Por Luis Manuel Aguana
Al mejor estilo de los policías de las series de investigación criminal, los venezolanos deberíamos preguntarnos a quién beneficia el fracaso de María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia (EGU) en poder cobrar la elección del 28 de julio, juramentando a EGU el 10 de enero de 2025. Porque de eso es lo que se trata aquí, tanto en Venezuela como en España, porque el problema venezolano cruzó el famoso charco desde que EGU salió de Venezuela.
De allí que los venezolanos debamos tener mucho cuidado al leer opiniones, tanto de aquí como de España o cualquier otro lugar socialista del mundo, al situar adecuadamente esta controversia. El problema NO ES si EGU sea un héroe o no porque decidió salir del país, como consecuencia de una extorsión en toda regla perpetrada sobre su persona, en los predios del territorio diplomático español en Venezuela, por funcionarios venezolanos, en presencia y/o presunta complicidad del embajador del Reino de España en Venezuela, en representación de su gobierno, ni que haya “puesto su situación personal por encima de la lucha política en su país”, como lo expresara la Sra. Ana I. Sánchez, prominente militante de los socialistas españoles, en un reciente artículo de opinión (ver Ana I. Sánchez, El Nacional, “El lío de Edmundo”, en https://bitlysdowssl-aws.com/opinion/el-lio-de-edmundo/).
El problema ES que Edmundo González Urrutia, con todos los achaques de salud que pueda tener como cualquier persona de su edad, ES el Presidente Electo de los venezolanos, y los que se dicen socialistas en Venezuela se robaron la elección, aunque sus contrapartes españolas, como la Sra. Sánchez puedan repetir una y mil veces que “no va a ser la solución para Venezuela”. Esa es una materia que decidimos los venezolanos el 28 de julio de 2024, y cuyo resultado está demostrado desde el mismo día siguiente con las Actas publicadas por la oposición en la web, y que ahora se encuentran físicamente y en original, en poder del Centro Carter en los EEUU, como fuera informado al mundo por Jennie Lincoln, durante su presentación en el Consejo Permanente de la OEA, lo que representa la prueba física contundente de la victoria de EGU en las elecciones de Venezuela, para cualquier país que desee constatarla (ver cuenta de X de @mariacorinaya en https://x.com/MariaCorinaYA/status/1841497501158756749).
Entonces ubiquémonos en el escenario correcto. ¿Cuál es el interés de la Sra. Sánchez del PSOE español de desacreditar a EGU, que no sea la protección del gobierno de Pedro Sánchez para no reconocer a EGU, intentando convencer al mundo que nos olvidemos de que no será posible su investidura el 10 de enero de 2025 porque “no va a ser la solución para Venezuela”? Más bien la Sra. Sánchez debería recordar que el Parlamento de su país reconoció políticamente a EGU como Presidente Electo, cosa que ya debería estar haciendo el gobierno de su partido, el PSOE, encabezado por Pedro Sánchez. Intentos de desprestigio como ese vendrán con más fuerza los días venideros desde ambos lados del charco.
Desacreditar a EGU es el primer paso para hacer fracasar la única posibilidad que tenemos de salir de dos cánceres al mismo tiempo: el régimen de Nicolás Maduro Moros y su oposición complaciente, que requieren de una MCM derrotada el 10 de enero, para convencer luego a los venezolanos que volver al terreno electorero con el régimen para las elecciones regionales de 2025, es la única opción que nos queda, visto “el fracaso de la oposición radical de MCM” de investir a EGU como Presidente de Venezuela.
Parte de esa estrategia se centra en lograr que EGU se “juramente” fuera de Venezuela, bajo los auspicios de una oposición vendida y forme un “gobierno en el exilio” desde donde saldrían recursos interminables de los gobiernos y la diáspora para sostener políticos vividores de nuestra tragedia en el exterior para la cruzada de “recuperación de nuestro país”. Así de claramente identificados están esos vividores que casi que lo gritan a viva voz cuando extorsionaron a EGU para salir del país, ayudando así al régimen y a su oposición complaciente. EGU tendrá que decidir entonces como querrá morir, si como Presidente Electo luchando por llegar a Venezuela para hacer efectivas unas elecciones que le dimos a ganar los venezolanos a instancias de MCM, o medrando en el exterior siendo otro Guaidó más, como marioneta manejada por unos vividores.
