Vía DW
Los líderes de Irán reprimen con violencia la ola de protestas en las calles y en internet, y no se detienen ni siquiera ante los más débiles.
En varias partes de Irán continúan la protestas desatadas por la muerte de la joven kurda Jina Mahsa Amini bajo custodia policial. El domingo (23.10.2022) comenzó un boicot en escuelas de las provincias kurdas del noroeste, organizado por el mayor sindicato de maestros de Irán.
También se realizaron protestas en la Universidad Sharif, en Teherán. Los estudiantes destrozaron los paneles que separan a hombres de mujeres en el comedor universitario. Además, un grupo anónimo de piratas informáticos logró acceder a datos y correos electrónicos de la Organización de Energía Atómica de Irán relacionados con el reactor de Bushehr, y los publicó en Telegram, según la agencia de noticias AP. El grupo demanda la liberación de presos políticos en el marco de las protestas.
El mayor desafío al sistema en Irán
Lo que más pone en jaque al liderazgo y al sistema teocrático de los ayatolás es que estas protestas lograron una amplia resonancia en la sociedad, mayor que la ola de manifestaciones de 2009, luego de la reelección de Mahmud Ahmadineyad. Y mayor que las de diciembre de 2017 y noviembre de 2019, cuando la gente salió a las calles por la crisis económica.
La intensidad y la magnitud de estas protestas contra la muerte de Jina Mahsa Amini provocaron la movilización de los tres niveles de seguridad en Irán: la Policía, los Guardias de la Revolución y su subgrupo de paramilitares (Basidsh-e Mostaz’afin), y, en tercer lugar, fuerzas infociales de seguridad, que no usan uniforme. La característica más importante de la represión de las actuales protestas es la intensidad y la violencia sin tapujos en esos tres niveles. En imágenes y videos en las redes sociales, se ve cómo agentes de seguridad disparan a los manifestantes, los golpean, lanzan bombas lacrimógenas contra personas y automóviles que pasan por el lugar, o a las ventanas de las viviendas, y entran violentamente a estas para detener a opositores.
Amplio espectro de armas mortales
Según dijo un participante de las protestas a DW, las fuerzas de seguridad disparan con armas letales regulares contra la gente, y también cuentan con pistolas de aire comprimido de dos tipos de municiones. «Una de ellas es dolorosa en extremo, y la otra pueden producir ceguera, e incluso la muerte si son disparadas desde cerca”, explicó.
La República Islámica no proporciona cifras exactas de las personas muertas y detenidas durante los operativos represivos. Según organizaciones de derechos humanos, han muerto ya más de 240 personas en diferentes ciudades iraníes en hechos relacionados con las protestas. Según datos de Amnistía Internacional, entre ellos habría al menos 23 menores de edad.
Testigos oculares informaron que las fuerzas de seguridad no se detienen ni ante menores de edad ni ante personas mayores, y que han visto a agentes pegar «con dureza a personas con un bastón en la cabeza y en el rostro, causándoles, como mínimo, heridas graves”.
Las fuerzas represivas de Irán no cuentan, evidentemente, con suficientes agentes en los tres niveles mencionados, por lo cual el gobierno iraní recluta a jóvenes, a grupos de choque y hasta a niños. Algunos de los miembros de los grupos de choque podrían ser prisioneros, ya que las imágenes muestran personas con tatuajes relacionados con la cárcel. En las redes también hay fotos de niños en uniforme militar con bastones y escudos protectores.
El acceso a internet es cada vez más difícil
El combate del liderazgo de Irán contra las protestas y los opositores no se solo se desarrolla en las calles, universidades y escuelas, sino también en internet. El gobierno iraní la considera un peligro potencial para el sistema dominante, a pesar de que tanto el ayatolá Jamenei como varios altos funcionarios poseen cuentas en redes sociales y son muy activos en ellas.
Para combatir a los opositores y con fines de propaganda hay más de 2.000 de los llamados «ciberbatallones” en actividad. Cuando comenzaron a multiplicarse las protestas, al menos 10 activistas digitales fueron detenidos, entre ellos, el activista por los derechos humanos y la libertad en internet Hossein Ronaghi. Entretanto, solo se puede acceder a plataformas sociales como Facebook, Telegram, YouTube, Instagram y WhatsApp a través de VPN. Después de China y Birmania, Irán es, según el reciente informe de la ONG Freedom House, el tercer país con más limitaciones a internet.