tema recurrente en el debate político del Brasil durante estos últimos años. Lo fue de manera especial durante la campaña presidencial brasileña del 2018 y lo vuelve a ser en esta nueva cita electoral, donde se enfrentan el presidente conservador, Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL), quien es candidato a la reelección, y el expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), principal candidato contendor y el cual, según las últimas encuestas, mantiene hasta ahora el liderazgo para los comicios de la primera vuelta de la carrera presidencial.

La estrategia de Jair Bolsonaro

El diplomático venezolano Milos Alcalay, ex viceministro de Relaciones Exteriores y embajador de Venezuela en Brasil entre 1997 y 2000, señala que «el tema de Venezuela ha estado muy presente en la actual campaña electoral brasileña, porque es un issue que, evidentemente, puede atraer o alejar votos. Por ello, Bolsonaro ha intentado aprovechar al máximo las ocasiones que le han permitido traer al tapete el tema venezolano, sobre todo en sus encuentros con refugiados venezolanos y durante las visitas que ha realizado a las poblaciones de Boa Vista y Pacaraima, en el estado fronterizo de Roraima, principal puerta de entrada de los migrantes venezolanos al Brasil.

En esas ocasiones, Bolsonaro ha resaltado la tragedia que, siendo Venezuela uno de los países más ricos de América, un país con tanto petróleo, hoy en día esté sumido en una profunda crisis humanitaria por culpa de sus malos gobernantes, y por ello advierte que una eventual llegada de Lula al poder pondría al Brasil en riesgo de transitar un proceso similar al venezolano”.

También la crisis argentina

Siguiendo esa línea de campaña, Bolsonaro trajo nuevamente a colación la crisis venezolana durante el primer debate presidencial, realizado el pasado 28 de agosto. En su intervención de cierre -lo cual demuestra la importancia que le otorga al tema- el actual presidente atacó a Lula por sus relaciones políticas con los Gobiernos de Venezuela y Argentina y señaló que «(Lula) apoyó a Chávez y apoyó a Maduro y, ¿para dónde fue Venezuela? Hoy recibimos en promedio más de 500 personas por día en el estado de Roraima, huyendo de la miseria y la violencia; y Lula respaldó esas candidaturas. Lula también apoyó al actual presidente de Argentina y miren hacia dónde va la Argentina. Hoy 40 por ciento de la población argentina está en la miseria”.

Aunque la crisis política de Argentina ha cobrado importancia dentro de la estrategia electoral de Bolsonaro para atacar a Lula durante el último mes, Venezuela sigue siendo un tema de referencia importante en la campaña. Una nota de la «BBC News Brasil” indicó que, en un reciente sondeo en la red social Twitter, realizado por la Dirección de Análisis de Políticas Públicas (DAPP) de la Fundação Getúlio Vargas (FGV), se evidenció que, entre enero y agosto de 2022, hubo 494.400 menciones sobre Argentina relacionadas con el debate electoral, frente a 483.600 de Venezuela. Sin embargo, desde finales de julio hasta agosto, las referencias a la crisis argentina doblaron a las de Venezuela. Este movimiento ha sido impulsado por las declaraciones del presidente Bolsonaro y las publicaciones de sus seguidores, según Victor Piaia (FGV) responsable del sondeo.

La estrategia de Luiz Inácio Lula da Silva

En cuanto al tratamiento del tema venezolano por parte del candidato contendor Lula da Silva, el exembajador Alcalay señala que «Lula se encuentra bajo dos fuegos. Por una parte, intenta borrar la imagen de las relaciones privilegiadas que su pasado gobierno mantuvo con Chávez, y por ello busca no retratarse mucho con Maduro. Algo parecido a lo que ha venido sucediendo en otras campañas presidenciales de la región como en Chile, o en Colombia, en donde tanto Boric como Petro, durante sus respectivas campañas, se distanciaron de Maduro, e incluso le hicieron criticas públicas a su régimen.

Por otra parte, continua Alcalay, «Lula debe mantener una prudente distancia política con respecto al Gobierno de Maduro, porque parte de sus actuales aliados no están de acuerdo con una línea de identidad con el régimen venezolano. Lula pactó con el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) liderado por el expresidente Fernando Henrique Cardoso y, además tiene dentro de su fórmula como candidato a vicepresidente a Geraldo Alckmin, un político de centroderecha, antiguo militante del PSDB, gobernador del estado de Sao Paulo entre 2011 y 2018, y quien ha sido crítico del modelo Bolivariano. De allí que Lula haya venido tomando una mayor distancia del régimen de Nicolás Maduro, aduciendo que él no interfiere en asuntos de otros Estados”.

Lula: «Yo no defiendo el régimen de Venezuela»

En una entrevista en la radio Metrópole de Salvador, en agosto del 2022, el candidato Lula da Silva señaló: «Yo no defiendo el régimen de Venezuela. Yo no defiendo qué hace Maduro o qué deja de hacer. Lo que pienso es que el problema de Venezuela es un problema de los venezolanos”.

