Los científicos que vigilan el volcán que lleva casi dos meses en erupción en la isla canaria de La Palma detectaron este miércoles un cambio apreciable en la erupción, con un aumento notable de la sismicidad a profundidades intermedias y una alta emisión de ceniza.
Uno de los aspectos que más preocupan en esta fase es la emisión de dióxido de azufre, que ha provocado niveles de gases “muy tóxicos” en algunas zonas. Esas emisiones, unidas al comportamiento del viento en la zona, pueden dificultar el tráfico aéreo en la isla a partir de mañana.
La portavoz científica del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), que coordina las actuaciones relacionadas con la erupción, María José Blanco, explicó que también en las últimas 24 horas el tremor ha incrementado su amplitud y ha alcanzado un nivel medio.
La emisión de dióxido de azufre ha provocado niveles de gases “muy tóxicos” en algunas zonas, lo que obligó a evacuar a las 04:00 horas de la pasada madrugada a las personas que trabajan en las desaladoras instaladas para el riego de las cosechas en esa área de la isla.
Ayer el penacho arrojó entre 2.000 y 3.000 toneladas de dióxido de azufre que, si bien son valores altos, son inferiores a los de los pasados días y quedan lejos de las más de 50.000 toneladas registradas el 23 de septiembre.
Por su parte la emisión difusa de dióxido de carbono asociada a la dorsal de Cumbre Vieja fluctuó entre las 2.200 y las 2.500 toneladas diarias, lo que según los científicos no supone un peligro para la población.
Sin embargo la calidad del aire en la vertiente oeste de La Palma es desfavorable o muy desfavorable en cuanto a la afección por dióxido de azufre y partículas en suspensión inferiores a 10 micras.
Se prevé que el viento role a componente oeste hacia el final de la mañana del jueves, en un giro que provocará que la nube de cenizas y dióxido de azufre gire hacia el este y por lo tanto, a partir de la madrugada del jueves al viernes el escenario será desfavorable para la operatividad aeronáutica, principalmente en el aeropuerto de La Palma.
Borrascas y más sismos en La Palma
Los científicos han advertido además que probablemente la próxima semana se aproximará a Canarias una borrasca atlántica, que producirá un incremento de la inestabilidad atmosférica en el área del centro eruptivo.
Además la portavoz científica del Pevolca ha subrayado que se ha incrementado de manera notable la sismicidad a niveles intermedios, y se mantiene localizada a más de 20 kilómetros de profundidad, y hoy el movimiento de mayor magnitud ha sido un sismo de magnitud 4,7 mgLg registrado a 35 kilómetros y sentido con intensidad III-IV.
Los últimos datos muestran que la superficie afectada por el magma es de 1.037 hectáreas, con un aumento en apenas 2,84 hectáreas desde ayer, y se mantiene la anchura máxima entre coladas en unos 3.200 metros.
La actividad volcánica no se detiene
El portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), David Calvo, ha dicho este miércoles a la agencia EFE que el volcán está desde el martes “bastante” explosivo, en una situación similar a la de finales de octubre.
Además, ha subido el tremor, que es el ruido interno de los fluidos, con lo que la erupción “no tiene pinta” de que vaya a terminar a corto plazo, ha añadido el portavoz del Involcan.
La subida del tremor indica que hay mayor presión en el sistema, y ahora está “prácticamente” como a finales de octubre.
El volcán ha cumplido 60 días en erupción y los daños y molestias que ocasiona han aumentado con la llegada de las primeras lluvias, que han convertido algunas zonas en “barrizales”, ha señalado David Calvo.