A aquellos que se encuentran desesperados porque aún no le ven “el queso a la tostada” a la salida de EGU y la clandestinidad de MCM les pregunto lo siguiente: ¿Cuánto tiempo lleva MCM en la conducción de la oposición venezolana frente al régimen de Nicolás Maduro Moros? Algunos de ustedes me responderán, “desde las primarias del 22 de octubre de 2023”. Y yo les respondería que están equivocados. MCM tiene las riendas de la oposición desde que arrancó la campaña electoral para las elecciones del 28 de julio, que fue cuando se empezaron a tomar las decisiones duras para ganar la elección en todo el país, en contraposición a los partidos tradicionales, incluyendo el famoso impasse con el CNE acerca de quién sería el candidato frente al régimen.
La presencia de MCM fue determinante, desde decidir quién estaría en las mesas hasta la defensa de los resultados y la decisión final del candidato EGU, producto de una negociación impuesta por el régimen con la MUD/PU porque rechazaron la candidata escogida por ella, la Dra. Corina Yoris. ¿Y eso cuando fue? Hace poco más de 6 meses. Ese es el tiempo que hemos tenido una verdadera oposición frente al régimen del castro-chavismo-madurismo. Una oposición que quiere salir de esta pesadilla, no una que quiere convivir con ella y que ha despreciado el liderazgo de MCM. Y con todo y eso muchos esperan resultados instantáneos frente a los más de 20 años que ha tenido la oposición oficial para sacar al régimen, incluida la elección mayoritaria de diciembre de 2015 donde los venezolanos le dieron a los 4 partidos del G4 el control del Poder Legislativo, el mayor Poder Público del país. ¡Por favor!
Y esto sin contar que en todo este tiempo la MUD/PU ha sido la que ha negociado con el régimen en todas las instancias, incluido Barbados, así como en todas las mesas de negociación que se han montado a solicitud de la Comunidad Internacional. ¿Se ha manifestado el liderazgo nacido en las urnas de las primarias del 22 de octubre, más allá de defender las elecciones que ganamos todos los venezolanos el 28 de julio? ¿No, verdad? Pues eso es lo que tiene que cambiar, y es precisamente lo que ese liderazgo moribundo, después del desguace del 22 de octubre, intentará impedir que cambie a toda costa. Para ellos es un problema de supervivencia. Lo lamentable es que en esa supervivencia se llevan por delante las aspiraciones de cambio político del pueblo venezolano, que por eso precisamente confió en el liderazgo de MCM.
Es la supervivencia de ellos frente al bienestar colectivo de los venezolanos al salir del régimen. Así de grave es. Así que no hay que equivocarse en donde están puestos los intereses de todos los actores de esta tragedia. Y lo más importante: ¡en dónde están los del pueblo venezolano! Este es el escenario final de cara al 10 de enero de 2025, donde se está dando la lucha a muerte entre quienes buscamos cambiar la manera de hacer política en Venezuela y aquellos que pretenden dejarla tal y como está, con el régimen incluido, para su beneficio y supervivencia política futura. Es por eso que salen y seguirán saliendo opiniones interesadas, con la ayuda del socialismo mundial, intentando crear una narrativa derrotista entre quienes resultamos vencedores el 28 de julio. ¡Mayor desparpajo, imposible!
Nunca antes, con tan poco tiempo, y con el liderazgo político correcto, se había llegado tan lejos en el reconocimiento del pueblo opositor venezolano como mayoría, sin discusión frente al régimen que gobierna Venezuela, y con las pruebas en la mano. Ya es hora que nos lo vayamos creyendo. Ese es el primer paso para atrevernos a terminar lo que comenzó con un deseo profundo de cambio el 22 de octubre y que aún no se desarrolla completamente porque se lucha en dos frentes simultáneamente, el régimen y su oposición cohabitante.
Si no permitimos que nos roben la representación que dimos el 22 de octubre, y eso se traduzca firmemente en decisiones de negociación conducidas internacionalmente por la representación legítima del pueblo ganador de las elecciones del 28 de julio, no solo EGU se juramentará el 10 de enero de 2025 en el Palacio Federal de Venezuela, sino que tendremos la oportunidad de adecentar posteriormente, y en un nivel nunca antes visto, la política como actividad al servicio del ciudadano.
Caracas, 3 de Octubre de 2024
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