Vía REL
El Vaticano vive la mayor concentración de cardenales nunca vista, dado que, con los próximos nombramientos, su número alcanzará los 226 entre electores (los menores de 80 años) y no electores.
Francisco ha convocado, además de los dos consistorios ordinarios del sábado (para los 20 nuevos capelos y para votar dos causas de santos), un consistorio extraordinario de lunes y martes que tiene lugar por primera vez desde 2015. En él se espera que sean abordados asuntos que pueden afectar al futuro inmediato de la Iglesia, por lo cual solo los realmente impedidos faltarán. Es el caso del cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, a quien el gobierno comunista chino negó el pasaporte a la espera del juicio al que será sometido tras su detención en mayo.
Se llegó a hablar incluso de una posible renuncia de Francisco en estos días, seguida de un inmediato cónclave. Las últimas manifestaciones del Papa descartan esa hipótesis como algo inmediato y la Santa Sede ha anunciado su presencia en la beatificación de Juan Pablo I el 4 de septiembre (aunque podría hacerlo como dimisionario si elige una fórmula diferida como Benedicto XVI, que se fue 17 días después de anunciarlo).
Eso no ha impedido que la rumorología vaticana abandone las especulaciones, así que las miradas se vuelven al colegio cardenalicio en cuanto colegio elector del nuevo pontífice. El prestigioso portal católico The Pillar ha publicado unas elaboradas estadísticas muy indicativas sobre su composición, en dos artículos sobre las «matemáticas» del cónclave y sobre su «demografía«.
La demografía del colegio cardenalicio
En 1870, el cónclave era íntegramente europeo y sustancialmente -en dos terceras partes- italiano. Desde el siglo XVI su número estaba fijado en un máximo de 70 miembros, que incluso llegó a descender a menos de cuarenta durante el pontificado de Pío XII (1939-1958).
El primer cardenal norteamericano fue nombrado por Pío IX en 1875 (John McCloskey, arzobispo de Nueva York), el primero iberoamericano por Benedicto XV en 1905 (Joaquim Arcoverde, arzobispo de Río de Janeiro), el primero asiático por Pío XII en 1946 (Thomas Tien Ken-hsin, vicario apostólico de Qingdao, en China) y el primero africano por Juan XXIII en 1960 (Laurean Rugambwa, obispo de Rutabo, en Tanzania).
La progresiva internacionalización ha ido de la mano del incremento del número de cardenales electores, elevado a 120 por Pablo VI en 1975. Este mismo Papa había decidido también en 1971 que solo podrían participar en el cónclave los cardenales menores de 80 años.
En siglo y medio, el 100% europeo se ha convertido en aproximadamente la mitad, merced a una política de nombramientos cada vez más cosmopolita.
Éste es el porcentaje de cardenales europeos nombrados por los once últimos Papas:
Pío IX: 97%
León XIII: 98%
San Pío X: 94%
Benedicto XV: 97%
Pío XI: 91%
Pío XII: 68%
San Juan XXIII: 71%
San Pablo VI: 58%
San Juan Pablo II: 55%
Benedicto XVI: 52%
Francisco: 41%
De esta forma, del 71% de cardenales italianos en 1873 se ha pasado a un 16% de cardenales italianos electores en caso de un cónclave que tuviese lugar hoy.
En cuanto a la «representatividad» (un concepto ajeno a la naturaleza del colegio cardenalicio, formado por los «párrocos» de las iglesias romanas y cuyo nombramiento es competencia exclusiva del Papa sin más criterio que la idoneidad que él juzgue), esto es, la proporción entre el número de católicos y el número de cardenales, los extremos hablan de una Oceanía sobre-representada (2,4 millones de católicos por cardenal) y una Iberoamérica infra-representada (23,1 millones de católicos por cardenal).
Por último, y como parte de esa política de internacionalización, se ha ido incrementando el número de sedes cardenalicias, y en eso Francisco es líder claro. En el 48% de sus nombramientos era la primera vez que la sede tenía un cardenal, por un 41% Pío XII, un 38% Pablo VI, un 25% Juan XXIII, un 22% Juan Pablo II y un 11% Benedicto XVI.
Las matemáticas del cónclave
La influencia de un Papa sobre el cónclave que elegirá a su sucesor es evidente, dado que designa sus miembros, y tanto mayor cuanto más se prolongue su pontificado. Pero eso no impide las sorpresas ni determina el comportamiento del recién elegido.
En ese sentido, se ha comentado el gran número de cardenales elegidos por Francisco que participarían en un eventual cónclave: 85 de los actuales 132, un 64%, a dos puntos de los dos tercios que permiten elegir Papa, porcentaje que se alcanzará en no mucho tiempo cuando los purpurados de mayor edad alcancen los 80 años. Por su parte, de los actuales, 38 habrán sido nombrados por Benedicto XVI, y 9 por Juan Pablo II.
Sin embargo, esa proporción dista mucho del 90% de cardenales designados por Pablo VI que eligieron a Juan Pablo II, del 97% de cardenales designados por Juan Pablo II que eligieron a Benedicto XVI, y del 100% de cardenales designados por Juan Pablo II (42%) y Benedicto XVI (58%) que eligieron a Francisco.
The Pillar hace una estimación de la evolución futura del cónclave si Francisco mantiene el ritmo actual de nombramientos y en función de las progresivas pérdidas de derechos electorales por edad. Hasta 2027 el cónclave no alcanzaría el 85% de cardenales nombrados por el Papa actual, que entonces tendría ya 90 años. Solo León XIII, que murió a los 93, ha alcanzado esa edad en la sede de Pedro, aunque Benedicto XVI, con 95, la habría superado de no haber dimitido.