Vía France24
La disputa territorial entre Venezuela y Guyana volvió a escalar con la aprobación de la Ley Orgánica para la Defensa del Esequibo por parte de la Asamblea Nacional de Venezuela. Este conflicto, arraigado por más de un siglo, se intensificó desde 2015 con la incursión de ExxonMobil en la explotación de petróleo en la región. En el corazón de esta disputa se encuentran los habitantes del Esequibo, cuyas vidas reflejan la complejidad de la situación. Un equipo de France 24 estuvo allí.
El conflicto territorial por el Esequibo se remonta al siglo XIX, cuando Venezuela y la Guayana Británica (hoy en día Guyana) disputaban la soberanía sobre esta región.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos y los intentos de resolución, el diferendo persistió a lo largo de los años, exacerbado por la riqueza de recursos naturales presentes en la zona. La intensificación del reclamo venezolano a partir de 2015, coincidiendo con la explotación petrolera en la región, ha reavivado las tensiones y ha llevado el conflicto a nuevos niveles de confrontación.
Para los habitantes del Esequibo, la disputa territorial tiene profundas implicaciones en sus vidas diarias. Personas como Héctor Stoll, un empresario guyanés de 87 años, han invertido su capital y construido sus vidas en esta tierra, afirmando su arraigado sentido de pertenencia a Guyana.
Por otra parte, otros habitantes como Ana Vegas, una venezolana que reside en la región, enfrentan desafíos adicionales como migrantes en un territorio disputado. Vegas cuestiona si Venezuela realmente merece ganar la batalla por el Esequibo, alegando que ya tiene suficientes recursos naturales y que “Guyana realmente necesita este territorio, ya que es una población muy pequeña y con bastantes necesidades”.
La disputa no solo afecta a los habitantes locales, sino que también tiene implicaciones socioeconómicas y geopolíticas más amplias. La explotación de petróleo y otros recursos en la región ha llevado a un aumento de la inversión extranjera y ha generado disputas sobre la distribución de la riqueza entre los dos países. Además, el conflicto ha suscitado preocupaciones en la comunidad internacional sobre la estabilidad en la región y el respeto al derecho internacional.
En medio de la incertidumbre y las tensiones, se plantean preguntas sobre el futuro del Esequibo y posibles vías para la resolución del conflicto. Mientras tanto, los habitantes de la región continúan viviendo en un limbo geopolítico, enfrentando los desafíos de una tierra disputada mientras esperan una resolución pacífica que garantice su seguridad y bienestar.
El litigio entre Venezuela y Guyana representa un desafío persistente para la estabilidad regional y la seguridad de los habitantes locales.
A medida que la disputa continúa desarrollándose, se hace crucial buscar soluciones diplomáticas que respeten los derechos de todos los involucrados y permitan un desarrollo sostenible en la región.