Vía Riazor
La Central Hidroeléctrica de Guri , una de las mayores instalaciones energéticas del mundo, también llamada Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, es una central, en el lado oriental de Venezuela, pero que de alguna manera lo controla todo. Pero, como muchos grandes proyectos energéticos, sus desafíos se extienden mucho más allá de las maravillas tecnológicas de su construcción.
La planta, desde su sorprendente construcción hasta los esfuerzos de vanguardia, fue clave para cambiar el espacio energético de Venezuela.
Aprovechando el Caroní: El rol del Guri en el panorama energético de Venezuela
La construcción de la presa de Guri en el río Caroní comenzó en 1960 y fue un proyecto innovador. La energía hidroeléctrica es la solución perfecta para Venezuela, que busca reducir su dependencia de los combustibles fósiles. La planta de Guri es un proyecto de gran envergadura que implicó la desviación del río Caroní para crear una presa de tierra de 161 metros de altura que se extendería por más de un kilómetro cuando estuviera terminada.
Se sucedieron las etapas de construcción. La primera fase, realizada en 1969-70, tiene una capacidad total de 1.750 megavatios. Pero como la demanda de energía de Venezuela crecía tan rápidamente, fue necesaria la segunda etapa, iniciada en 1976 y que abarcaba las ampliaciones previstas número dos y tres. En 1986, se elevó la presa y se añadió una ampliación a la central eléctrica que permitiría una futura capacidad hidroeléctrica de hasta 10.300 megavatios.
Esto, junto con la enorme capacidad de almacenamiento del embalse, de 138 mil millones de metros cúbicos, convirtió a Guri en uno de los mayores proyectos hidroeléctricos a escala mundial.
La Central Hidroeléctrica de Guri se destaca por ser la principal fuente de generación de energía en Venezuela con aproximadamente 50.000 GWh anuales . Esta cifra representa alrededor del 73% de las necesidades eléctricas del país. Guri es una de las centrales más grandes del mundo que abastece de electricidad a millones de hogares y empresas en toda Venezuela.
El precio de la dependencia: el efecto de la represa de Guri sobre la estabilidad energética de Venezuela
La empresa eléctrica venezolana CVG Electrificación del Caroní CA (Edelca) ha gestionado la instalación desde su inicio. A lo largo de su historia, Guri ha pasado por numerosos procesos de transformación para aumentar su vida útil. Por ejemplo, en 2007, Andritz Hydro obtuvo un contrato de 100 millones de euros para proporcionar nuevas turbinas Francis para la central eléctrica, lo que ayudó a desarrollar la eficiencia.
Estos intentos tienen como objetivo aumentar la vida útil de la planta en 30 años más , pero la fuerte influencia de Guri en la red eléctrica ha hecho que Venezuela dependa de ella.
Las interrupciones del suministro eléctrico debido a la disminución de los niveles de agua han ocurrido con frecuencia, con importantes fallas eléctricas documentadas en 2010, 2016 y 2019.
A medida que bajan los niveles de agua, toda la nación siente el efecto. En 2019, el colapso de la subestación San Gerónimo B, conectada a la presa de Guri, provocó otro apagón nacional, lo que puso de relieve los peligros de depender de una sola fuente de energía.
Aprovechamiento de la naturaleza: cómo la presa de Guri transforma la energía del agua en electricidad
Las centrales hidroeléctricas como Guri dependen del aprovechamiento de la energía del agua. Al reunir agua en un depósito, la central podría liberarla para que fluyera a través de turbinas, transformando la energía en electricidad, y esto se logra mediante un sistema de subestaciones de alto voltaje que funcionan a hasta 800 KV.
A pesar de ser sostenible, la energía hidroeléctrica tiene consecuencias. Las represas podrían alterar la ecología y las comunidades, como ocurrió con el embalse de Guri, que sumergió pueblos enteros. Además, esto dificulta la reubicación de los peces e inunda grandes regiones, alterando el paisaje. Los embalses podrían generar metano a partir de la vegetación sumergida, lo que genera inquietud por la conservación.
La central hidroeléctrica de Guri es una prueba de los intentos de Venezuela de aprovechar el poder de la energía sostenible. Con su amplia capacidad y su papel crucial en el suministro de energía de Venezuela a nivel mundial, se erige como una importante iniciativa hidroeléctrica.
Pero los desafíos que enfrenta, que van desde los efectos de conservación hasta la dependencia y la escasez de agua, ponen de relieve las complicaciones de la generación masiva de energía.
Mientras Venezuela sigue modificando Guri, mantener un equilibrio entre la demanda y la sostenibilidad será vital para su futuro.