José Ángel Ocanto, periodista profesional, quien fue durante muchos años Jefe de Redacción del diario El Impulso, vivió personalmente la visita de María Corina Machado a la ciudad de Carora, en el estado Lara, el 28 de mayo de 2024

Ocanto colgó en su cuenta Instagram, una crónica de los sucedido, que acá se la traemos

Créanme, ni en los episodios de mayor efervescencia electoral, se había vivido lo que presenciamos la noche de este martes en Carora, en ocasión de la visita de María Corina Machado.

Jamás, en tantos años cubriendo como periodista campañas electorales, llegué a observar una Carora desbordada con tal muestra colectiva de entusiasmo, hasta el grado del frenesí, alrededor de una figura que ni siquiera figurará en el tarjetón, en los comicios del 28 de octubre. El régimen le impidió inscribirse como candidata, pero eso en lugar de echarla a un lado la sembró aún más en el cariño y la admiración del pueblo.

Diversos despachos gubernamentales entraron en acción para tratar de impedir el éxito de la gira, amedrentar, confundir y generar miedo: tuvieron el descaro de adelantar para el lunes la conmemoración del Día de Lara; desataron una ola desinformativa para hacer creer que las principales actividades de la líder de la nueva Venezuela habían sido suspendidas; trancaron calles; lanzaron amenazas a los transportistas, a las empresas que instalan equipos de sonido; a los alcaldes de oposición, a los hoteles, posadas y restaurantes; montaron mítines paralelos con Diosdiablo pisándole ridículamente los talones a María Corina; hicieron uso abusivo de las unidades de Transbarca; anunciaron que «pasarían lista» en sus mascaradas de desespero, a fin de chequear la asistencia obligada de funcionarios públicos, militantes del oficialismo y beneficiarios de bolsas de comida; y ordenaron tomar el Obelisco, para taponar las vías que lo circundan.

Todo se les cayó, como caeré sin remedio la dictadura. Eso ya está decretado por la población venezolana. La Carora hasta ayer roja-rojita, salió, toda, a las calles, sin miedo ni complejos. Y esa, sin duda, es la «irreversible» tendencia nacional.

JAO