José Gregorio Hernández Cisneros, (Isnotú, 26 de octubre de 1864-Caracas, 29 de junio de 1919), fue un médico, científico, profesor, filántropo de vocación católica, y franciscano seglar venezolano.
Por: Morfema Press / Wikipedia
Declarado beato por la Iglesia católica, ha sido venerado por hispanohablantes alrededor del mundo, su canonización está en marcha.
En 1949, la Iglesia católica comenzó el proceso de canonización para declararlo santo. En 1986, el papa Juan Pablo II reconoció sus virtudes heroicas y lo declaró «venerable».
El proceso se renovó el 18 de enero de 2021, luego de un milagro atribuido por la Iglesia católica a Hernández en San Fernando de Apure, en el que una niña se habría recuperado de una herida de bala gracias a su intercesión.
El papa Francisco autorizó la misa de beatificación de José Gregorio Hernández, realizada el 30 de abril de 2021, siendo asignada su celebración litúrgica, el día 26 de octubre.
Hernández, siendo un reputado médico e investigador científico fue autor de trece ensayos científicos sobre diversas disciplinas médicas, siendo reconocidos por la Academia Nacional de la Medicina de Venezuela, de la cual fue uno de sus miembros fundadores.
Su trabajo reviste importancia por su capacidad como clínico de someterse al rigor del método anatomoclínico que la escuela francesa había llevado hasta el cénit en su aplicación (como en los casos presentados por Hernández sobre tuberculosis, neumonía y fiebre amarilla).
Culto público y sincretismo
Hernández es objeto de amplio culto en Latinoamérica y es considerado como un santo popular, pese a que la Iglesia católica no lo reconocía como tal hasta el 2021. Su fiesta se celebra, ahora de manera oficial, el 26 de octubre.
En su natal Isnotú su santuario oficializado desde 2021 es el Santuario del Niño Jesús, donde además reposan sus restos. En dicho templo, además de varias imágenes y placas puestas por personas que agradecen sus curaciones por su intervensión, existe también un vitral donde se le ve arrodillado, orando a la Virgen María y un pequeño Niño Jesús.
En la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Caracas, reposan los restos del médico, lo cual genera que el templo sea sede de nutrida peregreniación de fieles de todo el mundo que agradecen sus «favores».
Además del culto católico no oficial hasta 2021 y la profunda veneración popular que despierta, José Gregorio Hernández también es figura clave del sincretismo religioso o paganismo esotérico, puesto que precisamente se le atribuyen curaciones milagrosas. Si bien la mayoría de los que lo veneran son católicos, un porcentaje minoritario no se considera practicante de ninguna religión.
Fue precisamente la conexión de Hernández con el esoterismo lo que retrasó la aprobación del culto por parte de la Iglesia Católica. De hecho, se indica que es precisamente esa la razón por la que el Vaticano decidió aprobar su culto público, para «descontaminar» el culto hacia Hernández «minado» por esoterismo y prácticas presuntamente mágicas, asociadas con frecuencia con el espiritismo y la brujería.
Con su beatificación, José Gregorio Hernández se convierte en el cuarto beato de Venezuela, y en el primer hombre y el primer laico en llegar a ser reconocido como tal por la Iglesia católica.