Por Laszlo Beke

Los humanos desde hace siglos han tratado de expresarse y comunicarse a través de la escritura. Podemos recordar las tabletas de arcilla con la escritura cuneiforme, el papiro y la imprenta de Gutenberg que fue parte integral de las fuerzas del Renacimiento. Estamos inmersos dentro de un ciclo transformativo mayor.

La tecnología digital, ahora con el impulso de la Inteligencia Artificial, tiene el potencial de afectar prácticamente cada aspecto de la producción de los libros, incluyendo el acto mismo de escribir. Estos son algunos de los hitos importantes, para los cuales el negocio de los libros se ha tenido que adaptar en los últimos años: (a) la llegada de Amazon que transformó el negocio de las librerías, (b) el auge de los e-libros que amenaza al mundo impreso y (c) la opción de la auto publicación que ha abierto un camino al éxito que deja de lado a las editoras tradicionales. Ahora todos tendrán que enfrentar otra disrupción, que pudiera ser de mucho mayor alcance y transformadora: el aumento de la influencia de la Inteligencia Artificial. Esto último está generando temor, pero también creatividad en el sector editorial.

La industria editorial en movimiento

Recientemente, la tecnología ha estado impactando en todas partes – en las aulas, en los hospitales, en los tribunales e incluso en Hollywood, donde los guionistas se fueron a la huelga exigiendo mejor paga, pero también protección contra la Inteligencia Artificial. En el sector editorial, la tecnología también tiene el potencial para transformar cada aspecto del trabajo que ocurre para la producción de libros. Todo el mercado será afectado, no debería sorprender que la Inteligencia Artificial en un futuro cercano resulte suficientemente bastante buena para la publicación de escritos generados con Inteligencia Artificial, en algunos géneros o tipos de ficción.

Al mismo tiempo, ya existe una explosión de emprendimientos en el sector editorial, donde se está aprovechando la Inteligencia Artificial para crear, para empacar, para editar y para mercadear libros

. Entre estos emprendedores se encuentran: Stocking , que puede producir cubiertas de libros; Storywizard, un programa que crea historias infantiles; Subtxt, que actúa como un coach en escritura ayudando a los autores a expandir un concepto; y Laika un programa de Inteligencia Artificial que imita la prosa de autores como Jane Austen y Edgar Allan Poe. Las casas editoriales grandes también están experimentando con tecnología, con programas de Inteligencia Artificial en áreas como mercadeo, publicidad, producción de audiolibros e incluso en el aspecto de escritura (donde lo hacen en formas menos evidentes). Ellos están muy preocupados desde la perspectiva legal y también con respecto a sus relaciones con los autores, si admiten que están usando dichas herramientas.

Reacciones frente a la amenazaPara ciertos roles en el sector editorial, la amenaza ya llegó, y algunos ya están tomando acción para proteger su trabajo. Los guionistas no quieren que se use su trabajo producido sin su permiso y ya se han unido a otros artistas, a codificadores y a creadores de contenido en juicios contra las empresas de Inteligencia Artificial , acusándolas de usar su producción para entrenar la Inteligencia Artificial. El gremio de autores recientemente emitió una petición firmada por miles de autores exigiendo que las empresas busquen su aprobación para usar su trabajo en el entrenamiento de los programas de Inteligencia Artificial.  La agencias representando a los ilustradores también revisaron sus contratos para evitar que su trabajo sea utilizado para alimentar programas de Inteligencia Artificial. Penguin Random House, el editor más importante de Estados Unidos, considera que es una violación del derecho de autor la “ingestión no autorizada” del contenido para entrenar los Modelos de Inteligencia Artificial.

Buena parte de la resistencia a los trabajos generados por Inteligencia Artifical entre editoriales proviene del aspecto legal, por cuanto el texto generado por la máquina no tiene derechos de autor

. Si ha sido modificado por seres humanos, puede ser elegible, pero incluso allí las decisiones ocurren caso-por-caso de acuerdo a la oficina de patentes de Estados Unidos. Eso disminuye para las editoriales el atractivo por el trabajo generado por Inteligencia Artificial, por cuanto generalmente no compran un libro a menos que tengan la licencia exclusiva para el mismo. 

La tecnología ofrece chatbots como ChatGPT, que puede generar texto evocador, puede imitar autores conocidos e incluso generar novelas enteras en minutos, respondiendo a “prompts” de un ser humano con ciertas habilidades. Es urgente que los escritores se involucren con el tema de Inteligencia Artificial, independientemente que en este momento están a menor riesgo que otros roles. Se desconoce como podrán afectarlos nuevos modelos.

Ejemplos del uso de Inteligencia Artificial

  • El autor y periodista Stephen Marche trabajó con tres programas de Inteligencia Artificial para producir el libro “La Muerte de un Autor” publicado este año 2023. Generó el esquema de la trama y los puntos de extensión de la trama usando un programa. A continuación, cambió el tono, la longitud y el estilo de la escritura con otro programa. Finalmente, utilizó un tercer programa para elevar el lenguaje de las oraciones individuales. Comentó al final que “Para mi es la herramienta existente más fascinante y creativa,”
  • Algunos autores utilizan Inteligencia Artificial como asistentes de escritura y de edición que puede ayudar a realizar tormentas de ideas, organizar material, desarrollar personajes o crear un esquema.
  • Un escritor de material de negocios usa ChatGPT para sintetizar información y para refrasear pasajes. Pero nunca lo usaría para generar texto, el resultado es aburrido.

Descubrimiento y Mercadeo

El reto para los editores no es generar más contenido, es más bien resolver el problema del descubrimiento, es captar la atención para los libros que publican. Esta tarea se ha hecho más compleja en los años recientes. La cantidad de medios dedicados a los libros ha menguado, y un mayor número de lectores compran los libros por Internet, donde es menos factible que los lectores potenciales encuentren un título del que nada han escuchado. Muchos en el sector temen que una avalancha de contenido generado por Inteligencia Artificial complicaría todavía más la posibilidad del descubrimiento de libros escritos en la forma tradicional. Programas impulsados por Inteligencia Artifical ya están siendo utilizados para tratar de resolver este problema. Open Road Integrated Media, que provee servicios de mercadeo a los editores, recientemente anunció que estará utilizando tecnología para optimizar contínuamente la meta data detrás de los título individuales, de manera que aparezcan en forma más prominente en los motores de búsqueda y en las páginas web de los detallistas.

Audiolibros

La Inteligencia Artificial está transformando la producción de audiolibros, un formato de rápido crecimiento y lucrativo para los editores. Apple y Google disponen de programas que convierten, sin costo, libros en formato digital en audio libros usando tecnología texto-a-voz. Empresas más jóvenes, como DeepZen y Speechki están produciendo miles de audiolibros con narración sintética (narración de audiolibros generada por computadora). Google ahora ofrece la narración sintética en español, francés, alemán y portugues brasileño. Sin embargo, las principales editoras todavía utilizan narradores humanos. Audible, uno de los mayores productores de audiolibros e importante detallista, no utiliza ni vende audiolibros sintéticos en su plataforma. Aún cuando planea continuar utilizando los profesionales, y sus autores y narradores exceden 600.000, opina que hay espacio para la coexistencia con el contenido texto-a-habla. De todos modos, existe el claro riesgo que inevitablemente los narradores humanos de los audiolibros sean sustituidos por máquinas. La tecnología no se detiene. 


Se hace referencia a A.I.’s Inroads in Publishing Touch Off Fear, and Creativity . También aparece en mi Portal https://tinyurl.com/2p9hmpvu. La imagen es cortesía de Bing Image Creator.