Por Laszlo Beke

David Autor es un respetado autor, conocido como la “voz académica del trabajador estadounidense”. El Prof. Autor se ha dedicado a demostrar como la tecnología y el comercio han erosionado los ingresos de millones de trabajadores a través de los años.

Ahora está planteando que la nueva ola de tecnología – la de la Inteligencia Artificial Generativa, la cual puede producir imágenes y videos híper-realísticos, así como puede imitar de una manera convincente textos y voces humanas – podría revertir esta tendencia. Él plantea que “Si la IA es bien utilizada, esta puede asistir en la restauración de las habilidades y del corazón del mercado de la clase media laboral, la cual ha sido vaciada por la automatización y la globalización.”. Otros economistas han reaccionado al reciente planteamiento del Prof. Autor indicando que se trata de un interesante ejercicio mental estimulante, pero especulativo: “Existe un acuerdo amplio, que IA tendrá un beneficio de productividad, pero no está claro como ello se traducirá en términos de ingresos de los trabajadores y en el empleo de trabajadores”.

En el año 2003, David Autor publicó un estudio muy prestigioso e influyente, donde determinó que el 60% del desplazamiento de la demanda en favor a trabajadores con educación universitaria era atribuible a la computarización. Investigadores posteriores examinaron el rol de la tecnología en el desvío del crecimiento del empleo hacia roles de servicio de bajos ingresos. Muchos economistas también predicen que innumerables trabajos, desde puestos de trabajo de call center hasta ingenieros de software están riesgo. Goldman Sachs concluyó que la IA Generativa podría automatizar actividades equivalentes a 300 millones de puestos de trabajo a tiempo completo. De hecho, en las investigaciones realizadas, la IA incrementó la productividad de todos los trabajadores, pero los más beneficiados han sido los que tenían menos habilidades y experiencia.

El cambio de perspectiva del Prof. Autor ha sorprendido a muchos y él indica que son los hechos los que han cambiado su forma de pensar. Su planteamiento es que, hasta el presente, las computadoras habían sido programadas para seguir reglas. Ellas implacablemente han mejorado y son cada vez más rápidas y más baratas. Las tareas rutinarias, en la oficina o en la fábrica, podían ser reducidas a una serie de reglas paso-a-paso que eran progresivamente más automatizables. Este tipo de trabajos eran realizados por trabajadores con habilidades-medias sin un título universitario. Cómo contraste a lo anterior: “IA no conoce reglas. Aprende absorbiendo de multitud de ejemplos. Es totalmente diferente a lo que teníamos en computación”. Un asistente de IA está equipado de un almacén de ejemplos aprendidos que pueden ofrecer “guía” (en el cuidado de salud, pudiera ser ¿Has considerado el siguiente diagnóstico?) y “barandas de protección” (¡no prescriba estos dos fármacos juntos!). De manera que IA no es un destructor de puestos de trabajo sino una “tecnología complementaria para el trabajador”, que le permite a alguíén sin mucha experticia realizar trabajo más valioso.

El Prof. Autor opina que IA es fundamentalmente una tecnología diferente, abriendo la puerta a nuevas posibilidades:

– Puede cambiar los procesos de toma de decisiones frente a grandes desafíos, de manera que un número mayor de personas puedan asumir parte del trabajo que actualmente son competencia exclusiva de la élite y de expertos costosos como médicos, abogados, ingenieros del software y profesores universitarios.

– Si más personas, incluyendo aquellos sin títulos universitarios pueden realizar trabajo valioso, estos deberían recibir una mejor paga y ello elevaría a más trabajadores a la clase media.

– No cree en la posibilidad que IA reemplace el criterio o el juicio humano.

– Plantea una demanda prácticamente sin límites en el cuidado de salud, en software, en educación y en asesoría legal. La disminución de costos en esos campos les debe permitir expandir sus productos y servicios, de manera que serán más ampliamente asequibles.

Ahora bien, aun cuando IA genere las mayores mejoras de productividad a los trabajadores menos experimentados, no significa que ellos se vayan a beneficiar de una mejor paga o de mejores planes de carrera. Eso también dependerá del comportamiento corporativo, de la capacidad de negociación de los trabajadores y de las políticas de incentivos. Por ello, la visión del Prof. Autor no necesariamente será la que se imponga, la experiencia histórica no acompaña a los optimistas. Las otras tecnologías digitales hasta el presente no han cumplido con la promesa esperada.


Se hace referencia a How One Tech Skeptic Decided A.I. Might Benefit the Middle Class. También aparece en mi Portal https://tinyurl.com/3spue6au.