La mas reciente encuesta Harvard CAPS/Harris Poll revela un dato de alto impacto político y estratégico: siete de cada diez estadounidenses apoyan que Donald Trump utilice la fuerza militar para destruir los barcos de los cárteles que transportan drogas desde Sudamérica.
El respaldo no solo es amplio, sino transversal. Según el estudio —basado en 2.413 votantes registrados—, 89% de los republicanos, 67% de los independientes y 56% de los demócratas están de acuerdo con una acción militar directa. El dato sorprende incluso dentro del electorado demócrata, donde más de la mitad aprueba una medida típicamente asociada a la línea dura republicana.

El resultado sugiere que la llamada “guerra contra los cárteles” ha dejado de ser un tema ideológico para convertirse en una causa nacional, impulsada por la percepción de que el narcotráfico extranjero está íntimamente ligado a la crisis de seguridad y adicción en Estados Unidos.
En términos políticos, la encuesta legitima la narrativa de Trump de que los cárteles deben ser tratados como organizaciones terroristas internacionales y no como actores criminales convencionales. Esa línea argumental, que combina seguridad fronteriza, soberanía y política exterior, encuentra eco en una ciudadanía que percibe al narcotráfico como una amenaza existencial.
Analistas en Washington interpretan el resultado como una señal de que el despliegue militar en el Mar Caribe no es un gesto aislado, sino parte de una estrategia cuidadosamente sincronizada en dos frentes: el externo, destinado a neutralizar las rutas del narcotráfico, y el interno, orientado a consolidar consenso en torno a un liderazgo de fuerza.
Con este nivel de respaldo —que atraviesa el espectro partidista—, Trump logra convertir la lucha contra los cárteles en una nueva frontera de unidad nacional, desplazando el debate desde la retórica hacia la acción militar concreta. Y, al hacerlo, redefine los límites tradicionales entre política doméstica y política exterior. (MP)
Nota metodológica.
La encuesta fue realizada en línea en Estados Unidos los días 1 y 2 de octubre de 2025, entre 2.413 votantes registrados, por The Harris Poll y HarrisX, bajo la supervisión de Mark Penn (presidente de The Harris Poll), Dritan Nesho (CEO de HarrisX) y Stephen Ansolabehere (profesor y director emérito de CAPS en la Universidad de Harvard).
Los participantes fueron reclutados mediante un muestreo de paneles web opt-in validados profesionalmente, con el fin de ampliar el marco muestral y reducir sesgos de reclutamiento. Los resultados fueron ponderados por edad, género, región, raza/etnicidad, estado civil, tamaño del hogar, ingreso, empleo, educación, afiliación partidista e ideología política, para reflejar con precisión la composición del electorado estadounidense. Se aplicó además un ajuste de propensión a estar en línea (propensity score weighting). El margen de error para el total de la muestra es de ±1,99 puntos porcentuales, con un nivel de confianza del 95%.