El Hotel Humboldt,​ ubicado en la cima del Cerro Ávila​ en Caracas es un ícono en la arquitectura venezolana por su diseño de vanguardia. Su construcción se realizó en 199 días de 200 dispuestos entre los meses de mayo y noviembre de 1956.

Por: Morfema Press / Wikipedia / El Ciudadano

El proyecto se desarrolló durante el boom petrolero que vistió a Caracas de modernidad. El ingreso per cápita otorgaba la posibilidad de invertir grandes sumas de dinero en infraestructura.

Una vez finalizada la construcción del teleférico de Caracas, previsto para conectar el puerto de La Guaira con la ciudad, se avanzó en el desarrollo del hotel cuya construcción se llevaría a cabo entre mayo y noviembre de 1956 (199 días) a 2 mil 105 metros de altura sobre el nivel del mar, en la cúspide del pico Humboldt.

El arquitecto Tomás José Sanabria Escobar, tenía menos de 30 años cuando asumió el reto. Se formó en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.

Trece horas demoró Sanabria en llegar a los terrenos cuya ubicación geográfica exhibía una panorámica de la capital venezolana y la belleza del Litoral Central.

El hotel contaría con 70 habitaciones distribuidas en 14 plantas (cinco por piso) en una suerte de estructura de torre circular (mide 59, 50 metros de altura) con vistas únicas de 360 grados.

En la última planta estaría ubicado un bar que servía de mirador. Fueron utilizados 400 millones de kilogramos de material que fueron traslados en tiempo récord a través del teleférico para cumplir con la fecha de entrega.

El Humboldt, sinónimo de lujo y vanguardia venezolana

Las chimeneas eran de cobre, las griferías de bronce y los pisos de mármol. La piscina cubierta cuya pared de vidrio muestra el exterior, contaba con un circuito de calefacción a través de calderas, dado el clima frío de montaña que caracteriza la zona.

Costó 20 millones de bolívares para la época y fue encomendado por orden del General Marcos Pérez Jiménez. Dada la exigencia de concluirlo cuanto antes los obreros trabajaron 24 horas seguidas en tres turnos.

Intermitente en el tiempo, desde su inauguración solo pudo operar cuatro años seguidos. Luego funcionó como escuela hotelera y su lobby como salón de fiestas y discoteca.