Taguanes es una suerte de puerta de entrada a los llanos occidentales venezolanos. Como toda puerta, es un sitio estratégico de la geopolítica y la guerra. Esa es la razón por la que se libra allí en 1813 la batalla que lleva su nombre y que fue una suerte de colofón de la Campaña Admirable. Tampoco fue un azar que, a pocos kilómetros de allí, en 1821, se librara la batalla de Carabobo.
El llano venezolano es también una especie de símil de la venezolanidad. Quizás la razón de ello tenga algo que ver con la formación de la cultura popular al influjo de Doña Bárbara, del protagonismo político de Gallegos y el de Acción Democrática, como partido del “Juan Bimba” venezolano.

El joropo y el Alma Llanera, son nuestros ritmos patrios a pesar de que regiones, como Lara con su tamunangue; el Zulia, con su gaita y el oriente con sus galerones, sean expresiones musicales tan o más puramente venezolanas que el joropo que compartimos, con la otra ribera del Arauca vibrador.

Pues bien, esta realidad ha producido un correlato político muy interesante también: Los llanos fueron, por muchos años, territorio adeco y, desde la aparición de Chávez, el descendiente de Maisanta, también un coto cerrado del chavismo.

Esa realidad, lo indican los estudios de opinión, esta cambiando. Las recientes elecciones de Barinas en las que Superlano derrotó a la familia Chávez y al chavismo nacional, fueron un punto de ruptura que se proyecta en el tiempo.

Escribo esta nota para tratar de comunicar lo que hace unas pocas horas hemos vivido y que confirma, de manera creemos que inequívoca, que este fenómeno se profundiza y de seguro tendrá consecuencias en esta zona y en el país entero.

Aquí vamos: Estábamos en una pequeña caravana que había partido de un punto de reunión en Tocuyito para acompañar la gira de María Corina Machado al estado Cojedes.

Como ha venido siendo costumbre, al llegar a Taguanes, la Guardia Nacional tiene la ocurrencia de montar un operativo en la alcabala para retardar la llegada de Machado a Tinaquillo donde tenía previsto un acto.

Siguiendo lo que se ha hecho un “protocolo” obligado antes estos casos, nos bajamos todos de los vehículos para pasar por la alcabala a pie.

Pues bien, el caso es que aquella gracia les salió una morisqueta: Le regalaron a María Corina otro acto, gratis y de tanto impacto, como el que luego haría en Tinaquillo.

Se trat+o de una situación impresionante. La gente de los carros, los gandoleros, los que iban en busetas y autobuses, comenzaron igualmente a bajarse o a tocar sus cornetas, incluso, muchos nos acompañaron en la caminata para pasara el punto de control.

Los chiringuitos de cachapas y chicharrones se vaciaron para aplaudir, pedir a María Corina que se acercara, a tomarse fotos y a contar sus cosas. Aquello se transformó, como ya dijimos, en un acto singular que no dejo a ningún viandante indiferente.

Quizás también valga la pena reseñar la actitud de los guardias. Todos expectantes, regalando gestos de complicidad y hasta de abierta solidaridad, como uno que nos dijo directamente: “Que p….. este, (señalando a su superior), no se da cuenta que ésta va a ser la presidenta”

Si. Ya dirán algunos analistas, politólogos, similares y conexos que son hechos anecdóticos. Es verdad, si lo son, pero muchas anécdotas seguidas, repetidas y constantes, conforman una tendencia.

Que María Corina este entrando en el corazón de los llaneros, “territorio comanche”, hasta hace poco, es una muestra importante de lo que está cambiando Venezuela. El hecho de que este fijando la agenda política del país de aliados y adversarios, es otra realidad inamovible.

Todos han estado (y con razón) pendientes del CNE, de la CNP y de la AN, mientras tanto, tomando la calle anda María Corina, sin que muchos aun entiendan lo que esta pasando y ganando pequeñas batallas como la que hoy ganó en Taguanes.