Vía 20 Minutos

Los gatos no disponen de conducta de sumisión ni de reconciliación por lo que siempre intentarán evitar un conflicto.

Aunque los gatos no tienen la fama de ser tan sociales como los perros, la realidad es que, a su manera, ellos también disfrutan de nuestra compañía y también se comunican con nosotros para hacernos saber cuándo están a gusto y cuándo no. Sin embargo, como sus capacidades comunicativas han evolucionado más a raíz de su domesticación, no es tan fácil que humanos y mininos se entiendan, algo que sí ocurre con los canes.

Mireia Berenguer, especialista en conducta felina por la Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM por sus siglas en inglés) y educadora canina en Kireba explica que «debido a su evolución desde el Felis Silvestris Lybica, una especie solitaria, los gatos no disponen de conducta de sumisión ni de reconciliación, por tanto, su intención ante un conflicto será siempre evitarlo huyendo».

«Si esto no fuera efectivo, mostrarán señales para que las amenazas incrementen la distancia (lenguaje corporal y vocalizaciones), utilizando la lucha como último recurso», detalla. «Incluso cuando parecen agresivos en realidad solo están intentando que su amenaza se aleje y evitar el conflicto».

Qué señales nos indican que el gato quiere distancia

ara entender mejor qué nos quieren decir nuestros gatos hay que conocer su lenguaje corporal y el significado del mismo. Para indicar a otro animal o persona que se aleje, el gato intentará parecer más grande. «Lo hará arqueando la espalda, estirando sus piernas y enseñando solo un lado del cuerpo. También inclinará las orejas hacia atrás, dilatará las pupilas y erizará su pelo», cuenta Berenguer.

«Si esto no da resultado, el gato aumentará la intensidad, añadiendo vocalizaciones agonísticas como bufidos, gruñidos o gritos, entre otros», añade la experta en conducta felina.

Si lo anterior no ha dado resultado y el ser que considera una amenaza está más cerca, el gato lanzará un golpe con la pata, puede enseñar o no las uñas, e incluso hacerlo acompañado de vocalizaciones de nuevo, según cuenta Berenguer.

«Si la amenaza continúa, el gato puede sentir miedo y, por tanto adoptar una postura más agazapada, con las patas en contacto con el suelo para poder salir rápido si es necesario», explica la especialista. «Su mirada estará focalizada en la amenaza y sus pupilas se mantendrán dilatadas. La cola también estará pegada al cuerpo y las orejas, en este caso, estarán aplanadas».

Otro de los casos que podemos encontrarnos es el típico de ir a acariciarle y que no quiera. «Cuando les tocamos demasiado, en lugares que no les gusta o de manera muy intensa, el animal se irritará y se frustrará», relata Berenguer. «Nos mostrará señales como mover la cola oscilándola de un lado al otro, mirará la mano con la que le estamos tocando, contraerá la piel. Si no desistimos, nos morderá por frustración».

Qué señales nos indican que el gato quiere relacionarse

Por lo contrario, aunque mucha gente se piense que los gatos son animales ariscos, estos felinos también piden muchas veces mimos y quieren relacionarse tanto con otros gatos como con nosotros y tienen gestos corporales con los que nos lo harán saber.

Por ejemplo, si un gato se nos acerca relajado, con la cola levantada y, en algunos casos con la punta de la misma curvada, significa que quiere relacionarse con nosotros. Además, también puede emitir algún sonido como trinos o maullidos, según explica Berenguer.

Los gatos también se frotan contra nosotros, otros gatos y otros seres de su núcleo social para relacionarse, tal y como afirma la experta: «Frotan la cara, luego la cabeza, luego el cuerpo y al final entrelazan las colas; algo que también hacen con nosotros e incluso con los muebles cerca nuestro cuando están a gusto».

«Una forma que tienen de saludarnos o incitarnos al juego es rodar o enseñarnos la tripa»

«No solo tiene una finalidad de cohesión grupal, si no que también es una forma de dejar sus propias feromonas para crear un olor comunitario», añade.

Otras señales que nos indican que el gato está cómo en nuestra presencia es cuando parpadean lentamente, descansan cerca o incluso encima nuestro o cuando amasan cerca o encima nuestro también. «Además, una forma que tienen de saludarnos o incitarnos al juego es rodar o enseñarnos la tripa», concluye la especialista en conducta animal.

Conociendo estas señales básicas, podemos tener una mejor relación con nuestros gatos, respetando sus señales y comunicándonos con ellos de una forma más adecuada para ellos, sin provocarles ningún tipo de estrés ni creando enfrentamientos innecesarios.