Recientemente, en una entrevista aparecida 22 de agosto en el diario brasileño Folha de S.Paulo, Lula declaró que deseaba que Venezuela fuera lo más democrática posible y que finalmente pudieran celebrarse unas elecciones que fueran aceptadas por todos los actores políticos. Asímismo, Lula abrió la puerta a la alternancia política en Venezuela, al señalar que «no hay un presidente insustituible”.

El futuro postelectoral entre Brasil y Venezuela

Las relaciones bilaterales entre Brasil y Venezuela se han venido deteriorando desde el año 2016, cuando Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay consideraron que en Venezuela hubo una ruptura del orden democrático y, en consecuencia, de acuerdo con el Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático, acordaron suspender a Venezuela como miembro del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

En diciembre de 2017, las relaciones se distanciaron aún más, cuando el Gobierno de Maduro declaró persona non grata al embajador Rui Pereira, del Brasil. Finalmente, en junio 2019, el entonces recién electo presidente Jair Bolsonaro, junto con otros cincuenta países, reconoció como presidente interino de Venezuela a Juan Guaidó, lo que en la práctica supuso el desconocimiento de la legitimidad de Nicolás Maduro como gobernante de Venezuela.

Sin contactos formales

Según el politólogo Jesús Enrique Mazzei, diplomático y profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, «aunque formalmente las relaciones bilaterales entre Brasil y Venezuela no estén rotas, en la práctica no existe contactos formales entre los Gobiernos de Nicolás Maduro y el de Jair Bolsonaro. Por parte del Brasil, la misión exterior en Venezuela está formalmente cerrada desde abril del año 2020.

En cuanto a Venezuela, el personal diplomático del Gobierno de Maduro aún se mantiene en Brasil, pero no puede ejercer ningún tipo de actividad diplomática en ese país. Aunque en fechas recientes ha circulado la noticia de que las relaciones consulares entre ambos países podrían reanudarse, lo cierto es que, hasta el momento, no ha habido avances al respecto. Esta situación muy posiblemente se mantendrá en el caso de que Bolsonaro repita en la presidencia.”

Relaciones menos ideologizadas

En el caso de un triunfo de Lula en Brasil, seguramente se daría inicio a la reapertura progresiva de las relaciones bilaterales entre Brasil y Venezuela. Sin embargo, según el criterio del embajador Alcalay, en esta nueva presidencia las relaciones de Lula con Venezuela serían más pragmáticas y menos ideologizadas; más de Estado a Estado.

Ello es así, explica Alcalay, pues «la segunda década del siglo 21 ha sido muy distinta a la primera década. En la primera década del siglo 21 hubo una incondicionalidad, una solidaridad automática con la Revolución Bolivariana a través de los Kirchner (Argentina), de Correa (Ecuador), de Morales (Bolivia), de Ortega (Nicaragua), de Zelaya (Honduras). Pero, en la segunda década, vemos cómo en la región los representantes de los movimientos de izquierda que últimamente han ganado las elecciones se cuidan cada vez más de no identificarse plenamente con lo que representa Maduro. Así, hemos visto cómo Boric ha sostenido que los derechos humanos deben respetarse y que deben hacerse valer sin importar el color del gobierno que los vulneren; y Petro, por su parte, ha manifestado que piensa cumplir con todos los acuerdos en materia de refugiados.”

Los asuntos prioritarios de la agenda bilateral

En los actuales momentos, existe una serie de asuntos prioritarios que están pendientes en la agenda bilateral Brasil-Venezuela. Uno de ellos es el tema de los refugiados venezolanos en el Brasil. Según reportes oficiales, más de 650.000 migrantes venezolanos han entrado a Brasil y aproximadamente 280.000 permanecen allí a raíz de la crisis humanitaria en Venezuela.

Estos migrantes se han concentrado sobre todo en los estados fronterizos del Brasil, lo cual representa una sobrecarga muy alta para los sistemas de educación, salud y seguridad de esos gobiernos regionales que, a pesar del apoyo del Gobierno federal, se ven incapacitados para atender debidamente a los migrantes.

Minería ilegal y grupos irregulares

Otro tema álgido ha sido la actividad minera ilegal que se viene desarrollando a lo largo de la Amazonía brasileña-venezolana. Esta actividad depredadora ha venido aumentando a un ritmo alarmante y está produciendo impactos ambientales que son cada vez más amplios e irreversibles en estos delicados ecosistemas, amén de la destrucción de la cultura y vida de varios pueblos originarios que habitan esas regiones desde tiempos ancestrales.

Por otra parte, de acuerdo con informes como los publicados por Crisis Group, la minería ilegal en esas zonas ha venido acompañada de la presencia de grupos irregulares armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que son los responsables del aumento exponencial de la violencia en esos territorios como consecuencia de sus actividades criminales: extorsiones, asesinatos, contrabando y narcotráfico.

Por el bien de Venezuela, esperamos que cualquiera de los dos candidatos que gane la presidencia de Brasil aporte su concurso tanto para la democratización de Venezuela como para la solución de estos graves problemas binacionales.